Esperanza Osorio C
Psicóloga, especialista en Gerencia Social, Maestría en desarrollo social y educativo, doctorado en Conocimiento y cultura en América Latina. Docente universitaria, asesora y consultora. Actualmente contratista de la Secretaría de Educación Distrital. 
Martha Janeth Ruíz
Licenciada en Educación Especial. Especializaciones en Proyectos Educativos, Docencia Universitaria y Ambientes virtuales de Aprendizaje. Magister en Administración y Supervisión Educativa.

Los aprendizajes fundamentales: un desafío común del ecosistema educativo

Miradas a la educación

Actualmente la escuela se enfrenta a una multiplicidad de retos que emergen de su condición de organismo vivo inmerso en realidades barriales, locales y globales que le exigen pensarse cotidianamente y estructurarse a partir de una gramática escolar con altos niveles de flexibilidad.

De acuerdo con la Secretaría de Educación Distrital[1], la experiencia de la pandemia en el 2020 mostró y enseñó que es posible construir currículos flexibles, salir de las formas tradicionales de educar, y priorizar aprendizajes que posibiliten diversas formas de atender las singularidades de los niños y las niñas de manera contextualizada, situados en un ecosistema que posibilite la articulación de esfuerzos (sectoriales e intersectoriales) en la que se  viabiliza una trabajo colectivo de las comunidades educativas en torno a aprendizajes comunes, equiparando oportunidades de aprendizaje y desarrollo de los niños y las niñas en lo local como a nivel distrital.

La flexibilidad que se requiere para trabajar aprendizajes fundamentales o esenciales,[2] desde las particularidades de cada institución educativa, implica un diálogo interconectado de los diferentes niveles del ecosistema educativo. Pensar en su definición para un contexto particular,  implica una armonización en términos de lo común para el ecosistema educativo, en diálogo con otros actores y otros niveles, esto es, desde las políticas públicas, los diagnósticos nacionales e internacionales en torno a los resultados de las pruebas externas, las lecturas de la realidad y los diagnósticos pedagógicos integrales internos de la institución educativa, en el marco de sus proyectos educativos institucionales –PEI–.

Transformar la educación significa empoderar a los estudiantes con el conocimiento, las habilidades, los valores y las actitudes para que sean resilientes, adaptables y estén preparados para un futuro incierto y complejo, al mismo tiempo que contribuyen de manera activa y creativa al bienestar humano y planetario sostenible.

Esto nos recuerda que el propósito último de la educación es prepararnos para la vida: comprender cómo organizar nuestras vidas y cómo relacionarnos con otros seres humanos y la naturaleza. La educación trata de equilibrar el aprender a ser y aprender a vivir junto con nuestra preocupación actual por aprender a conocer y aprender a hacer. Se trata de aprender del pasado para el presente y para anticipar y dar forma a un futuro mejor. Este proceso de empoderamiento implica aprender lecciones de la historia, transmitir y recrear el patrimonio vivo de la propia comunidad, aprovechar la sabiduría y los conocimientos de sus poblaciones, imaginar y construir sociedades más justas y sostenibles en un mundo cada vez más exigente e impredecible.

Con este breve contexto, el llamado de atención es sobre la importancia de entender que los aprendizajes esenciales no son un asunto menor, pues se inscriben en los objetivos de las políticas públicas y responden, entre otras, a la pregunta central sobre el sujeto que se quiere formar y el tipo de sociedad que se quiere contribuir a construir desde la escuela, haciendo consciente la noción de la escuela sobre la que se sientan nuestras comprensiones.

Los aprendizajes esenciales también nos llevan a la pregunta cómo garantizar las trayectorias educativas completas y cómo ponerlas en relación con las trayectorias vitales y los proyectos de vida de los y las estudiantes, en el marco de las competencias para el Siglo XXI, las cuales desde la postura aquí planteada pueden servir de marco para la definición de los aprendizajes esenciales, pero repensadas críticamente para América Latina y el Caribe, y para Colombia  particularmente.

Revisando algunos conceptos…

Dominar la base común es poder movilizar las adquisiciones en tareas y situaciones complejas, en la escuela y después en la vida; es poseer una herramienta imprescindible para seguir formándose durante toda la vida y participar en las evoluciones de la sociedad; es ser apto para comprender los grandes desafíos de la humanidad, la diversidad de las culturas y la universalidad de los derechos humanos, la necesidad del desarrollo y las exigencias de la protección del planeta. (Thélot, s.f., p.22)[3]

Se considera como uno de los orígenes de la noción de aprendizaje fundamentales, la propuesta de Delors (1996 ) sobre los cuatro pilares del conocimiento: aprender a saber, a hacer, a vivir juntos y a ser, formulados en su texto  Educación: un Tesoro para descubrir, publicado por la UNESCO. Uno de los sentidos centrales de esta propuesta es alertar sobre la necesidad de que la educación les permita a los estudiantes construir y manejar “cartas de navegación” para viajar en un mundo complejo, saturado de informaciones, problemáticas y potencialidades, que le permitan mantener un horizonte de sentido en sus proyectos individuales y colectivos.

