Julián de Zubiría Samper
Asesor del programa Abel Rodríguez, Transformación Pedagógica de la Escuela, de la Secretaría de Educación de Bogotá. Director del Instituto Alberto Merani, columnista de El Espectador

El Programa Abel Rodríguez Céspedes y la transformación pedagógica en Bogotá

Pensar la educación

¿Cuál va a ser el papel de la SED en la búsqueda de la calidad de la educación?

 Nuestro papel será liderar la transformación pedagógica para la calidad de la educación. Pero los grandes realizadores de la política de calidad serán los maestros, los rectores y los colegios. Los cambios en la calidad ocurren por lo que se haga en las instituciones educativas. (…) Nosotros haremos el acompañamiento para que los maestros puedan renovar sus programas de estudio, que es otro tema clave: consiste en enseñarles a los muchachos lo que sea pertinente y no una lista de cosas cuyo aprendizaje nunca se verifica. (2007, Revista Internacional Magisterio)

Abel Rodríguez Céspedes (Q.E.P.D)

En nuestro país los hijos de los pobres están condenados a vivir en la pobreza. Esta triste realidad se hereda de padres a hijos, nietos y bisnietos. Se requieren once generaciones para que una familia que está en el nivel de ingresos muy bajos llegue a un ingreso medio. El tiempo es mucho mayor que cien años de soledad, en realidad, es casi una eternidad. A esta dramática conclusión llegan dos recientes informes sobre la movilidad social en Colombia, realizados por dos de los organismos más importante a nivel internacional:  el Banco Mundial y la OCDE. Según ambas entidades, en Colombia es la cuna la que determina el nivel de ingresos, los salarios y el nivel educativo de las personas. Este desgarrador resultado tiene una causa fundamental: la baja y desigual calidad de la educación.

El Banco Mundial estudió 17 variables, entre ellas, salud, tecnología, oportunidades laborales, condiciones laborales, protección social y factores institucionales. La conclusión es clara: en lo que peor estamos a nivel mundial es en calidad de la educación, pues apenas alcanzamos el puesto 76 entre 82 países evaluados. En el caso del informe de la OCDE de 2022 recientemente compartido en Colombia (ver video) como era previsible, en movilidad social obtenemos el último lugar entre todos los países miembros. Un argumento más para afirmar que en Colombia es casi imposible que una familia pueda salir de la pobreza.

En un artículo anterior destaqué los enormes avances de Bogotá en el derecho a la educación y lo que se alcanzó a impulsar en materia de calidad educativa durante la secretaría de Abel Rodríguez (consultar artículo). Aunque en calidad de la educación Bogotá está mejor que el país, las brechas según género, estrato social y tipo de colegio, se han ampliado en la última década a un ritmo más alto que en el resto del país. En lectura, por ejemplo, para el grado noveno, PISA encuentra que la brecha entre colegios públicos y privados, que era de 46 puntos en 2009, pasó a ser de 87 para el año 2018. Prácticamente se duplicó en la última década. Según la misma entidad, eso equivale a tres años de diferencia en el nivel de consolidación de las competencias. Los jóvenes de colegios públicos de Bogotá, en promedio, comprenden lo que leen con tres años de desventaja frente al logro que alcanzan los jóvenes de colegios privados. Es una situación tan triste como dramática.

Entre 2016 y 2019 Bogotá vivió un claro retroceso en calidad educativa en los colegios públicos. Por esta razón, para 2019 tan solo el 1,5% de los colegios públicos lograba la categoría A+, en tanto ese porcentaje era del 42% en el caso de los colegios privados. Si se comparan los colegios distritales que alcanzaron los niveles A y A+ en calidad educativa según los resultados de pruebas SABER 11, tenemos un retroceso preocupante entre 2016 y 2019.

En este contexto, el Plan de Desarrollo de la actual administración acertó al caracterizar el cierre de brechas como la tarea más importante por adelantar, también al destacar que es la educación la que tiene la llave maestra para lograr este propósito. El Plan de Desarrollo se propuso impulsar la transformación pedagógica en el 100% de los colegios. Aunque debido a la pandemia no ha podido impulsar este propósito en todas las instituciones, es mucho lo que se ha avanzado en la mayoría de ellas. La SED ha sido clara en señalar que no podemos retornar a las mismas escuelas de siempre, porque si así lo hiciéramos, como dice la secretaria Edna Bonilla, como sociedad habríamos “perdido dos años”. Bogotá, al igual que el resto del país, ha enfrentado una compleja e inédita situación durante los últimos años con serias consecuencias a nivel social, cultural y económico. Como es por todos conocido, con la pandemia cambiaron nuestras maneras de trabajar y convivir. Se transformaron por completo nuestros rituales y maneras de educarnos. Tuvieron que cerrarse las aulas presenciales durante el 2020 y, desde mediados de 2021, gradual y de manera segura, los estudiantes pudieron retornar a la presencialidad, aunque de manera demasiado lenta. En Bogotá, un factor esencial fue el avance logrado en conectividad: 106.000 tabletas con red alcanzaron a entregarse para garantizar el derecho a la educación de niños y jóvenes.

