María Caridad García Cepero
Consultora Educativa, Ph.D Psicología Educativa – Desarrollo de Talento, Universidad de Connecticut.

Metodologías hibridas como oportunidad para abrir mentes y cerrar brechas

Miradas a la educación

Siendo las 6:30 de la mañana, recibo en mi celular un breve video de una comunidad de aprendizaje en la que estoy participando. El video trata sobre una metodología que se está implementando en Chile para fomentar el interés de los estudiantes en desarrollar su talento personal. En ese momento, mi mente viaja al sur del continente, pero a su vez se queda anclada en Bogotá, ya que estoy preparando una guía pedagógica, casualmente sobre el mismo tema, para mis estudiantes, que son docentes. Esto me lleva a crear un breve mensaje de voz para ellos, invitándolos a explorar mentalmente si la experiencia de esta escuela en Chile podría ayudar a enriquecer los proyectos de transferencia que están realizando. Luego, busco en internet el contacto de la persona que lideró el proyecto en Chile para preguntarle si podría acompañarnos unos minutos en la clase que tengo este fin de semana, para compartir su experiencia y responder preguntas de mis estudiantes.

Experiencias como estas podrían ser nuestro día a día cuando miramos nuestros ecosistemas de aprendizaje desde una perspectiva en la que lo análogo y lo digital, lo sincrónico y lo asincrónico, lo virtual y lo presencial, no son opuestos ni antagonistas, sino que forman parte de un continuo, como en una cinta de Möbius. Este continuo nos sirve como guía para transitar por diferentes escenarios, cercanos y remotos, y convertir los recursos que encontramos en pretextos y oportunidades para aprender y construir una perspectiva de vida. En este continuo es donde el espacio y el tiempo de aprendizaje se expanden y dan cabida a nuevos modelos y estrategias para enriquecer el proceso educativo. Es donde surge lo que llamamos educación híbrida en la actualidad.

La educación híbrida, de manera muy general, es aquella que integra de manera pedagógicamente intencionada y estratégica experiencias formativas presenciales y experiencias remotas, ya sean sincrónicas o asincrónicas, en función del logro de objetivos educativos,  La educación híbrida aprovecha las propiedades y oportunidades que ofrecen los recursos tecnológicos emergentes, así como los recursos análogos o digitales disponibles, para que, a través de la mediación del maestro, se puedan desarrollar capacidades y aprender de maneras que de otra forma no serían posibles o viables de realizar.

En esa medida como plantea Bermúdez en “Educación híbrida: una alternativa y una decisión pedagógica”:

La educación híbrida intenta interrumpir la lentitud y la impotencia de la escuela para transformarla en una relación moderna, satisfactoria y, sobre todo, “motivante” para los estudiantes, quienes desde sus formas sensibles trasladan los placeres obtenidos en las redes digitales y en muchas ocasiones los contraponen con las maneras supuestamente arcaicas en las que la pedagogía asume el trabajo académico que estimula un saber.

Frente a la educación tradicional, la educación híbrida genera unas disrupciones fundamentales que llevan a la transformación de la experiencia de formación.

Una primera disrupción se refiere a donde se aprende. Desde una metodología híbrida, el aprendizaje se podría realizar donde esté el aprendiz, en contraste con modelos tradicionales donde el aprendizaje se realiza donde está el maestro o la escuela. Y el "estar" del aprendiz no estaría tampoco relegado a su presencia física, pues el aprendiz puede estar de manera remota o inmersiva en cualquier lugar, siempre y cuando tenga acceso y mediación de la experiencia.

Pero ¿dónde debería estar el maestro? La respuesta es simple: "donde esté el aprendiz". Podríamos pensar que se trata de un recurso retórico y que en última instancia estamos replicando lo que se plantea en modelos tradicionales, pues hacemos estar al aprendiz donde está el maestro. Sin embargo, el giro importante es que la construcción de escenarios de formación desde una perspectiva híbrida se centraría en el estudiante y en esos entornos que transita y habita, volviendo el aprendizaje "ubicuo", pudiendo permear las diferentes esferas de la vida de manera sinérgica. Esto le da un valor importante al aprendizaje mismo, pues aprender deja de ser lo que se hace en la escuela y pasa a ser una actividad natural del ser humano, como respirar.

Una segunda disrupción importante es frente a "cuando se aprende". Desde una metodología híbrida, el aprendizaje no está limitado a los tiempos y ritmos escolares, y puede ajustarse a los tiempos y ritmos de los estudiantes. En una educación híbrida el tiempo de aprendizaje se expande de manera que pueda acompañar a los estudiantes en su día a día y trabajar en los tiempos y velocidades más oportunos.

Una tercera disrupción tiene que ver con el rol, tanto del estudiante como del maestro, y la importancia de cultivar en el estudiante capacidades para regular su propio aprendizaje y motivación frente a este. Al leer los párrafos anteriores, se podría pensar que el eje del aprendizaje híbrido está en el aprendizaje autodirigido por el estudiante y que el docente es solo un generador de recursos o experiencias.

