Diana Yasmín Reyes Ríos
Docente del Colegio IED Jaime Pardo Leal. Licenciada en Filosofía de la Universidad Santo Tomas. Magister en Educación de la Universidad Javeriana y candidata a Doctora de la Universidad Cuauhtémoc, México.

Filosofía y producción textual: una forma de vida

Miradas a la educación

Diana Yasmín Reyes Ríos
Cuarto puesto en el XVI Premio a la Investigación e Innovación Educativa (2022). Categoría Innovación


Filosofía y producción textual surge en 2014 como una estrategia para mejorar los procesos convivenciales de los estudiantes del Colegio Técnico Jaime Pardo Leal, a través de la filosofía,  la escritura y el fortalecimiento de las habilidades del siglo XXI. El proyecto se ha ido  innovando y  adaptando a las diferentes circunstancias y dificultades  que se han presentado a lo largo de su trayectoria, como la estrategia “Aprende en casa”, surgida en emergencia que provocó el Covid 19 y sus consecuencias emocionales en las niñas y los niños.  

El presente texto tiene como finalidad presentar las corrientes y pensamientos de los cuales se ha nutrido el proyecto, al igual que las reflexiones que se han desarrollado durante la trayectoria de Filosofía y producción textual. En este orden de ideas, este texto dialoga y debate con los discursos filosóficos de autores como Sócrates, Nietzsche, Matthew Lipman, German Meléndez, y finalmente, brinda las propias consideraciones que el proyecto ha dejado.

Arjé: los principios del proyecto

Filosofía y producción textual surge como una propuesta de innovación, que busca abordar, confrontar y dar solución a los problemas de convivencia en el aula con los estudiantes de básica primaria. Se buscó aplicar una metodología que tuviese un impacto no solo en el comportamiento de los niños, sino también brindarles herramientas que les permitan interactuar y expresarse con sus emociones hacia sus compañeros. La escritura representó un ejercicio para canalizar todas las emociones contenidas que habitaban el aula escolar. Sin embargo, el proyecto sufrió una gran dificultad, los estudiantes no pudieron volver al aula debido a las restricciones y la cuarentena que trajo el Covid 19. 

La cuarentena, el aislamiento, la imposibilidad de volver a las aulas, las problemáticas sociales y personales que cada estudiante tuvo que vivir, hicieron que el proyecto se volcase en la búsqueda de una metodología por fuera del colegio. La propuesta tuvo que trascender más allá del aula, el proyecto se filtró en cada individuo, en cada hogar y en cada uno de los entornos privados de los estudiantes. De las experiencias de la cuarentena surgió, Así contamos en pandemia, una recopilación de textos en donde cada niño pudo condensar, narrar y relatar parte de lo que fue su vida durante la pandemia. Todos los ejercicios de escritura atravesaron procesos racionales, imaginativos y emocionales, tanto colectivos como individuales, que llevaron a la reflexión de cada estudiante. La filosofía se convirtió en el sustrato del proyecto. Y Sócrates y Nietzsche fueron los primeros pensadores de los que se nutrió la propuesta.

La forma en que Platón caracteriza y presenta a Sócrates en sus diálogos es la imagen que el proyecto busca incentivar en los niños. Inicialmente, la figura del filósofo que puede tomarse diversos espacios públicos para el diálogo, la dialéctica y la reflexión, así con su ejemplo los estudiantes puedan llevar el proyecto por fuera de las aulas. Por otro lado, la imagen del Sócrates “como el hombre de las eternas preguntas, el eterno interrogador” (Meléndez, 2005, pág.35-37), el filósofo que en vez de interpelar por respuestas, cuestiona y realiza preguntas. Filosofía y producción textual busca alentar a los estudiantes a preguntarse por el mundo, a ser curiosos, a interrogar. 