En estas notas explicaremos la profunda transformación que, aun en medio de la pandemia, se está llevando a cabo en 42 colegios públicos de la ciudad. El Plan lleva el nombre del maestro Abel Rodríguez Céspedes, pues el programa fue pensado de manera conjunta con él y varias de las ideas retoman sus tesis centrales sobre ciclos, trasformación pedagógica, formación in situ y equipos de calidad, entre otros. Es más, si la pandemia no nos hubiera arrebatado al maestro Abel, muy seguramente este artículo lo estuviéramos escribiendo a dos manos.

El Plan de Desarrollo de Bogotá retomó el concepto de ciclo del desarrollo, asignó gran importancia a la educación inicial, caracterizó la capital como territorio de paz y enfatizó en las competencias ciudadanas. Su meta es disminuir las brechas entre los colegios públicos y privados (Consulte documento Plan Distrital de Desarrollo  2020-2024).

El Programa Abel Rodríguez tiene como finalidad contribuir al cierre de brechas educativas y busca la transformación curricular y pedagógica de las instituciones educativas, en pos del desarrollo de competencias pertinentes y del planteamiento de un sistema multidimensional de evaluación acorde con estos fines, como lo señala la Meta 108 del Plan de Desarrollo Distrital (PDD) 2020-2024.

El Programa está previsto para desarrollarse durante tres años. Iniciamos en plena pandemia en junio de 2020 y actualmente estamos implementando la fase cuatro. Durante la primera fase escribimos en conjunto con la SED tres documentos para que los docentes pudieran contar con materiales de lectura, reflexión y profundización. En el primer documento se sintetizan los conceptos centrales presentes en una transformación pedagógica, entre otros, calidad educativa, ciclo del desarrollo, competencia desde la perspectiva del desarrollo humano e innovación pedagógica. El concepto de calidad, por ejemplo, fue adaptado del marco conceptual elaborado por Naciones Unidas en la formulación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, conocidos como los ODS. 

Según los ODS, en educación no basta con que logremos que los/las estudiantes alcancen buenos resultados en una prueba para que digamos que alcanzamos la calidad buscada. Antes debemos preguntarnos si la educación que estamos brindando es pertinente a nivel social, cultural y regional. También es necesario garantizar propósitos y contenidos de carácter integral, porque la educación consiste esencialmente en formar mejores ciudadanos y, por eso mismo, no puede restringirse al desarrollo cognitivo. Del mismo modo, la calidad implica equidad, es decir que los buenos resultados deben ser una meta para los colegios, independientemente de su estrato, condición y región.

El segundo documento orienta cómo se podría trabajar la lectura, el pensamiento y las competencias ciudadanas en cada una de las áreas y ciclos. Es un documento clave porque resuelve una de sus preguntas más recurrentes de los docentes: ¿cómo puedo desarrollar el pensamiento, la lectura y las competencias socioafectivas en el aula de clase? Lo novedoso del segundo documento es que vincula a todas las áreas con el trabajo en pensamiento, competencias socioafectivas y competencias comunicativas. Bogotá tiene la enorme ventaja de contar con el grupo de directivos y docentes de mayor nivel de formación y de haber adoptado la estructura de ciclos del desarrollo desde el año 2007, aspecto que favorece el trabajo en equipo y la reestructuración curricular.

El tercer documento brinda los lineamientos para pasar a programas de formación grupal de docentes que respondan a las necesidades de las comunidades educativas y que acompañen a los profesores en sus procesos de innovación en curso. Es lo que la literatura denomina los procesos de formación in situ, tal como el que estamos adelantando en conjunto con la SED.

La fase dos del programa se desarrolló entre octubre y diciembre de 2020. Trabajamos en equipos de siete colegios, orientados cada uno por una bina de profesores del Merani, con el fin de aclarar y ejemplificar los conceptos esenciales de la transformación pedagógica. Estos conceptos habían sido expuestos previamente en una conferencia magistral. Cuando culminamos el trabajo, nos reunimos con 1.600 docentes y les preguntamos por los niveles de satisfacción frente al programa adelantado. Para el 94% de los asistentes, el programa había superado sus expectativas. En realidad, la ventaja de un programa de esta naturaleza es que estamos compartiendo una experiencia validada tras 35 años de trabajo conjunto y soportada en múltiples publicaciones e investigaciones. Como diría Merani, no estamos compartiendo una idea abstracta, sino una praxis, una idea pensada, puesta a prueba, validada y vuelta a pensar; una pedagogía enriquecida en la “doble trama de la experiencia y la razón”.

