Anna Pons
Experta en educación de la OCDE. Licenciada en Ciencias Biológicas. Maestría en Educación ambiental y responsabilidad social corporativa, Universidad Politécnica de Valencia.
Claudia Roberto Shilito
Profesional del Equipo de la Subsecretaría de Calidad y Pertinencia

“Sin un currículo no podemos definir el resto de las políticas educativas”

Miradas a la educación

Foto: Anna Pons en panel del Foro Educativo Distrital 2022

Entrevista de Claudia Roberto Shilito a la especialista e investigadora Anna Pons

Revista Escuela y Pedagogía (REyP): Con el propósito de pensarnos la educación del siglo XXI, de la cual hace parte este espacio del Foro Educativo Distrital, quisiéramos saber ¿cuáles son las transformaciones prioritarias que deben promover los sistemas educativos, especialmente el colombiano?

Anna Pons: El mundo de mañana será muy distinto al mundo que conocimos ayer y al que estamos viviendo. Ya la pandemia ha demostrado que es un mundo de nuevas vulnerabilidades, de nuevas complejidades, un mundo de incertidumbre. Un mundo en el que no tendremos un trabajo para toda la vida, sino distintos trabajos. Un mundo en el que nuevas crisis, llámense pandemias o eventos naturales, han de transformar la manera en la que estamos acostumbrados a vivir y a relacionarnos. Entonces, la pregunta es si el sistema educativo actual responde y está preparando a los estudiantes para este mundo del mañana.

Desde la OCDE lo que vemos es que hay que avanzar desde un sistema educativo que estaba preparado y enfocado a permitir el acceso de todos los estudiantes a la educación, un sistema industrial y de acceso, hacia un sistema que permita el desarrollo del estudiante de manera integral. Un sistema que dé una brújula a los estudiantes para que sepan navegar en esas incertidumbres y en ese mundo desconocido de mañana. Porque si tuvimos alguna certitud es que el futuro nos va a seguir sorprendiendo y en ese futuro sorprendente los docentes, los rectores y las instituciones educativas tiene un papel fundamental, son la pieza clave del sistema.

En el mundo de ayer la pieza clave eran los ministros y sus equipos, los expertos del país. En el mundo de mañana los expertos tenemos que confiar en nuestros docentes y rectores, por lo tanto hay que invertir en ellos. La pandemia lo ha dejado claro: ningún ministro, ningún secretario de educación estaba preparado para responder ante una pandemia. Había que responder in Sitú, en el centro educativo y ahí han sido los docentes y directivos quienes han demostrado que pueden encontrar, creativamente, nuevas maneras de apoyar a sus estudiantes. Entonces la innovación y la transformación educativa para el mañana va a venir de los docentes. Así las cosas, tenemos que invertir en la profesión docente para avanzar hacia esa transformación.

Estos espacios como el Foro Educativo Distrital, en el que se celebra la transformación educativa, en el que se promueve la innovación educativa y en la que se reconoce la labor de los docentes, me parecen fundamentales.

REyP: ¿Cuáles son esas competencias que usted cree se deben fortalecer, tanto en directivos como en los docentes, para llegar a esa escuela que nos está planteando el siglo XXI?

AP:  Se trata de un perfil docente que es diferente al de antaño, en el que se espera que los docentes fueran altavoces de la enciclopedia del conocimiento, que estén en el aula y que retransmitan su saber. Hoy en día muchos estudiantes tienen un teléfono móvil y si tiene datos, buscan en Google y ahí les sale muchísima más información que la que pueda tener su docente.  Eso lo que significa es que el docente del futuro tiene un perfil y un rol diferente, por eso hay que definir cuál ese rol, y es el de un docente que tiene que estar preparado para acompañar a los estudiantes en esos procesos de aprendizaje. No es el que solo comparte su conocimiento, sino que sabe entender cuáles son los intereses, las motivaciones y las dificultades de cada uno de los estudiantes y como dar los insumos al grupo de estudiantes en su conjunto, pero también de manera individual, para favorecer el crecimiento de cada uno y acompañar el desarrollo tanto a nivel cognitivo, intelectual, académico, como en todas esas competencias socioemocionales que los estudiantes deben desarrollar.

