Alfredo Sarmiento
Director de la Misión de Educadores y Sabidurías Ciudadanas, Consultor educativo

La Misión de Educadores y la transformación de la educación de Bogotá

Miradas a la educación

En la ciudad, al igual que en el país y en el mundo, enfrentamos desafíos nuevos para construir una sociedad con desarrollos necesarios y ambiciosos. Estamos saliendo de una pandemia que puso a prueba las instituciones de desarrollo económico y social, un pronosticado cambio climático que nos está recordando la urgencia de lograr el respeto y cuidado de los ecosistemas como condición de supervivencia; que además afectó con mayor fuerza a los hogares más pobres, ampliando las brechas de acceso y disfrute en la salud, en la educación y en las oportunidades de empleos formales.

La reflexión académica y la práctica de las políticas sociales en el mundo han demostrado que las políticas educativas pueden al mismo tiempo aumentar las posibilidades de desarrollo y compensar las desventajas en las condiciones socioeconómicas de nacimiento, si se hace en edades tempranas de manera integral y con calidad. 

Ante este desafiante panorama es imperioso atender los resultados de la Misión de Educadores y Sabiduría Ciudadana, creada por la Secretaría de Educación de Bogotá, con el decidido apoyo de la Alcaldía Distrital, que desde comienzos del 2020 logró  consolidar espacios de discusión democráticos, abiertos y racionales para encontrar cómo transformar la educación para que sea un camino pertinente, eficaz, eficiente en la construcción de una sociedad universalmente inclusiva, equitativa, con desarrollo humano pleno.

La forma como se desarrolló la discusión unió la experiencia práctica y la académica. Participaron las comunidades de base: docentes privados y públicos, estudiantes, familias; se presentaron y analizaron 50 experiencias exitosas de la ciudad, seleccionadas por el Instituto de Investigaciones Educativas y Desarrollo Pedagógico (IDEP); se recibieron las reflexiones e investigaciones de  expertos, académicos de diferentes disciplinas y empresarios; también participaron activamente las universidades: Nacional, Pedagógica, Distrital, los Andes, Externado y la Salle. Se aplicó, procesó y analizó la opinión recogida por encuestas, diferenciadas por tipos de actores y respondidas por cerca de un millón de personas. Adicionalmente se realizaron consultas y entrevistas con responsables de experiencias nacionales e internacionales probadas y valoradas como exitosas, en discusiones y sesiones de “webinar”.

Los elementos de transformación de la educación resultados de la Misión de Educadores y Sabiduría Ciudadana -MESC- se presentan por los ejes temáticos de organización de la Misión, que se detallan adelante. Hay sin embargo, miradas generales que alimentan transversalmente todos los ejes: i) El acceso a la educación debe estar al alcance de todos y para ser eficaz se requiere que ofrezca y logre trayectorias completas y educación de calidad; ii) Se requiere un profundo cambio en la gestión educativa; iii) Es importante lograr el compromiso de toda la comunidad educativa para alcanzar la calidad y la integralidad.

  1. En la educación inicial se construyen las bases sólidas para toda la vida. Si una persona no alcanza la educación inicial, antes el actual preescolar, ya lleva una desventaja que afectará su acceso a los siguientes niveles educativos y dificultará la posibilidad de alcanzar la educación superior. Los avances de la neurociencia demuestran que el desarrollo del cerebro es muy importante en los primeros años de vida y la economía ha evaluado que si la educación se inicia antes de los cuatro años puede incluso corregir los problemas del coeficiente Intelectual. Heckman y Materov han evaluado que recibir a los tres años una educación integral que promueva el carácter, la resiliencia y el manejo de conflictos pueden compensar las desventajas que se producen por deficientes condiciones socioeconómicas en los hogares. La educación universal de calidad, iniciada a los tres años, es un instrumento eficaz para construir un país más equitativo y para compensar la centenaria inequidad colombiana. Asegurar el ingreso creciente a la educación a los tres años, de manera que se universalice el acceso en el 2038, es indispensable para lograr equidad y calidad. Esto implica también enriquecer el saber pedagógico sobre la educación inicial y preparar a los docentes hombres y mujeres en este nivel para garantizar  el cuidado de calidad a los infantes. 
     
