Ángel Pérez Martínez
Ex subsecretario de Educación del Distrito, Consultor y asesor educativo

Infraestructura de los colegios de Bogotá: construir sobre lo construido

Miradas a la educación

En el año 2004 llegué como subsecretario a la Secretaría de Educación Distrital, SED, y pude constatar que las condiciones y el estado de las 706 sedes de los colegios oficiales de Bogotá era lamentables, cerca del 67% no cumplían los mínimos requisitos de seguridad para los estudiantes. Lo más grave para el equipo directivo de la Secretaría fue constar que personas adultas (padres de familia, funcionarios de la SED y otros) permitían el uso, de manera irresponsable, de 210 sedes que se podían caer en cualquier momento, amenazaban ruina, a estas asistían más de 200 mil estudiantes. Recordemos: ¡Los niños no deciden dónde estudiar, los adultos deciden por ellos!

A partir de 2004 con alguna regularidad hicimos seguimiento al desarrollo de la infraestructura y las condiciones locativas donde funciona la educación oficial de Bogotá, lapso en el que pasó a convertirse en la mejor del país, como lo sustentaré más adelante. En los últimos 20 años (2004-2023), los gobiernos de Bogotá, junto con el Concejo de la ciudad, han tenido un especial énfasis en apoyar y fortalecer el sistema educativo público del Distrito Capital. Como resultado del acuerdo tácito de construir sobre lo construido, Bogotá es una de las entidades territoriales que más invierte, de manera continua, en la educación oficial, con recursos propios, un hecho político que terminó beneficiando la construcción y dotación de nuevas y antiguas sedes educativas. Al finalizar el 2023, aunque falta mejorar algunas sedes, la infraestructura educativa y las dotaciones de los colegios oficiales de Bogotá son ejemplo para el país.

Un estudio-diagnóstico sobre las condiciones de la infraestructura educativa oficial mostró el enorme riesgo que ofrecían a estudiantes y docentes las escuelas de Bogotá.

En el año 2002 la firma P&D consultores, firma de ingenieros especializados en sismo resistencia, entregó un estudio-diagnóstico a la SED en el que señaló que el 62%, es decir 437 sedes educativas, constituían una fuente de peligro para la vida e integridad de los estudiantes y profesores que estudiaban o trabajaban en ellas,  debido a que no cumplían las condiciones mínimas de sismo resistencia exigidas para ese momento; también se conoció que más del 50% de las sedes educativas estaban por debajo de los requerimientos mínimos de salubridad; el 65% de éstas se habían construido antes de 1984 con esfuerzos comunitarios y sin atender ningún tipo de estándar para desarrollar procesos educativos, recreativos o para la convivencia escolar; las sedes de los colegios oficiales habían sido construidas sin atender parámetros de iluminación, aireación, luminosidad y tamaño: relación de metros cuadrados por estudiante en aulas, zonas de recreación, pasillos, escaleras y salidas de evacuación.

A pesar de existir y conocer este duro diagnóstico, el Distrito capital y el gobierno de entonces parecían no entender la gravedad de este hecho En el 2004 el equipo técnico de la SED realizó una clasificación sobre las condiciones de las sedes educativas donde se tuvo en cuenta factores como sismo resistencia, salubridad, antigüedad, cumplimiento de estándares arquitectónicos y urbanos. En esta clasificación la SED encontró que sólo el 10% de las sedes educativas distritales se consideraban como óptimas[1]. En 2004 existían sedes educativas con pisos de tierra, aulas prefabricadas en lata, baños inservibles o muy deteriorados y edificios sin acceso al acueducto o alcantarillado, por ejemplo, la sede B del Colegio Sierra Morena o la sede A del colegio Darío Echandía.

En ese mismo año encontramos una enorme molestia de los docentes y padres de familia de los colegios distritales, porque la SED había construido, en las administraciones de los alcaldes Mockus y Peñaloza, 23 colegios en concesión o en administración como los llaman ahora, con recursos del Distrito, con los más altos estándares educativos, y se los había entregado en concesión al sector privado de la educación para su administración, en un evidente acto de discriminación contra los colegios y la educación oficial. Hoy funcionan 35 colegios en concesión o administración[2], incluidos 13 construidos en la última administración de la alcaldía de Peñaloza (2016-2019).