Hasta ahora habíamos pensado que la educación solo de trataba de dar a los estudiantes conocimientos académicos y no hemos visto claramente que también hay que propiciar y desarrollar todas esas habilidades socioemocionales, que no van a caer del cielo. Y no es una tarea de los docentes que se dedican a temas de ciudadanía o similares (no sé si en Colombia lo tiene), no son asignaturas o una tarea del currículo de ese solo docente, sino que es una tarea de cualquier docente, de cualquier materia y grado; ya sea de ciencias, matemáticas, todos los docentes deben trabajar no solamente los conocimientos académicos propios de la asignatura, sino también las competencias socioemocionales.  Enseñar matemáticas también es enseñar a ser ciudadano, a respetar, a valorar la diversidad.

REyP: En cuanto al directivo docente ¿cuáles serían esas competencias?

AP:  En muchos países, el rector del centro educativo es una figura sumamente administrativa. Sin embargo, cuando les preguntamos en una encuesta que hace la OCDE, que se llama TALIS (la cual se aplica en 48 países distintos, incluyendo Colombia), lo que ellos nos dicen es que para mejorar la calidad de su institución deben involucrase más en el ámbito pedagógico, para que la institución mejore sus resultados tiene que haber un liderazgo pedagógico, y esa figura, ese rol, queda muy relegado. Cuando les preguntamos a los directores qué tanto tiempo pueden dedicarle a este aspecto, indican que solo el 16 % de su tiempo, lo cual es muy poco. Esto sucede porque está sujeto a atender lo que surge en el momento, los asuntos administrativos y también porque no se les ha preparado para este rol y no se han seleccionado para desempañarlo. Es preciso que se haga un cambio en los perfiles, para que así tengamos un sistema que esté preparado para la transformación educativa.

REyP: ¿Cuál es el papel de lo digital en la educación del siglo XXI?

AP: El papel de lo digital en el futuro es algo frente a lo cual aún no se tiene una respuesta. Se está dando un momento de transformación tecnológica que ha cambiado nuestra manera de operar. Muchas cosas de nuestra cotidianidad se han transformado por lo digital. Pero piensen en la escuela, en el aula, ¿qué ha cambiado? Lo que vemos en un estudio TALIS en el que participó Colombia, es que hay medios digitales en los colegios, pero solo se usan con fines de comunicación. Son muy pocas las instituciones y docentes que se han apropiado de estos medios para transformar la manera en la que están enseñando y aprendiendo.  

El valor de los medios digitales no está en comunicar sino en transformar la manera de enseñar y de aprender, y hasta que no logremos repensar y apropiarnos de estos medios para hacer esa transformación, no le estaremos sacando el provecho a estos, no van a estar añadiendo valor. De hecho, lo que observamos en la encuesta de PISA es que incluso pueden convertirse en una distracción. Algunos países han hallado una relación entre el bajo desempeño con el uso de más medios digitales. Hay que saber utilizarlos, habiendo hecho, previamente, una reflexión sobre para qué nos pueden servir y cómo podemos transformar esos procesos.

No soy gurú, ni gran experta digital, pero a nadie se le escapa que por ejemplo la inteligencia artificial nos permitirá dar a cada uno de nuestros estudiantes los insumos más relevantes para sus necesidades de aprendizaje, dar una evaluación y un feedback constantemente, en lugar de hacer exámenes cada tres meses o un año.

Los medios y la evolución digital aún no han llegado a las aulas, lo harán en algún momento, tenemos que prepararnos para ello, y eso significa poner a los docentes a reflexionar sobre cómo se puede transformar, en lugar de que sean las empresas tecnológicas las que desarrollen los medios y la manera del enseñar del mañana, debemos poner a los docentes en el centro de esa transformación.

REyP: ¿Cuál es el rol de instituciones como la Secretaría de Educación frente  a la innovación, cómo hacerlo extensivo a los colegios?

AP: La primera cosa que quisiera dejar en claro, es que la docencia es una profesión abierta a la innovación, más del 80% de los docentes nos dicen en la encuesta Talis que están abiertos a innovar y que sus pares y sus instituciones educativas también lo están, entonces partimos bien porque están comprometidos e interesados en innovar. Pero la innovación puede ser agotadora, hay que pensar muy bien esos procesos y dar los apoyos necesarios. Ahí es cuando entra el rol de la secretaría y de sus equipos que van a dar apoyo en los centros educativos.

