Adriana Paola González Valcárcel
Secretaria Técnica Misión de Educadores y Sabiduría Ciudadana.

STEM y género: una reflexión pendiente

Miradas a la educación

Hace apenas un siglo en la mayoría de los países la mujer carecía de muchos derechos que en el siglo XXI ya son normales, como el ejercicio del voto, el trabajo y la educación, que por siglos fueron privilegio para los hombres; aún persisten países como Arabia, Qatar y otros, en donde la legislación y la cultura establecen que la mujer debe cubrir todo su cuerpo y su cara al circular por las calles, que debe obtener la autorización de su esposo para manejar un vehículo y que debe andar varios metros detrás de él, en señal de respeto y sumisión. Sin embargo, la situación actual de la mujer en términos generales indica que en el último siglo se produjo un avance en la mayor parte de las naciones.

A pesar de esos avances, la mujer aún en varios de los estados tiene una presencia inferior a la del hombre, y el estudio de carreras científicas es uno de ellos. A pesar de que en países como en Colombia hoy común que las mujeres salgan de sus casas temprano en las mañanas a trabajar en una oficina o a estudiar en una universidad, al igual que lo hacen los varones del hogar. Así mismo ellas y ellos no estudian lo mismo y la diferencia se nota especialmente por la amplia mayoría de hombres en las facultades de carreras científicas, como la física. El hecho de que la mujer tenga menor presencia en estas carreras necesariamente determina su futuro profesional y laboral, y puede reflejar diferentes situaciones subyacentes

El desarrollo económico de Colombia en la actualidad y de forma tradicional ha dependido de la exportación de productos como el petróleo, el café y el carbón (Acevedo & López, 2018), esa situación hace que la economía esté sometida a los vaivenes de la oferta y la demanda internacional. Para que esta situación cambie, y la industria crezca por medio de la exportación de productos con alto porcentaje de valor agregado, se necesitan más científicos capaces de investigar y desarrollar esos productos, y eso solamente sucederá cuando cada vez más jóvenes se interesen por las carreras científicas, escenario en el cual las mujeres tienen un amplio espacio que sería factible suplir, gracias a las capacidades intelectuales que han demostrado en otros terrenos en donde su presencia es más notoria.

El propósito que busca la enseñanza es preparar al alumnado para una apropiada incorporación en la sociedad, la cual no será factible si no se valora el papel que tiene la ciencia y la tecnología en la forma de vida actual. Hoy es apremiante y necesario tener una educación cimentada en una formación científica y tecnológica apropiada que posibilite adquirir las bases mínimas para que el alumnado, que son los futuros ciudadanos(as), puedan incorporarse a la sociedad, siendo partícipes con sus propios criterios para enfrentar las dificultades que trae la vida, y confrontar con garantías el futuro del desarrollo económico y social que se encuentra vinculado a la capacidad científica, tecnológica e innovadora.

Es angustiante dejar el futuro de las nuevas generaciones sin bases sólidas, dirigiéndolas a una sociedad analfabeta científicamente, si no se busca transformar de la mejor manera la enseñanza de las ciencias en la educación, por lo tanto, es necesario darle prioridad a mejorar el currículo de los centros educativos, pero esta necesidad no debe ser asumida únicamente por el profesorado de las ciencias. Es una petición de una parte trascendental del mundo de la ciencia, la sociedad, la economía, la industria y la vida misma.

Las mujeres que han ingresado en el entorno de la ciencia y la tecnología, se consideran afortunadas y con determinados privilegios socioeconómicos o condiciones familiares a favor, que permitieron su ingreso en el área, aunque exista una mayor participación de las mujeres dentro de este entorno en el mundo científico actual, no es primordialmente generado por las transformaciones dentro de las instituciones de generación científica, ni de políticas públicas específicas, sino de los esfuerzos personales y de las diferentes aportaciones feministas que han denunciado y visibilizado los desafíos en este entorno. Los criterios que hay actualmente en las instituciones científicas no son discriminatorios, por lo menos de forma explícita, sino más bien al exponer sus procesos a espacios de género, la discriminación se percibe en los efectos de estos criterios.

Es importante analizar las posibles causas que tienen que enfrentar las mujeres en ciencia y tecnología y sus implicaciones en términos de igualdad sustantiva, así como proponer una solución que contribuya a que las niñas asuman el reto de estudiar carreras científicas como la física.

El bajo interés e intervención de las estudiantes en carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (CTIM- STEM por sus siglas en inglés) se ha transformado en un problema a nivel global, ya que disminuye el número de mujeres que se dediquen a los  estudios científicos y técnicos que se requieren y que son el motor del desarrollo económico y social, ya que retribuyen la demanda profesional de STEM, brindan a todos las posibilidades de disfrutar de CyT por encima de las barreras mentales, culturales y estereotípicas acerca de la ciencia y los científicos, y mejora la implicación de los grupos que se encuentran infrarrepresentados (el caso de las mujeres).

La poca presencia de las mujeres en la ciencia se le ha atribuido a su desinterés personal por estas áreas, e incluso por supuestas falencias innatas que restringirían sus probabilidades de poder tomar como opción de estudio esta clase de carreras. En variadas investigaciones se ha podido evidenciar que el problema no reside en las mujeres, sino que es el resultado de una sociedad discriminatoria por género, que tiene que ver también con la misma ciencia y con la manera como se enseña, con las expectativas familiares y sociales que restringen las posibilidades de las niñas y mujeres para avanzar en el campo de la ciencia.

