Carlos Castellanos
Rector del Colegio La Candelaria

Presencialidad-virtualidad en el Colegio La Candelaria

Miradas a la educación

Cuando se hizo consciencia que la Pandemia  que se estaba viviendo no era tan pasajera como se pensaba inicialmente, que podríamos durar semanas, meses, e inclusive años atendiendo a nuestros estudiantes a la distancia y no en los espacios físicos de nuestra escuela, generamos lo que denominamos nuestros Acuerdos institucionales en aprendizaje autónomo desde casa, que se convirtieron en nuestra hoja de ruta desde tres líneas: desde nuestra misionalidad, desde nuestra pedagogía y desde nuestra estructura.

Desde nuestra misionalidad buscábamos que en todas nuestras actuaciones se generaran condiciones para una vida buena (Buen vivir) generando “seguridades” y no creando angustias, facilitando a todos los estudiantes los recursos pedagógicos adecuados a sus posibilidades y necesidades, promoviendo actividades que desarrollaran todas las dimensiones del ser de los estudiantes, priorizando actividades de aprendizaje pertinentes, lúdicos, que promovieran la participación e incluyendo en estas actividades vinculantes con la familia.

Desde nuestra pedagogía nos propusimos potenciar el trabajo autónomo y el proceso de autoaprendizaje en nuestros estudiantes, lo que inevitablemente nos llevó a buscar la Integración curricular a través de proyectos de aula, temáticos, por problemas o por actividad articuladora en los que participaran la mayor cantidad de áreas académicas de cada ciclo. Esta Integración curricular implicó una reflexión sobre ¿Qué era realmente lo fundamental que deberían aprender (ser, hacer, saber, convivir) nuestros estudiantes en la nueva situación creada por el confinamiento en casa?

A partir de esta gran pregunta y reflexión se generaron procesos de adecuación y flexibilización curricular de acuerdo con las posibilidades y necesidades de los estudiantes, procesos de valoración cualitativa de manera positiva, reconociendo avances y no tanto las falencias, procesos de mejora continua y esforzándonos en mantener una comunicación frecuente con estudiantes para hacer acompañamiento y retroalimentación del proceso académico y socioemocional.

Desde nuestra estructura, generamos las estrategias para que los puntos anteriores se pudieran llevar a la práctica: entrega de material pedagógico, plataformas gratuitas o de bajo costo (WhatsApp o Facebook), uso de plataformas, especialmente Candelaria en casa, edusitio creado por el colegio; Se aprovecharon las diferentes herramientas creadas desde la Secretaria de Educación, el Ministerio de Educación y otras entidades (Maloka, TV, radio); se entregó equipamiento tecnológico a estudiantes, se desarrolló un acompañamiento sincrónico y/o asincrónico al proceso adelantado por los estudiantes y se mantuvieron las reuniones periódicas de órganos de gobierno escolar y demás entes de participación para realizar seguimiento permanente y proponer acciones de mejora.

El retorno a la presencialidad y sus retos

“No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista” decían las abuelas. Desde el segundo semestre del 2021 empezamos a regresar al colegio, semestre que por el temor latente de madres y padres de familia se convirtió en un ejercicio de transición y aprendizaje para la nueva realidad que estábamos a punto de vivir, realidad que experimentamos a plenitud en el presente año cuando se regresó a la presencialidad de manera total y definitiva, con nuestros espacios llenos de niños, niñas y jóvenes durante toda la jornada escolar

La alegría de los niños, niñas y jóvenes de regresar al colegio fue evidente, pero más que la alegría por acceder al conocimiento desde la presencialidad, la razón primera era la alegría de encontrarse nuevamente con sus pares, amigos o compañeros y, por supuesto, con sus maestros.

Con el retorno a la escuela confirmamos que nunca lo virtual remplazará lo presencial, la mirada, los gestos, la sonrisa, el abrazo, los juegos de contacto físico, las relaciones que se dan en todos los niveles, hacen que la dimensión socioemocional ocupe, hoy por hoy, el lugar más importante, no solo en el proceso de formación de nuestros estudiantes, sino en el acompañamiento y bienestar de los docentes y demás funcionarios del colegio.