En la tercera fase del programa hemos compartido nuestra experiencia al consolidar las competencias comunicativas de los estudiantes. Como lo comprueban diversos estudios, quien quiera mejorar la calidad educativa tiene que garantizar mejores niveles de comprensión lectora en sus estudiantes. Desafortunadamente en Bogotá y Colombia seguimos estando demasiado atrás en esta competencia. En las pruebas PISA de 2018, tan solo el 3% de los estudiantes de Bogotá a los 15 años alcanza un nivel de lectura crítica. Al mismo tiempo, uno de cada tres estudiantes de esta misma edad tiene un nivel de lectura que corresponde al que tienen los niños de 5 o 6 años con educación: una lectura fragmentaria.  Mientras no transformemos los currículos, no formemos a los docentes en las nuevas competencias y no cohesionemos los equipos de maestros y las comunidades educativas, no podremos alcanzar esta meta.

El curso culminó con la producción de una estrategia de fortalecimiento de la lectura formulada en equipo por cada institución educativa para alguno de los ciclos. A juicio de los profesores acompañantes del Merani, el 95% de los proyectos tenía un nivel muy satisfactorio y el 60% de las propuestas se podrían calificar entre muy buenas o excelentes.

El Proyecto Abel Rodríguez busca poner en diálogo la experiencia acumulada por la innovación del Instituto Alberto Merani con las que cada uno de los colegios previamente ha desarrollado en sus comunidades. Es lo que llamó Not (1992) un proceso interestructurante, que se construye y enriquece en ambas vías. Si no lo hiciéramos así, no lograríamos la anhelada transformación pedagógica. Al fin y al cabo, el aprendizaje es un proceso de reestructuración de ideas iniciales y no un proceso de transmisión de conocimientos. Así lo entendemos desde los principios de la Pedagogía Dialogante (De Zubiría, 2005).

La última fase del programa está iniciando y en ella compartiremos nuestra experiencia de cuatro décadas desarrollando el pensamiento de los estudiantes. Se trata de abordar una crucial tarea de la escuela, pero muy desatendida en nuestro país: enseñar a pensar. La ventaja que tiene Bogotá es que cuenta con una estructura de ciclos del desarrollo y con ese concepto se supera una organización lineal, acumulativa y gradual del desarrollo. Así es más sencillo identificar lo que tienen que hacer los docentes para cualificar los niveles de clasificación, conceptualización, deducción, inducción y argumentación de sus estudiantes. Y lo más importante de todo, para orientar a los docentes en cómo hacerlo en cada área del conocimiento y en cada ciclo del desarrollo.

Seguiremos trabajando con los grupos de maestros de los 42 colegios. Estamos convencidos: ¡si renovamos el currículo, si fortalecemos el liderazgo pedagógico y el trabajo en equipo, podremos mejorar la calidad de la educación que se brinda en estos colegios! Con los maestros y con las maestras, lo estamos logrando. Esa es la mayor satisfacción. Sin duda, ese era el papel que le asignaba Abel Rodríguez a la SED: el de liderar la transformación pedagógica. Abel no está con nosotros, pero él sabe todo lo que nos ayudó a lograrlo. Todos lo sabemos, aun así, es necesario y justo que lo reconozcamos. ¡Gracias, Abel! Aunque nos haces mucha falta, nos sigues inspirando.

 

Referencias

Alcaldía Mayor de Bogotá (2018). Plan Distrital de Desarrollo 2020-2024 “Un Nuevo Contrato Social y Ambiental para la Bogotá del siglo XXI”. https://www.veeduriadistrital.gov.co/sites/default/files/planeacion/Bases%20del%20PDD%20Un%20Nuevo%20Contrato%20Social%20y%20Ambiental.pdf

Arnold, Jens (2022). Estudios económicos de la OCDE, COLOMBIA.  Primer informe de la OCDE para Colombia 2022.  https://www.youtube.com/watch?v=LCpTsj_fO1Q

De Zubiria, Julián (2006). Los modelos pedagógicos: La pedagogía dialogante. Bogotá. Editorial Magisterio.

_______________ (2021). ¿Será viable la transformación pedagógica en Bogotá? Revista digital Pensar la Ciudad. Edición No 14. Noviembre 2021. Universidad Distrital https://pensarlaciudad.udistrital.edu.co/miradas-de-ciudad/sera-viable-la-transformacion-pedagogica-en-bogota#:~:text=Por%20tanto%2C%20la%20transformaci%C3%B3n%20pedag%C3%B3gica,de%20docentes%20de%20la%20ciudad

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2015). Objetivos de desarrollo sostenible, Colombia: Herramientas de aproximación al contexto local. file:///C:/Users/director/Downloads/undp-co-ODSColombiaVSWS-2016%20(4).pdf

Revista Internacional del Magisterio No. 110 (2022). Pensadores de la educación contemporáneos. Colombia. Volumen 1.

SED y Equipo del Instituto Alberto Merani (2020). Fundamentos para una transformación pedagógica en la escuela. Marco Conceptual. Bogotá: Ediciones de la SED.