Las reflexiones de Nietzsche en Así habló Zaratustra permiten observar la importancia que tiene el espíritu del niño en cuanto a la intuición y la libertad. En el capítulo “De las tres transformaciones”, Nietzsche describe por medio de tres alegorías los estados por los cuales el humano puede transitar: de camello a león, y de león a niño. Sin embargo, es el espíritu del niño la meta en estos estadios, ya que es el niño aquel que tiene la capacidad de crear jugando, que tiene la voluntad para conquistar el mundo (Nietzsche, 2021,31-33)., 
El proyecto a través de diferentes actividades permite el desarrollo del potencial creativo que poseen los estudiantes, por medio del espíritu de su niñez,  para que en sus etapas siguientes, como la adolescencia y adultez,  no se transformen en león o camello, sino que conserven y lleven consigo su niño interior.

Filosofía para niños

Las reflexiones en torno al filosofar y el niño han generado proyectos como Filosofía para niños, una propuesta educativa creada en 1969 por Matthew Lipman con la finalidad de estimular y desarrollar el pensamiento complejo en los niños y adolescentes (desde los 3 hasta los 18 años), inculcando en ellos, desde los primeros años de formación, una actitud crítica y creativa frente al mundo que los rodea , valiéndose del pensamiento filosófico para comprender el lugar de esta primera ciencia en la enseñanza histórica y clásica de autores y pensadores tradicionales (Rojas, 2022, Pág. 1). Todo ello con la finalidad de promover el espíritu filosófico que toma forma en la comunidad de dialogo, de investigación o de indagación filosófica.  
Este proyecto ha sido tan llamativo e innovador que está presente en más de cincuenta países, entre ellos Colombia. En nuestro país el proyecto Filosofía para niños está siendo aplicado en la Corporación Universitaria Minuto de Dios, donde es liderado por el proyecto Marfil (Marginalidad y Filosofía para niños) desde mediados de 1999, inspirado en las bases del padre Rafael García Herreros: desarrollo de acciones de creatividad social en las comunidades marginadas de Colombia (Rojas, 2022, Pág. 1). Tiene la finalidad de reflexionar sobre la “educación filosófica encaminada hacia la práctica de Filosofía para Niños en contextos sociales marginados” (Rojas, 2022, Pág. 1). Ambos proyectos apuestan por la promoción de espacios en comunidad donde se fortalezca la creatividad, las críticas y la ética desde un ejercicio dialógico para la construcción de mejores vidas (Rojas, 2022, Pág. 1).
Estos espacios en comunidad son el eje central de ambos proyectos, puesto que fomentan o incitan al alumno a realizar preguntas en el aula, con la finalidad de convertirlo en un experto preguntador, es decir, convertirlo en un amante a la sabiduría que por definición entendemos como filósofo (Lorenzo, 2005, Pág. 104). Para lograr este cometido, el alumno primero debe aprender el arte de la incorporación al aula y habilidades que este requiere, por ejemplo: aprender a escuchar, a ser escuchado con respeto, en un clima de tolerancia preparado para la vida en democracia (Lorenzo, 2005, 105). Estas habilidades y el entorno adaptado en el aula, permite la creación de una comunidad investigadora, generando en los niños la capacidad de pensar de manera crítica y creativa (Lorenzo, 2005, Pág. 106)       

Filosofía y producción textual como un proyecto de vida

Aunque Filosofía para niños sea un referente a nivel global respecto a cómo conjugar el pensamiento filosófico y la niñez, y sea un gran ejemplo para incentivar otros espacios de enunciación de saberes filosóficos, el proyecto de Filosofía y producción textual ha buscado abarcar otras aristas, otros actores e integrar a toda la comunidad educativa del Colegio técnico Jaime Pardo Leal. Este proyecto no solo busca la producción y divulgación textual, sino también una filosofía aplicada, una filosofía para la vida.