  2. Lograr la formación integral y de calidad. Toda educación impartida en las aulas o en los espacios diversos de la ciudad debe dar la posibilidad real de desarrollar todas las capacidades de los niños y adolescentes como personas. Integral definida como: la formación intelectual con capacidad crítica, con interacción con la familia y el contexto social que fomente la formación socioemocional. En este aspecto, debe fortalecerse la autoestima y el sentido de justicia como reciprocidad: estar dispuesto a hacer por los demás, lo que los demás están dispuestos a hacer por mí. Respetar y exigir respeto.  La formación ciudadana para participar en la toma de decisiones, la resiliencia, el desarrollo físico deportivo, la formación estética y artística, la ciencia y la tecnología, la capacidad de identificar conflictos y poder superarlos con el diálogo sin violencia. Lograrlo implica promover alianzas con otras instituciones, aprovechar los espacios de las localidades y la ciudad, intercambiar conocimientos y experiencias nacional e internacionalmente. Se debe también inculcar desde la niñez la ambición por definir y alcanzar metas ambiciosas en su proyecto de vida.
     
  3. La transformación de la pedagogía y curricular. Se trata de tener siempre la claridad que el objetivo de la educación y del desarrollo son las personas, en las instituciones escolares los niños, niñas y adolescentes. La estrategia básica de la nueva pedagogía debe iniciarse con el mayor conocimiento individualizado posible de las características de los estudiantes, sus dificultades, sus capacidades y sus preferencias. El reto para los maestros es iniciar la formación desde proyectos del entono específico de las instituciones escolares. Ojalá a partir de las inquietudes e intereses de los estudiantes. Esto requiere entonces un trabajo en equipo de profesores de diversas especialidades. La conceptualización y la práctica han demostrado que observar para entender y entender para transformar exige un trabajo multidisciplinar. Esta aplicación interdisciplinar es una forma de investigación tanto para los niños como para los equipos docentes. Hacerlo en alianzas entre instituciones escolares e instituciones oficiales y privadas, enriquece el ejercicio profesional y la formación. Es un llamado también para cambiar la idea de distribuir el aprendizaje por años escolares. Lo deseable sería trabajar por niveles o ciclos, para permitir que los estudiantes aprendan a su propio ritmo según sus propias preferencias y capacidades. Es fundamental, además, que en las facultades de las universidades se exija un acompañamiento de la práctica al menos en el primer año por los profesores universitarios y los administrativos del nivel central. De esta manera se asegura que la formación docente se aproximará cada vez más a las necesidades de la práctica diaria en las instituciones escolares.
     
  4. Jóvenes y adultos con capacidades y proyectos de vida que les sirvan para integrase como ciudadanos que participan activamente en el desarrollo económico, social, político, de innovación y creación de tecnologías. Este nivel, conjuntamente con el de educación inicial, exige un importante cambio en la forma como se ofrece actualmente en el sistema educativo. Lograr alcanzarla y llegar a la educación superior es la forma de obtener las trayectorias completas.  Aumentar la formación de personas altamente calificadas ha sido la forma como los países desarrollan su capacidad de investigar, crear nuevas tecnologías y ser más competitivos. Dirigir la educación media a especialización temprana para los más pobres es una manera de perpetuar la pobreza. El reto es lograr que todos los jóvenes tengan la oportunidad de articularse con la formación terciaria, tanto en la educación superior, como en la formación para el trabajo y el desarrollo humano.  En este nivel debe fortalecerse la interacción de las instituciones escolares con los institutos tecnológicos, el SENA y las universidades.  Cada institución puede ofrecer unas posibilidades de formación técnica en sectores y ocupaciones, pero deben existir alianzas para que los estudiantes tengan la posibilidad de formarse según sus capacidades y elecciones en otras instituciones. La flexibilidad para la elección y la formación es muy importante en un mundo donde el cambio es cada vez más acelerado y continuo. Además, en este nivel es cuando los jóvenes comienzan a elegir su ocupación y proyecto de vida; de manera que las instituciones deben ofrecer un soporte a la orientación profesional para facilitar la elección y lograr que sea pertinente para una integración activa y adecuada a la organización económica, política y cultural del país. Desde el punto de vista del desarrollo de la innovación, la investigación y la creación de nuevas tecnologías, es necesario que la ciudad y el país logren universidades de alto nivel de calidad.  Contar con una importante cantidad de investigadores, con alto nivel de formación y capacidad de investigación, es una condición para que la innovación y competitividad del país aumente. Otro requisito importante es la flexibilidad de intercambio entre las diversas formas de educación del nivel terciario.  En la actualidad, la velocidad de cambio de la tecnología produce nuevas profesiones y puede producir la obsolescencia de otras. Por lo tanto, es importante la flexibilización institucional para permitir el paso entre las vías tecnológica y académica. También deben desarrollarse los sistemas de certificación que permitan reconocer la formación por la experiencia.
  5. Educación para todos y todas: Acceso y permanencia con énfasis en educación rural. La transformación de la sociedad requiere que la nueva generación de niñas y niños se forme como ciudadanos resilientes, sensibles a la desigualdad y a las necesidades de los demás, que persigan una visión común de Bogotá́ y de toda Colombia. Que consideren al otro como parte de su desarrollo y bienestar. Este es el principio ético fundamental para enfrentar de forma progresiva los desafíos sociales, ambientales, productivos, en esta década y en la siguiente, cuando Bogotá́ cumplirá́ cinco siglos de existencia.Se debe transformar la práctica educativa, para dar acceso a todas las poblaciones hoy vulnerables, víctimas, migrantes, indígenas entre otras. Se debe tener una visión intercultural que construya una identidad que abarque todos los habitantes de ciudad.  Garantizar una educación que aporte sentido a las comunidades y sus territorios, y donde se dé el reconocimiento de los saberes tradicionales. Reconocer que las diversas ruralidades exigen subsistemas de educación territorial. Trabajar más integradamente desde el sector educativo con otras secretarías como salud, integración social, seguridad. Trabajar de la mano con otras políticas sociales que deben ocuparse de derribar las barreras de exclusión. Los problemas están en los territorios, y son ellos mismos los que conociéndolos y analizándolos deben desarrollar las capacidades para transformarlos. Un reto importante es encontrar la forma adecuada de universalizar la educación inicial y el preescolar en la ruralidad. Todos los colegios deben ser inclusivos. Se requiere fortalecer en la formación docente los elementos que permitan hacer realmente incluyente la educación.
     