Después de la pandemia, al regresar a la escuela, las relaciones entre los diferentes actores de la comunidad educativa cambiaron, son diferentes: Después de casi dos años de no estar en las aulas, la escuela dejó de ser una de las instituciones que mediaban en la construcción de cultura en nuestros estudiantes y fue reemplazada en gran medida por el hogar (cuando existe), los amigos en las calles del barrio y/o las redes sociales con todo lo que esto implica (lenguaje, violencias de todo tipo, acercamiento a SPA, formas de ganarse la vida,…), y esta cultura es la que se vive en la actualidad en los diferentes espacios escolares mientras la mediación, en la construcción de una cultura diferente, por parte de directivos, docentes y demás funcionarios de la escuela va retomándose.

 Además, nuestros niños, niñas y jóvenes convivieron con diferentes tipos de violencia, pero gracias a campañas realizadas por varias entidades, se aprendió a reconocerla, desnaturalizarla y denunciarla, por tal razón con el regreso al colegio es más fácil que los estudiantes levanten su voz de protesta, de manera irreverente y en ocasiones hasta irrespetuosa ante lo que consideran injusticias o “no deber ser” por parte de sus compañeros, sus docentes o cualquier otra persona del colegio.

Con el retorno a la presencialidad, y por todo lo vivido durante los últimos dos años, tanto estudiantes como adultos en el colegio tienen la sensibilidad a flor de piel. Todo nos afecta de manera especial, nuestra salud mental está resquebrajada, cada vez son más frecuentes las situaciones de intolerancia, stress, manejo inadecuado de nuestras emociones, resolución violenta de nuestras diferencias, rápida frustración ante las dificultades, llegando incluso a episodios de depresión e ideación suicida.

La situación descrita no apoya de la mejor manera el proceso académico de nuestros estudiantes. Como era de esperarse un porcentaje alto de estudiantes presentan muchos vacíos conceptuales, su interés por superarlos no es el más adecuado, hecho que obliga a una reflexión pedagógica más profunda; el trabajo autónomo en casa es casi nulo, los estudiantes prefieren la actividad académica de manera presencial; se está presentando deserción en los ciclos 4º y 5º por temas laborales y de convivencia. Sin embargo, hay un hecho de gran relevancia que nos obliga a estudiarlo: aumento en un 300%. la participación de los niños, niñas y jóvenes en actividades complementarias en jornada extraescolar (actividades de participación libre y voluntaria entre semana y/o sábados en grupos de danzas, comparsa, música, robótica, interpretación patrimonial, taekwondo, Crese, Tv-radio, entre otras)

Esto es una prueba inobjetable de que el conocimiento y su rol en la vida de nuestros estudiantes tiene otros matices, otras exigencias que le están planteando de manera directa a la escuela nuevas respuestas. Hoy más que nunca es necesario fortalecer la reflexión pedagógica entre los docentes para que podamos  organizar nuevas e innovadoras estrategias que les permita asumir la difícil tarea de la educabilidad en un escenario postpandemia, que nos está exigiendo a todas y a todos aprovechar y utilizar las competencias que aprendimos antes, durante y después de la emergencia. Por esa razón, nacieron los lunes pedagógicos, que en un principio eran los miércoles, para darle una oportunidad y un espacio al cuerpo docente de poder encontrarse en un lugar de reflexión-acción en el que se puedan definir acciones conjuntas para atender la compleja realidad que se nos presenta.

En este retorno a la escuela es válido plantearse una y otra vez la pregunta ¿Qué acciones adelantar institucionalmente para superar estas brechas que se han presentado y/o acrecentado? ¿Qué estrategias pueden ser parte de la transformación pedagógica del colegio en esta etapa de retorno a la presencialidad? Interrogantes que nos hemos planteado en el último tiempo y a los cuales aún no les hemos encontrado respuestas definitivas.