No obstante, el punto de partida no es que el estudiante dirija su propio aprendizaje, sino que sea la resultante de un proceso paulatino donde el maestro, como mediador, ayuda al estudiante a apropiarse de las capacidades necesarias (informacionales, sociales, académicas…) y a conquistar mayores niveles de dominio como actor y rector de su propio aprendizaje.

Si bien los estudiantes de manera natural gravitan y se desplazan por entornos virtuales, las capacidades para realizar aprendizajes en dichos entornos de manera autónoma deben aprenderse, así como las capacidades para transferir dichos aprendizajes a los entornos análogos y a nuevas situaciones de su propia vida.

Esto requiere que el maestro y la escuela sean capaces de acompañar al estudiante de manera deliberada por los espacios y experiencias que se presentan tanto de manera remota y como presencial, requiere de la construcción de ambientes, escenarios y estrategias optimas de aprendizaje.

Al contrastar la educación híbrida con metodologías tradicionales es posible identificar al menos 5 grandes potencialidades, que pueden contribuir al proceso de cierre de brechas en el logro de los estudiantes:

La educación híbrida permite la flexibilidad y personalización de la experiencia educativa (Mourtzis, 2022), pues el estudiante o el docente pueden acceder a recursos educativos en línea en cualquier momento y desde cualquier lugar, lo cual les brinda la oportunidad de adaptar su aprendizaje a su propio ritmo y estilo de aprendizaje, ya que los estudiantes podrían avanzar más rápido o tomarse más tiempo según sus necesidades individuales.

La educación híbrida amplía el acceso a una amplia gama de recursos educativos en línea (Díaz, Saldaña, y Avila 2020), como videos, simulaciones interactivas, juegos educativos, materiales de lectura y muchos más. Estos recursos enriquecen el proceso formativo, permitiendo una variedad de herramientas que faciliten explorar conceptos con mayor profundidad y abordar áreas de dificultad. Esto fomenta el aprendizaje autónomo y promueve la exploración activa del conocimiento, cuando es mediado de manera apropiada por el maestro.

La educación híbrida ofrece oportunidades para el aprendizaje colaborativo y la participación activa de los estudiantes (Manciaracina, 2022). Mediante el uso de plataformas en línea, los estudiantes pueden participar en actividades grupales, discusiones en línea, proyectos colaborativos y compartir recursos entre ellos. Esto fomenta el trabajo en equipo, el intercambio de ideas y la construcción de conocimiento de manera conjunta, lo que mejora el compromiso y la motivación de los estudiantes.

La educación híbrida facilita la recolección de datos sobre el progreso y el rendimiento de los estudiantes (Li y colaboradores, 2022). Las herramientas digitales y las plataformas en línea pueden registrar el desempeño de los estudiantes y proporcionar retroalimentación inmediata. Esto permite a los profesores realizar un seguimiento más preciso del progreso de cada estudiante, identificar áreas de fortaleza y debilidad, y proporcionar una retroalimentación individualizada para apoyar el crecimiento y el desarrollo de los estudiantes.

La educación híbrida permite a los aprendices desarrollar sus habilidades digitales y competencias necesarias para el siglo XXI (González y Ramírez, 2022). Al interactuar regularmente con herramientas y tecnologías digitales, los estudiantes desarrollan habilidades técnicas, competencia digitales, y capacidades para utilizar recursos en línea de manera efectiva. Estas habilidades son fundamentales en el mundo actual y preparan a los estudiantes para el entorno laboral y social.

Estas cinco características de los modelos híbridos pueden ser cruciales en el desarrollo de estrategias personalizadas que permitan, por una parte, ofrecer a los estudiantes escenarios de formación donde puedan abordar los vacíos y debilidades frente a sus logros esperados, pero a la vez permitiría identificar fortalezas y capitalizarlas en el desarrollo del talento de cada uno de los estudiantes, pues las brechas no se cierran únicamente con acciones remediales, sino que también requieren del reconocimiento de lo que el estudiante “si” puede hacer, pues en las fortalezas está el cimiento del crecimiento.

Enfrentando una paradoja

Durante la pandemia, la educación remota mediada por tecnología y la educación híbrida se constituyeron en alternativas viables para conservar de la mejor manera posible las trayectorias educativas de los estudiantes. Una gran dificultad que tuve al iniciar la escritura de esta reseña fue encontrarme con literatura como el documento de trabajo de Goldhaber y colaboradores (2022), "Las consecuencias de la instrucción remota e híbrida durante la pandemia", donde se evidencia un aumento en las brechas de aprendizaje durante la pandemia, en particular asociado a la implementación de modelos de educación híbrida en poblaciones con altos niveles de pobreza.

Frente a esto, la pregunta que surge es cómo explicar que la educación híbrida, teniendo tantas potencialidades, puede contribuir al afianzamiento de las brechas educativas.