Más adelante, los lamentables terremotos de Pakistán (2005) y China (2008) demostraron que cuando las escuelas están abiertas y no se cumplen los estándares mínimos de sismo resistencia, allí ocurren las más grandes tragedias, en las sedes educativas de estos países murieron 17.000 y 12.000 estudiantes, respectivamente.

En noviembre de 2005, la directora ejecutiva de UNICEF, de ese entonces, Ann Veneman[3] informó que 17.000 niños murieron en las escuelas en el terremoto en Pakistán, ocurrido el 8 de octubre de 2005, además sostuvo que los niños que sobrevivieron, entre 1.6 y 2.2 millones, sufrirán traumatismos peores que los que ocurren en tragedias como los sunamis[4].

El desarrollo en el siglo XXI de la infraestructura educativa oficial de Bogotá. 

En el tiempo transcurrido en este siglo, el número de construcciones y la calidad de las mismas, así como los recursos asignados y las dotaciones evidencian que las administraciones que más se preocuparon por mejorar la infraestructura educativa de los colegios oficiales de la Ciudad y de las zonas rurales han sido las de Lucho Garzón (1,6 billones de pesos del 2007) y las de Claudia López (2.6 billones de pesos de 2023), de acuerdo con los informes de los respectivos alcaldes y de la SED.

Administración de Lucho Garzón.

La educación como prioridad política se evidenció en el plan sectorial de educación Bogotá Una Gran Escuela (2004-2007). En este plan,  del presupuesto total dedicado a los sectores sociales (salud recreación y vivienda), la mitad (49.3%) era para educación; además, del total del presupuesto del Distrito Capital el 31% se destinó a educación.

En la Alcaldía y en la SED, antes del 2004, se había prestado escasa atención a la gravedad del diagnóstico elaborado por la firma P&D consultores sobre la peligrosa situación de las sedes educativas donde funcionaban los colegios distritales.  Por tal razón, en la administración del alcalde Lucho Garzón, la Alcaldía y la SED reorientaron recursos y priorizaron como política pública del Distrito (incluyendo los recursos de las alcaldías locales) el mejoramiento de 180 sedes educativas que tenían el indicador más grave de sismo resistencia, así como el reforzamiento y la ampliación de 50 sedes de colegios con alta demanda de cupos sin atender.

Además de la ampliación de 50 colegios existentes, se emprendió la construcción de 38 colegios nuevos con el propósito de crear 150.000 nuevos cupos educativos en colegios oficiales, para enfrentar el hacinamiento y atender la demanda de más de 100.000 niños y adolescentes desescolarizados en ese año (ver: Plan de Desarrollo de la Ciudad Bogotá Sin Indiferencia, 2004 – 2008 y Plan Sectorial, Bogotá Una Gran Escuela, publicado por la SED en agosto del año 2004).

Los resultados alcanzados en el gobierno de Garzón fueron: 1) la construcción de 42 colegios nuevos, de los cuales se entregaron 35, 7 quedaron contratados y se terminaron en los gobiernos de Moreno y Petro; hoy funcionan los 42 colegios, conocidos en la Ciudad como mega colegios, los cuales en promedio atienden 3.000 estudiantes cada uno, 1.500 estudiantes por jornada escolar; 2) se contrataron y terminaron 180 reforzamientos de sedes educativas, que dadas las condiciones de los edificios, el 70% tuvieron que ser demolidos y se restituyeron en su totalidad y; 3) se contrató y terminó la ampliaciones de 50 colegios, que incluyó el reforzamiento estructural. Una novedad de los colegios nuevos, y de algunos de los restituidos, fue la construcción de comedores escolares donde se empezó a servir comida caliente para los estudiantes.

También se destaca que los nuevos colegios, así como la reconstrucción y la ampliación de las antiguas sedes, que incluyó el reforzamiento estructural, empezaron a cumplir los parámetros urbanos y arquitectónicos, para el desarrollo de los procesos educativos, que se fijaron en el Plan Maestro de Equipamientos Educativos, adoptado mediante el Decreto Distrital 449 de 2006 (administración de Lucho Garzón). Este hecho se convirtió en ejemplo para los dueños de los colegios privados de la ciudad, quienes desde entonces se vieron obligados a iniciar procesos de reconstrucción de sus sedes educativas y cumplir con dicho Plan.

Administración de Claudia López.

En el período 2020 - 2023 en Bogotá cobró importancia construir sobre lo construido. Para empezar, el gobierno distrital destinó 2.6 billones de pesos para construir, ampliar, restituir o mejorar los colegios oficiales de Bogotá.  