Lo cierto es que en nuestro colegio La Candelaria, todas las experiencias vividas, tanto positivas como negativas, se han convertido en una oportunidad para la reflexión pedagógica y el aprendizaje, buscando siempre ser cada día mejores, este retorno a la presencialidad no es la excepción. Se han promovido espacios de diálogo y discusión entre los diferentes actores de la comunidad educativa iniciando por los órganos de Gobierno escolar: el Consejo Directivo y el Consejo Académico y los diferentes espacios de participación institucional como el Comité institucional de Convivencia escolar, el Comité de mejora continua, el Consejo estudiantil, los equipos docentes reunidos en ciclos, áreas académicas y proyectos, llegando a la conclusión, mencionada por muchos pero hecha consciencia en nuestra escuela: “Es el momento oportuno e ideal para resignificar la propuesta pedagógica que el colegio le ofrece a sus estudiantes, sus familias y el entorno”.

Teniendo esta idea en la cabeza compartimos algunas de nuestras reflexiones, sobre varios tópicos a tener en cuenta en el proceso de formación de nuestros estudiantes candelarios:

-Persistir en el proceso de transformación curricular iniciado que busca ganar coherencia, pertinencia y relevancia en la vida de nuestros estudiantes. Es prioritario trabajar con base en los intereses y preguntas de los estudiantes. Plantear el trabajo desde los asuntos de interés de los chicos y desde allí establecer las relaciones curriculares, relaciones curriculares que, si bien solo nosotros sabemos hacer, deben ser cada día más democráticas e incluyentes.

-No es indispensable una gran cantidad de contenidos por asignatura abordados de forma lineal y aislada. Podemos pensar en lo fundamental y trabajar de forma pausada para garantizar comprensión en temas estratégicos para alcanzar profundidad.

-Se requiere reconfigurar el papel del parque tecnológico dentro de los procesos de formación. Es importante asumir una postura creativa ante la presencia de los dispositivos móviles en clase. Los profesores debemos vincular la tecnología de forma eficiente en las actividades propias de la enseñanza

-Reconocer los ritmos de desarrollo de nuestros estudiantes y trabajar desde allí disponiendo experiencias pedagógicas con diversos niveles de complejidad.

-Reconocer la importancia y la necesidad del movimiento. Vivir en presencialidad experiencias lúdicas y kinestésicas utilizadas en la virtualidad: Muévete Candelaria, Yoga para todos, Danza. Resignificar el papel del cuerpo dentro del trabajo en clase.

-Revisar nuestros criterios y formas de evaluación del aprendizaje, observando y haciendo más seguimiento a los procesos que adelantan nuestros estudiantes de acuerdo con su nivel de desarrollo.

-Durante la pandemia aprendimos a fortalecer los vínculos socioafectivos en nuestra comunidad. El sentido de lo humano debe ser relevante en todos los procesos que llevemos a cabo en la institución.

-Buscar la forma de vincular más a las familias en el proceso de formación. Nos corresponde crear nuevos canales de comunicación que resultan eficientes si se manejan con prudencia.

-El trabajo en equipo de maestros da mejores resultados. Debemos garantizar la conservación de los espacios de diálogo, encuentro y planeación que se han ganado.

-Es importante para el cuerpo docente seguir aprendiendo, seguir leyendo, y diversificando nuestros referentes culturales para así desplegar más posibilidades para nuestros niños, niñas y jóvenes.

-Es vital dejarnos acompañar de otras instituciones del territorio interesadas en el proceso de reflexión pedagógico en torno al cierre de brechas en educación.

Quien considere que la experiencia vivida en el último tiempo no debe cambiar nuestras dinámicas, no vivió la pandemia. Nuestra manera de pensar y ver la escuela y el mundo hoy es diferente, porque el estar vivos nos posibilita crear, soñar y crecer, dentro del contexto en el que estamos, conscientes de las falencias sociales y emocionales que todos tenemos, saber que lo que considerábamos imposible es posible. Es nuestra gran oportunidad y no la vamos a desaprovechar.