Se coincide con esta propuesta en el sentido que es necesario repensar la escuela, asignarle nuevos objetivos a la educación, una nueva concepción más amplia de la misma que “lleve a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades creativas” (p. 91-92), postura que va más allá de una mirada instrumental de la educación, para “considerar su función en toda su plenitud, a saber, la realización de la persona…”

EL Ministerio de Educación y Formación Profesional de España[4], en la propuesta de reforma curricular presentada en el año 2020, plantea la necesidades de definir “unos aprendizajes esenciales que garanticen un aprendizaje común, respondiendo al mismo tiempo a las necesidades de estudiantes y unos contextos de aprendizaje cada vez más heterogéneos”; de igual manera propone que el currículo este dotado de un “…carácter esencial, en aras de una mayor profundización de los aprendizajes. Se acabaría así con la tradición de los currículos inabarcables, de imposible cumplimiento en la práctica docente” (2020, p.8).

Respecto a los aprendizajes esenciales señalan que “Para sentar las bases de esta nueva propuesta curricular menos prescriptiva y más orientadora, deben definirse aquellos aprendizajes esenciales (conocimientos, habilidades y actitudes) que:

  • Permitan configurar un currículo inclusivo, ajustado al concepto de «diseño universal de aprendizaje (DUA)», comprehensivo y flexible, que responda a las necesidades de todos los estudiantes, ayudando así a reducir la repetición, el absentismo, el fracaso y, el abandono temprano.
  • Resulten imprescindibles para adquirir el perfil previamente consensuado y definido.
  • Ayuden a reducir el peso curricular, propiciando un aprendizaje pausado y en profundidad que facilite el trabajo colaborativo del profesorado y la aplicación de metodologías innovadoras de eficacia demostrada.
  • Configuren un currículo armonizado con el de los países del entorno con éxito en este ámbito (Portugal) y con la Agenda 2030 (Educación para el Desarrollo Sostenible).” (2020, p.6)

Otra mirada en relación con los aprendizajes esenciales se encuentra en el enfoque de la Reorganización Curricular por Ciclos RCC (SED, 2011)[5] en el cual se afirma, a partir de una ruptura con los esquemas tradicionales de enseñanza aprendizaje, que el acceso al conocimiento se da de manera holística, es decir, citando a Morin, que “la realidad se comprende y se explica simultáneamente desde todas las perspectivas posibles”.

Desde esta postura se señala que el desarrollo del aprendizaje en los ciclos debe ser producto de la interacción de las diferentes disciplinas, constituyéndose en un reto tanto para los y las maestras como para los y las estudiantes. Se toma como referencia la noción de Base común de Aprendizajes –BCAE–  propuesta por la RCC,

Este planteamiento de lo común en la RCC, es tomado de Thélot (s.f.) quien señala que

“ … una base común de los conocimientos imprescindibles responde a una necesidad que existe desde hace varios decenios debido a la diversificación de los conocimientos” y de “una base común constituida por un conjunto de conocimientos y de competencias cuyo dominio es imprescindible para llevar a cabo con éxito la escolaridad, proseguir la formación, construirse un futuro personal y profesional y salir adelante en la vida en sociedad”,  “ la base común es el cimiento de la Nación: se trata de un conjunto de valores, de conocimientos, de lenguajes y de prácticas cuya adquisición radica en la movilización de la escuela y que supone, por parte de los alumnos, esfuerzos y perseverancia”.

La BCAE se define como los conocimientos, habilidades y actitudes que los niños, las niñas y los jóvenes de cada ciclo deben desarrollar para continuar su aprendizaje, son comunes porque todos deben alcanzarlos y son esenciales para incorporarse al tejido social. Se desarrolla en los diferentes ciclos teniendo en cuenta los intereses, necesidades y demandas de aprendizaje de los niños, las niñas y los jóvenes.

En la base común de competencias que formuló el Ministerio de Educación Francia (2006)[6] para su sistema educativo desde la primaria hasta el primer nivel de secundaria, aclara algunos aspectos que se considera conveniente señalar también aquí. Lo común, no se refiere a lo mínimo, es decir, que la educación no se agota en lo común,  sino que se amplía con base en los desarrollos posibles en las escuelas, una base común como un trampolín educativo para mayores propósitos que pretenden mostrar grandes orientaciones, finalidades, objetivos y contenidos indispensables.

Por otra parte, definen los aprendizajes fundamentales[7] como una herramienta que permite identificar los conocimientos, actitudes y valores esenciales que tienen derecho a adquirir todas y todos los estudiantes y que en consecuencia la sociedad está obligada a garantizar,  facilitan el acercamiento a los planes y programas de estudios con una mirada que brinda la oportunidad de repensar las posibilidades de resiliencia y transformación de la escuela como la conocemos...(s.p.)

Los fundamentos rectores de esta propuesta se basan en cuatro principios:

— El estudiante en el centro y como sujeto de derechos para su desarrollo integral;

— El reconocimiento de los y las docentes como portadores de conocimiento, experiencia y competencias para agenciar currículos flexibles;

— Análisis de contenidos que sean pertinentes

— Un menor número de aprendizajes fundamentales de acuerdo con los tiempos escolares, y la innovación metodológica y didáctica para favorecerlos.