En la decisión de construir sobre lo construido, quiero destacar dos medidas que tomó la Secretaria de educación del Distrito, Edna Bonilla, al empezar el gobierno.

Primero, mantuvo al subsecretario y al equipo técnico encargado de la construcción y mantenimiento de los edificios donde funcionan más de 400 colegios distritales. La mayoría de este equipo está vinculado desde administraciones anteriores, con lo que se aprovechó conocimientos, experiencia y experticia para manejar lo público y el desarrollo de la infraestructura educativa de Bogotá; a este hecho se unió la decisión política de convertir la educación en un eje medular del desarrollo de la ciudad, basta señalar los recursos destinados a la construcción de nuevos colegios y a la restitución y mantenimiento de todas las sedes, más de 700. En su momento, critiqué esta decisión, pero reconozco que, con el paso del tiempo, se convirtieron en medulares para el desarrollo de la infraestructura educativa en Bogotá.

El segundo punto, fue la decisión de seguir avanzando y consolidando los parámetros para construir colegios nuevos y restituir las sedes escolares antiguas en Bogotá. Estos parámetros lograron que los colegios superen, la mayoría de las veces, los desarrollos constructivos, arquitectónicos y recreativos de los mejores colegios privados de la Ciudad. Un ejemplo de las características de esta nueva arquitectura lo constituye el colegio Abel Rodríguez Céspedes[5]. Estos colegios nuevos fueron planeados para superar las condiciones de pobreza y de necesidades de la mayoría de los estudiantes.

La construcción de estos nuevos colegios, según la SED, incluye paneles solares, manejo de aguas y gestión de residuos, calidad de aire al interior de los bloques, aislamiento acústico, entre otros. Cuentan con un sistema de aprovechamiento de aguas lluvias que son usadas en los baños y en el riego de las plantas. Además, tienen paneles solares que producen parte de la energía que utiliza la institución escolar.

Los colegios construidos en la administración de Claudia López lograrán que los estudiantes disfruten de estar allí y sean felices, cuentan con toda clase de apoyos tecnológicos en su dotación escolar tanto para los estudiantes como docentes; fueron construidos para funcionar en jornada única. Se destaca que a la mayoría de estas instituciones nuevas se les ha designado con el nombre de mujeres, como un homenaje, reconocimiento y ejemplo a seguir a mujeres valiosas de Colombia y de la ciudad.

Los resultados por sedes y colegios, según la SED, señalan que al final la administración de Claudia López entregará 35 colegios nuevos y 35 adicionales estarán en proceso de construcción. Además de los ya señalados, dos logros significativos de esta administración son: 1) el esfuerzo por mejorar y mantener la infraestructura de las sedes actuales, donde más de 530 sedes educativas han sido intervenidas y 2) los avances logrados en la dotación de los colegios, que además de elementos bibliográficos, soportes tecnológicos, incluyó la entrega a 134 mil estudiantes de tabletas con conexión a Internet.   

Los diversos estudios del Banco Mundial, de la OCDE y de investigadores nacionales e internacionales reconocen que la infraestructura escolar es un factor importante en la calidad de la educación, de la permanencia escolar y un gran  incentivo para mejorar el clima escolar. Este esfuerzo de construir sobre lo construido lo reconocen también quienes viven en Bogotá, la Encuesta de Percepción Ciudadana Bogotá Cómo Vamos del 2023 encontró que el 79,2 por ciento de los hogares bogotanos se declaró satisfecho con las condiciones físicas de los colegios oficiales de la Ciudad, un logro palmario del propósito de colocar la educación en primer lugar.

[1] SED. Plan Sectorial de Educación 2004 -2008- Bogotá Una Gran escuela, p.30, 2004.

[2] SED. Colegios en administración amplían cobertura en 12.000 nuevos cupos.  https://www.educacionbogota.edu.co/portal_institucional/node/7166

[3] https://www.abc.com.py/edicion-impresa/internacionales/el-unicef-afirma-que-unos-17000-ninos-murieron-en-sismo-en-pakistan-865978.html

[4] https://www.abc.com.py/edicion-impresa/internacionales/el-unicef-afirma-que-unos-17000-ninos-murieron-en-sismo-en-pakistan-865978.html

[5] Ver: https://www.educacionbogota.edu.co/portal_institucional/noticia/en-engativa-se-inauguro-el-colegio-abel-rodriguez-cespedes-en-honor-quien-fue-conocido-como