Creo que por una parte es muy importante identificar buenas prácticas para fomentar la reflexión docente, la reflexión sobre estas prácticas y permitir que se escalen; ahí la Secretaría tiene un rol fundamental para identificarlas y elevarlas a nivel sistema. Es importante que en ese reto se genere un proceso de reflexión profesional sobre cómo apropiarse de esas buenas prácticas, ya que si vienen impuestas, probablemente no van a llegar al aula; por esto es importante facilitar la reflexión docente para que sean ellos quienes puedan apropiarse de esas innovaciones.

Cuando uno piensa en innovaciones tiende a pensar en temas radicales y no tiene que ser así, la mayor parte de la innovación son pequeños procesos que hacen una diferencia para el estudiante o para los otros docentes, entonces tenemos que tratar de identificar más rápidamente esas buenas prácticas o esos insumos que pueden facilitar la reflexión y la mejora profesional y compartirlos de una manera más accesible.

Aquí la secretaría tiene un rol fundamental y es reconocer  estas innovaciones para valorar mejor la profesión y la innovación docente. Cuando le preguntamos a los docentes si se sienten reconocidos, pocos de ellos ven que su trabajo sea reconocido por la sociedad. Estoy hablando a nivel de Colombia, pero también a nivel del mundo. Es un reto conjunto: elevar el estatuto de la profesión docente. Creo que reconocer esas innovaciones es fundamental para promover más innovación, pero también para exaltar la labor docente.

REyP: En la investigación que han venido haciendo, ¿qué innovación recuerda como un gran ejemplo para compartir?

AP: Es una pregunta difícil de responder. Para mí no es una innovación radical, transformadora o que nos vaya a sorprender, pero recuerdo que en nuestra plataforma hay una docente que está enseñando a sus estudiantes sobre las parábolas, lanzando una pelota de baloncesto, y eso que hace que el proceso de aprendizaje sea mucho más divertido e interesante. Hace un par de días en el Foro, nos decía Claudia López, la alcaldesa, que los estudiantes le decían que la educación tiene que ser divertida, ¿cómo transformamos la educación en divertida?

Yo creo que esa docente usando ese balón de baloncesto para enseñar parábolas, lo logró. En el video que está en nuestra plataforma globalteachinginSights.org, todos los estudiantes están participando activamente en el proceso y escuchándola. Entonces, es ese tipo de cambios —que parecen menores—, los que pueden hacer una diferencia logrando que nuestros estudiantes se queden en el sistema, que es un gran reto de país: asegurar que todos los estudiantes terminen la educación y no se vayan del sistema educativo, sin un mínimo que les permita desenvolverse para el resto de sus vidas. En el mundo de mañana vamos a ser estudiantes para el resto de la vida, por eso no podemos dejar que se vayan del sistema sin haber tenido la posibilidad de desarrollarse.

REyP: ¿Cómo considera que se puede avanzar en la configuración de esos procesos educativos híbridos y cuáles son los obstáculos que se enfrentan?

AP: Aquí me permitiría decir que no hay que reflexionar sobre la educación híbrida, hay que reflexionar sobre qué educación queremos y cuál es la esencia de la educación y cuál es el tipo de procesos que se pueden dar físicamente en el Centro Educativo y en otro tipo de instituciones, por ejemplo, museos o bibliotecas.

En la educación de ayer la escuela tenía el monopolio, toda la educación pasaba por el centro educativo. En la educación de mañana no necesariamente tiene que ser así, quizás se pasen unas horas en el centro educativo y otras horas en otros espacios. Quizás también se aprende en esos espacios interactivos de relación y luego en la propia casa se aprende otro tipo de cosas como lo decía anteriormente con la inteligencia artificial, mucho más adaptadas a lo que necesita cada uno de los estudiantes. Quizás aprendemos de los pares y también hay posibilidad de articular aprendizajes intergeneracionales.

Más que pensar en cómo articular una educación híbrida, yo creo que lo hay que repensar es qué es la educación y qué papel debe jugar el centro educativo en esa educación de mañana.

Las tecnologías digitales pueden aportar muchísimo, pero también entiendo que no todos los estudiantes disponen de un lugar, y creo que ahí tenemos datos de PISA, según los cuales pocos estudiantes disponen de un lugar donde puedan estudiar tranquilamente en sus hogares. Muchos de ellos tienen que compartir una misma habitación con otros familiares o no disponen de conexión a internet o no tiene medios digitales. Tenemos que pensar cómo digitalmente vamos a transformar todo eso y no podemos ignorar la diversidad de realidades y las disparidades existentes.