Para sentar las bases de una propuesta curricular pertinente, contextualizada, inclusiva,  transformadora y aterrizada al perfil del estudiante, es importante implementar enfoques metodológicos y de evaluación innovadores, flexibles e integradores que contribuyan a fortalecer procesos de apropiación, asimilación e instauración en el estudiante de los aprendizajes fundamentales, vistos como las competencias (conocimientos, actitudes, habilidades y valores) que le permiten ser, estar, conocer, comprender, construir y sentir en el mundo, según el contexto y en proyección para toda la vida.

Conclusiones

De acuerdo con las recomendaciones planteadas por la Subsecretaría de Calidad y Pertinencia y la Dirección de Preescolar y Básica y las posturas aquí planteadas, los aprendizajes fundamentales por ser una categoría en la que convergen aspectos misionales de la educación, requiere partir de una lectura de la realidad y el contexto en el que se reconozcan y comprendan las brechas, sus orígenes y formas de operar en la escuela, del despliegue de fuerzas de todo el ecosistema educativo a nivel de la política pública y en relación con procesos de gestión de conocimiento, locales, nacionales e internacionales, modelos educativos flexibles, la formación de docentes, sistemas de evaluación pertinentes y diagnósticos pedagógicos integrales, entre otros aspectos.

Los aprendizajes fundamentales son flexibles, se adaptan y articulan con el mundo en que vivimos, permiten la comprensión y reflexión sobre la cultura, la política, la economía, la ecología y las relaciones de los sujetos en el mundo y la manera como lo hacemos, se abordan a lo largo de la trayectoria educativa con el fin de fortalecer el ser, hacer, el pensar y actuar de los sujetos de manera individual y colectiva.

Referencias

Alcaldía Mayor de Bogotá- Secretaría de Educación del Distrito – Dirección de Preescolar y Básica (2011). Reorganización curricular por ciclos: referentes conceptuales y metodológicos. Transformación de la enseñanza y desarrollo de los aprendizajes comunes y esenciales de los niños, niñas y jóvenes, para la calidad de la educación. Bogotá. Editorial Bogotá Positiva.

Aprendizajes Fundamentales (2022). En:  https://n9.cl/ekch7.

Delors, J. (1996.): “Los cuatro pilares de la educación”, en La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI, Madrid, España: Santillana/UNESCO. pp. 91-103.

Ministerio de Educación Nacional y Formación Profesional de España (2020). La reforma del currículo en el marco de la LAMLOE. Documento base. Claves para el diálogo. En: https://www.magisnet.com/wp-content/uploads/2020/12/DOCUMENTO-BASE-CURRICULO-MEFP-NOV-2020.pdf

Ministro de Educación Nacional, Enseñanza Superior e Investigación de España (2006). La base común de aprendizajes y de competencias. Decreto de 11 de Julio de 2006. Descargado de: https://www.lfval.net/primaire/pdf/socle_.commun_espagnol.pdf

Secretaría de Educación del Distrito (2021). Flexibilización curricular. Una ruta para crear oportunidades de aprendizaje en el marco de la transformación pedagógica. Módulo 3.

Thélot, J. (s.f.) La base común de conocimientos y de competencias. Todo lo que es imprescindible dominar al acabar la escolaridad obligatoria.

[1] Secretaría de Educación del Distrito (2021). Flexibilización curricular. Una ruta para crear oportunidades de aprendizaje en el marco de la transformación pedagógica. Módulo 3.

[2] En la literatura se encuentran las dos denominaciones: aprendizajes FUNDAMENTALES, aprendizajes ESENCIALES. Respetaremos el modo como cada autor los nombra. Aquí asumimos la posición que ambos son lo mismo.

[3] Thélot, J. (s.f.) La base común de conocimientos y de competencias. Todo lo que es imprescindible dominar al acabar la escolaridad obligatoria. Decreto de 11 de julio de 2006 https://www.lfval.net/primaire/pdf/socle_commun_espagnol.pdf

[4] Ministerio De Educación Nacional Y Formación Profesional (2020). La reforma del currículo en el marco de la LAMLOE. Documento base. Claves para el diálogo.En:https://www.magisnet.com/wp-content/uploads/2020/12/DOCUMENTO-BASE-CURRICULO-MEFP-NOV-2020.pdf

[5] Alcaldía Mayor de Bogotá- Secretaría de Educación del Distrito – Dirección de Preescolar y Básica (2011). Reorganización curricular por ciclos: referentes conceptuales y metodológicos. Transformación de la enseñanza y desarrollo de los aprendizajes comunes y esenciales de los niños, niñas y jóvenes, para la calidad de la educación. Bogotá. Editorial Bogotá Positiva.

[6] Ministro de Educación Nacional, Enseñanza Superior e Investigación (2006). La base común de aprendizajes y de competencias. Decreto de 11 de Julio de 2006. Descargado de https://www.lfval.net/primaire/pdf/socle_.commun_espagnol.pdf

[7] Aprendizajes Fundamentales (2022) https://n9.cl/ekch7.