En todos los entornos de la vida este sistema de desigualdades se manifiesta de formas específicas. En la academia, las artes, la política, las ciencias, la tecnología, se puede develar la forma en que la diferencia sexual genera desigualdades a nivel social y formas de violencia causadas por la marginación o exclusión de los puestos de dominio o por la invisibilización de sus obras o trabajos.

Con el fin de incrementar la actividad científica, se requiere incorporar los aportes de la mitad de la humanidad, por lo cual es indispensable reconsiderar la educación científica desde una mirada que no promueva las desigualdades de género, sino que las cuestione, y favorezca la cooperación, la solidaridad y el respeto en las relaciones, con el fin de que las niñas y jóvenes perciban que las ciencias no conforman un ámbito que las excluye, y que los chicos penetren dentro de esta diversa mirada.

El camino que tuvieron que recorrer las mujeres que se dedicaron o se dedican a las ciencias estuvo sembrado de múltiples obstáculos y las científicas pioneras debieron argumentar y defender sus capacidades con mucho esfuerzo. Dentro de ellas está María Curie, que fue condecorada con dos Premios Nobel, sin embargo no fue admitida en la Academia Francesa de Ciencias por ser mujer. Lynn Margulis fue una de las biólogas más importantes del Siglo XX, autora de la teoría endosimbiótica seriada (SET), que demuestra el surgimiento de las células eucariotas a partir de las procariotas y quien tuvo que soportar una incesante rivalidad en su trabajo. Su principal artículo “On the Origin of Mitosing Cells” se divulgó después de que fue rechazado por 15 revistas científicas. Y muchas otras, que se podrían mencionar, tanto de ingreso como de gratitud por la labor y dedicación a esta área de la ciencia.

La brecha de género en el área de Ciencia y Tecnología, de acuerdo con un estudio realizado por Xie y Shauman (2005), quienes buscaron demostrar el intrincado proceso al que se tienen que enfrentar las mujeres cuando van a escoger una carrera, y después el proceso que deben enfrentar para continuar en ella. Con ese fin incorporaron un modelo de “trayectoria de vida” mediante el cual analizaron la influencia que tiene en las mujeres factores tales como la familia, la educación, el vínculo con las matemáticas, los estereotipos, los sitios de trabajo, etc., para esta etapa en la que deciden su carrera. De igual forma, Correll (2001) afirma que hay mecanismos estructurales que van limitando las probabilidades educativas de las mujeres. Simon et. al. (2017) señalan que no es un momento determinado de la vida de la mujer el que define su salida, sino que son variados constructos sobre el género, la ciencia, los sitios científicos de trabajo, las expectativas de los padres, entre otros, los que intervienen y restringen las probabilidades de las mujeres. Corell (2001, pág. 1695) afirma que el género está conformado por un sistema multinivel, que no solo involucra roles individuales, sino también maneras de comportarse de forma interpersonal, tanto a nivel micro y macro, y que tiene incidencias sobre la distribución de los recursos y la formación de expectativas educativas.

Existen también investigaciones acerca de las desigualdades educativas, que se han centrado en averiguar cómo las particularidades de las estudiantes, principalmente su estatus socioeconómico, el género y el origen étnico, tienen incidencia sobre la consecución de ciertos resultados educativos (Cárdenas & Ramírez, 2011) aunque la desigualdad de género en educación superior es distinta de las otras, ya que, a diferencia de los estudiantes de grupos desaventajados por motivos de su origen étnico o estatus socioeconómico, las mujeres intervienen en igual proporción que los hombres en la educación superior y la discriminación surge de sus “predilecciones” en la escogencia de la carrera (Ayalon, 2003). Todas estas investigaciones permiten determinar que el ingreso de las mujeres a la educación superior en las carreras científicas se encuentra determinado por múltiples circunstancias a las cuales se les debe prestar bastante atención, con la finalidad de generar mayores posibilidades para las mujeres, para que tengan la oportunidad de una mejor perspectiva en su propio futuro.

REFERENCIAS

Acevedo, P., & López, A. (2018). Investigación de los acercamientos de Colombia a una reforma agraria desde una perspectiva comparada a la reforma agraria de Corea del Sur, desde los años 1960. Bogotá: Cámara de Comercio de Bogotá.

Ayalon, H. (2003). Women and men go to university: Mathematical background and gender differences in choice of field in higher education. Sex Roles, 277-290.

Cárdenas, S., & Ramírez, E. (2011). Controlling administrative discretion promotes social equity? Evidence from a natural experiment . Public administration.

Corell, J. (2001). Gender and the career choice process: The role of biased self-assesments. American Journal of Technology , 106(6), 1691-1730.

Simon, R., Wagner, A., & Killion, B. (2017). Gender and choosing a STEM major in college: Femininity, Masculinity, Chilly climate, and occupational values. Journal of research in science teaching, 54(3), 299-323.

Xie, Y., & Shauman, K. (2005). Women in science career Processes and outcomes. Massachusets: First Harvard University Press.