REyP: Pasando al aula, quisiéramos que nos dieras algunas recomendaciones para un docente que esté pensando en la innovación y transformación ¿Qué tips cercanos y puntuales le darías?

Más que tips, yo que estoy en la OCDE mirando y observando a todos los docentes pero sin estar en el aula, comparto lo que comentó Benny, un docente en Singapur, que lo más importante cuando uno innova es no sentirse solo. Les diría que busquen aliados, otros docentes, ya sea sus pares en la misma institución educativa o en las redes de formación y desarrollo profesional en las que participan, que les puedan prestar apoyo porque innovar a veces es fácil cuando uno tiene la motivación, pero resulta muy complicado, con muchas dificultades, y es un proceso que se tiene que sostener en el tiempo y en ese camino, uno tiene que ir de la mano y contar con la ayuda de otros pares.

Lo que diría es que cualquier cosa que traten de innovar y mejorar en el sistema va a ser positiva, pero que no lo trate de hacer solo porque puede ser un poco frustrante, y en lugar de elevar la innovación puede generar lo contrario.

REyP: ¿Dónde está el foco desde el cual debemos generar esas transformaciones educativas en que está empeñada  Bogotá?

AP: Un asunto central es el currículo. Y quiero ser insistente en el currículo único, porque considero que al sistema educativo colombiano le falta y este es la columna vertebral, dado que en el currículo están incluidas muchas políticas, incluyendo el perfil docente, los libros de textos o las evaluaciones. Sin un currículo no podemos definir el resto de políticas educativas. El currículo marca lo que la sociedad colombiana quiere ser el día de mañana.

La comunidad educativa tiene que hacer presión para que se defina un currículo único. Que luego los docentes lo implementarán en sus aulas, desde su libre albedrió, y definir el tipo de prácticas pedagógicas que pueden ser más útiles o más convenientes para sus estudiantes. Pero la definición del currículo, de lo que debe ser la sociedad colombiana el día de mañana, tiene que salir de la comunidad educativa, no solamente del ministro o secretario de turno, ni de los docentes, tiene que salir de un proceso participativo. Es hora de reclamar un currículo. Eso será un gran insumo para los docentes y estudiantes y revertirá en una mejora de la calidad educativa.

Y la segunda cosa: invitar a la comunidad educativa a dejar atrás la cultura de control predominante en las aulas e instituciones educativas. Sé que los cambios culturales son difíciles, pero la mejora educativa al pasar de esa cultura punitiva, controladora, de desconfianza, hacia una cultura positiva, constructiva y en la que todos podemos aprender los unos de los otros, es significativa.

Por ejemplo, los docentes deberían atreverse a abrir sus aulas y permitir que sus pares los observen. Los padres de familia tienen también un rol muy importante que jugar involucrándose, no solamente en las festividades, sino también pensando cómo desde sus posiciones pueden ayudar a mejorar la calidad de la institución.

Los estudiantes pueden involucrarse en decisiones de la escuela porque es así como aprenden a ser ciudadanos, tomando decisiones y realizando acciones que transformen sus centros educativos y sus comunidades. Por ejemplo, ¿qué pueden hacer los estudiantes sobre un desafío global como el cambio climático que puede parecer sobrecogedor? En el proyecto Global Teaching InSights recogimos un montón de iniciativas para empoderarles a tomar acciones, desde las más tradicionales como programas de reciclaje o cuidado del jardín o huerta de la institución educativa, hasta pequeñas invenciones transformadoras, limitando así el riesgo de que caigan en el cinismo o la ansiedad que llevan a la inacción.

REyP: ¿Hay algún mensaje adicional que quisiera dar al equipo de la Secretaría de Educación de Bogotá y a la comunidad?

AP: Creo que Bogotá y Colombia están en una senda de transformación y de mejora educativa espectacular. Cuando uno toma perspectivas de las dos últimas décadas, ve un progreso maravilloso. Creo que la pandemia les ha añadido un reto importante y difícil, muy crudo, pero estos dos días que he estado aquí y después de conversar con la comunidad, veo que hay muchísima energía y ambición, pero sobre todo ideas concretas para tomar acciones hacia la mejora educativa, así que lo que quisiera transmitir es todo el apoyo de la OCDE para avanzar en esa transformación.