Una primera explicación es que no todo lo que llamamos "educación híbrida" es, en realidad, "educación híbrida". En muchos casos, se trata del mismo modelo educativo tradicional hetero-estructurante, pero replicado en entornos remotos. En estos entornos, las pedagogías tradicionales podrían resultar muy débiles para el desarrollo de capacidades debido a la distancia física entre los actores educativos.

Una segunda explicación es la existencia de brechas digitales (Guerrero-Quiñonez y colaboradores, 2023), pues las metodologías híbridas requieren de acceso efectivo a dispositivos y conectividad, algo que no siempre era posible garantizar,  a pesar de los esfuerzos realizados, Sin embargo, la brecha digital más fuerte que se vivió en ese momento fue el bajo desarrollo de las capacidades informacionales aplicadas al aprendizaje por parte de los estudiantes, y las capacidades informacionales aplicadas a la mediación por parte de muchos educadores. Estas capacidades tuvieron que desarrollarse en el camino. No obstante, en un modelo de educación híbrida, deben ser un elemento fundamental de las prácticas formativas.

Una tercera explicación puede ser la disminución de la interacción y participación entre los estudiantes y los docentes, ya que las experiencias de aprendizaje en línea y remoto requieren el desarrollo de nuevos modos de interacción y participación explícitos, que también deben aprenderse.

Una cuarta explicación puede ser la saturación tecnológica, ya que la educación híbrida puede requerir el uso de varias plataformas y herramientas tecnológicas. Esto puede generar una sobrecarga y “aburrimiento tecnológico” para los estudiantes y docentes, especialmente si no están familiarizados con todas las herramientas o si tienen que usar múltiples plataformas simultáneamente. En ese sentido, se vuelve esencial en la planificación de las actividades identificar las propiedades y posibilidades de los diferentes entornos (presencial, virtual, sincrónico, etc.) que permitan determinar qué acciones son más oportunas y potentes en cada uno de estos escenarios.

En conclusión, es importante entender que para lograr una educación de calidad es necesario utilizar de manera pedagógicamente óptima los recursos que tenemos a nuestra disposición. Debemos aprovechar al máximo el tiempo que tenemos cara a cara con nuestros estudiantes para abordar aquellos aprendizajes que los  entornos virtuales no nos permiten. Debemos aprovechar la potencia de ampliación de perspectiva, espacios y tiempos que el mundo virtual y las experiencias tecnológicas nos permiten crear. Debemos entender que como educadores en el mundo actual, estamos llamados a ser creadores de oportunidades de formación y no solo consumidores, y que también se nos presentan innumerables posibilidades en las comunidades y entornos a los que podemos acceder de manera remota en tiempo real.

Esta es una invitación para que abramos nuestra mente como educadores, expandamos nuestra concepción de espacio y tiempo, y nos demos la oportunidad de crear opciones potentes para que nuestros estudiantes transiten por ese mundo que está ahí para ser conquistado.

Referencias

Bermúdez, M., (2022) Educación híbrida: una alternativa y una decisión pedagógica

Armendano, A., González, S. E., y Camino, N. B. (2022). Aula híbrida: una ventana al camino posible. Trayectorias Universitarias, 8.

Goldhaber, D., Kane, T. J., McEachin, A., Morton, E., Patterson, T., y Staiger, D. O. (2022). The consequences of remote and hybrid instruction during the pandemic (No. w30010). National Bureau of Economic Research.

González-Pérez, L. I., y Ramírez-Montoya, M. S. (2022). Components of Education 4.0 in 21st century skills frameworks: systematic review. Sustainability, 14(3), 1493.

Guerrero-Quiñonez, A. J., Bedoya-Flores, M. C., Mosquera-Quiñonez, E. F., Ango-Ramos, E. D., y Lara-Tambaco, R. M. (2023). Hybrid Education: Current Challenges. Ibero-American Journal of Education & Society Research, 3(1), 276-279.

Díaz, J., Saldaña, C., y Avila, C. (2020). Virtual world as a resource for hybrid education. International Journal of Emerging Technologies in Learning (iJET), 15(15), 94-109.

Li, K. C., Wong, B. T., Kwan, R., Wu, M. M., y Cheung, S. K. (2022, June). Evaluation of Hybrid Teaching Effectiveness: The Perspective of Academics. In Blended Learning: Engaging Students in the New Normal Era: 15th International Conference, ICBL 2022, Hong Kong, China, July 19–22, 2022, Proceedings (pp. 265-274). Cham: Springer International Publishing.

Manciaracina, A. (2022). Designing Hybrid Learning Environments and Processes: Interactive Communication Tools for Active Learning. Springer Nature.

Mourtzis, D., Panopoulos, N., y Angelopoulos, J. (2022). A hybrid teaching factory model towards personalized education 4.0. International Journal of Computer Integrated Manufacturing, 1-21.

Whalley, B., France, D., Park, J., Mauchline, A., y Welsh, K. (2021). Towards flexible personalized learning and the future educational system in the fourth industrial revolution in the wake of Covid-19. Higher Education Pedagogies, 6(1), 79-99.

Nota: En el desarrollo de este documento se utilizaron diferentes herramientas basadas en IA.