  6. Financiación de la educación y mejoramiento de la gestión.  Una de las preocupaciones de la Misión ha sido lograr que las recomendaciones sobre las transformaciones necesarias no sean solamente enunciados ideales. Una preocupación constante es encontrar su factibilidad y la forma de convertir las propuestas en programas que se puedan operacionalizar y realizar. Entre los resultados que la discusión del tema y su análisis dejó se encuentran los siguientes:
    Primero, para mejorar la calidad educativa en Bogotá́, si bien se requiere de recursos adicionales, también se necesita aumentar la eficiencia de los recursos actuales. Es decir, hay un margen importante para la eficiencia del gasto, lo cual se puede hacer mediante una mejor gestión de los recursos. La fusión de colegios aumentó la carga administrativa especialmente en los más grandes. Los sistemas de información están orientados a las necesidades de la administración central y no de los colegios. Los rectores han perdido su rol de líderes pedagógicos, han dejado su protagonismo para dedicarse a la gestión administrativa.
    Segundo, se requiere una transformación importante de la gestión administrativa del sistema educativo de la ciudad en todos los niveles: Secretaría, Localidades e Instituciones, buscando una mayor descentralización y autonomía para la gestión pedagógica.
    Tercero el tránsito a la jornada única, normatizado en 1994, solo ahora se está implementado y requiere mayor cantidad de aulas construidas, hoy solo se ha llegado al 16 %. 
    Cuarto, es necesario evaluar los problemas que han traído los mega colegíos para la gestión pedagógica y el vínculo de la familia con la escuela.
    Quinto, definir una nueva canasta educativa es necesario; es clave dotar, tanto a los colegios como a las y los estudiantes de elementos indispensables en el proceso educativo tales como libros, computadores, conexión a internet. También es clave dotar al colegio, además de laboratorios, de elementos para el desarrollo de actividades deportivas y artísticas con el fin de generar una educación más integral.
    Sexto, Mayores recursos de financiación para la educación y mejoramiento de la gestión. Las metas planteadas para alcanzar avances sustanciales en la educación pública en Bogotá́ exigen esfuerzos simultáneos en dos frentes: recursos adicionales y mayor eficiencia del gasto asignado. Sobre el primer punto es evidente que existe un déficit, al comparar 2021 con 2034, habría un aumento del 47,5 %, llevando el gasto por estudiantes, en pesos de hoy, a 8,3 millones de pesos. Adicionalmente, al desagregar el déficit por año, este crece a una tasa de más del 10 % en los primeros dos años y luego fluctúa entre 0,79 % y 3,08 %. Dada la complejidad de las posibles fuentes de recursos, se recomienda a la Administración Distrital conformar un grupo de trabajo de especialistas en temas fiscales que profundice en estas propuestas y asegure que estas nuevas fuentes de recursos fiscales sean definidas en sus montos,  tiempos y procedimientos para asumir el déficit que presentan las proyecciones realizadas.

Los retos son grandes, sin embargo mediante un trabajo interinstitucional e interdisciplinar se podrá lograr el compromiso para que toda la sociedad tome conciencia de que a través de la educación puede resolver los grandes problemas de inequidad y construir una mejor ciudad, con desarrollo humano pleno que puede inspirar al país y ser reconocida por la sociedad global del conocimiento.