La idea de la filosofía como forma de vida, o la filosofía como una opción de vida, es una propuesta, que explora el filósofo colombiano German Meléndez por medio de su texto Filosofía como forma de vida (2015). Allí repasa los pensamientos de los antiguos y del filósofo Pierre Hadot. La premisa general del texto de Meléndez gira en torno a la “relación que existe entre el discurso filosófico y la forma de vida” (44) De lo cual se puede inferir que la filosofía no debe quedarse en el espacio del discurso, sino que, de un paso hacia la praxis, hacia la acción. Sobre el particular, Meléndez señala, citando a Hadot:
En segundo lugar, para poder vivir de modo filosófico, es necesario ejercer una acción sobre uno mismo y sobre los demás, y el discurso filosófico, si en verdad es expresión de una opción existencial, es en esta perspectiva, un medio indispensable. El discurso es un medio privilegiado merced al cual el filósofo puede actuar sobre sí mismo y sobre los demás, pues si es expresión de la opción existencial de quien lo pronuncia, siempre tiene directa o indirectamente una función formadora, educadora, psicagógica, terapéutica. Siempre está destinado a producir un efecto, a crear en el alma un habitus, a provocar una transformación del yo. En esta perspectiva se le puede definir como un ejercicio espiritual, es decir como una práctica destinada a llevar a cabo una transformación radical del ser. (Hadot, 1998, pág. 198) (Meléndez, 2015, pág. 52)

Esta cita permite señalar que el filósofo es en tanto viva y practique su discurso, y no solo en él mismo, sino también en su entorno. Y como el mismo Meléndez resume: “la filosofía es algo que se ejercita instante tras instante, día tras día, esto es, algo que se extiende sobre la vida entera y, por ende, sobre la vida cotidiana” (Meléndez, 2015, pág.48).

Filosofía y producción textual busca crear una metodología compacta que permita a los estudiantes y a la comunidad educativa vivir la filosofía en las aulas, en el colegio, en los hogares y en el entorno. La forma como se ha implementado convirtió el aula en el ágora, en un espacio de participación, de debate y de diálogo; incentivando los procesos de escritura como un acto de reflexión y terapia para el espíritu; alentando la curiosidad y la interrogación como cualidades de vida. Atrayendo a padres de familia y personal del colegio para que se unan a estos procesos, creando espacios de lectura en donde los estudiantes dialoguen y se alimenten de otros discursos filosóficos. De muchas otras formas, el proyecto busca transformar por medio de la acción pedagógica vivir la filosofía.

Finalmente, cabe destacar que el proyecto ha mostrado frutos, ha recibido reconocimientos y distinciones a nivel distrital y nacional. Los estudiantes han participado en congresos, festivales de arte, programas radiales, foros y encuentros distritales de semilleros. El proyecto ganó el Foro Distrital (2022), ha publicado tres libros que recopilan diversos ejercicios de escritura como cuentos, crónicas y poemas, donde participan los actores de la comunidad educativa que lo conforman, tanto estudiantes -en particular los niños de primaria-, padres de familia, administrativos y personal de servicios de aseo y seguridad. La experiencia es  coherente con  Proyecto Educativo Institucional y con el de convivencia, y ha motivado a los estudiantes para que sean ellos mismos los que propongan y expongan otros horizontes y posibilidades. Cada estudiante de manera autónoma ha buscado vivir el proyecto y vivir la filosofía. 

Referencias:
Meléndez Acuña, G. (2005). Interrogación socrática ¿Es posible enseñar a filosofar? Folios, (22), 29.38. https://doi.org/10.17227/01234870.22folios29.38
Meléndez Acuña, G. (2015). Filosofía como forma de vida en Motivos filosóficos. Una introducción temática a la filosofía. Bogotá: Editorial Universidad Externado.
Nietzsche Friedrich. (2021). Así habló Zaratustra. Bogotá: Editorial Skla
Rojas, V. (2022). Filosofía para Niños como un proyecto de creatividad social. Polisemia, 18 (33), 01-02. http://doi.org/10.26620/uniminuto.polisemia. [fecha de Consulta 18 de enero de 2023] ISSN: 1900-4648
Tébar Belmonte, L., (2005). Filosofía para niños de Mathew Lipman. Un análisis crítico y aportaciones metodológicas, a partir del Programa de Enriquecimiento Instrumental del profesor Reuven Feuerstein. Indivisa. Boletín de Estudios e Investigación, (6),103-116. [fecha de Consulta 18 de enero de 2023]. ISSN: 1579-3141. Recuperado de:   https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=77100607