Juan Felipe Restrepo Mesa
Biólogo Marino MBa, especialista en dirección de Instituciones Educativas. Coordinador ambiental del Colegio Montessori de Cartagena.

Aulas Ambientales: nuevos espacios para la renovación pedagógica

Miradas a la educación

El inicio…un cambio de paradigma

En septiembre de 2019, 25 personas relacionadas con la educación, fuimos invitadas a Montreal por el Instituto Mahatma Gandhi de la UNESCO[1] y el Fonds d´Recherche du Québec[2], para discutir sobre el propósito de la educación, iniciativa que se denominó Evaluación Internacional Científica de la Educación, Basada en Evidencias. Como conclusión de dicho encuentro, se establece que el Florecimiento Humano sea el gran propósito de la educación a partir del 2030, en contraposición al actual, de formar Capital Humano[3].

En marzo del 2022, el MGIEP lanzó en Paris el informe con las conclusiones de la ISEE, iniciando el mayor cambio paradigmático en educación de los últimos cien años, y en ello nos debemos comprometer todas y todos: docentes, rectores, cuidadores, familias, empresarios, tercer sector, administradores públicos y autoridades gubernamentales: el florecimiento de cada ser humano. 

Bajo la óptica de este compromiso, las aulas ambientales, así como la búsqueda y la apropiación de nuevos espacios para la renovación de las prácticas y estrategias pedagógicas, brindan la posibilidad de llevar al estudiante a encontrarse consigo, con sus pasiones, con sus habilidades y competencias, proporcionándole oportunidades de sentirse útil, resolviendo problemas reales de territorio con herramientas reales, en otras palabras, florecer como ser humano único e irrepetible.

El algoritmo que propondré no debe depender ni de computadores, ni de la internet, tampoco de elaborados materiales pedagógicos; el modelo “Florecimiento” se basa en coadyuvar a que nuestras niñas, niños y jóvenes alcancen estados mentales ideales de “Flow”[4], en los cuales el ser humano se sumerge, cuando aborda aquello que le gusta, que ofrece un reto, y que está en un perfecto equilibrio con sus habilidades y competencias.

Si los materiales son escasos, si solo se cuenta con el salón de clases, las mesas y el tablero, se tienen un montón de otros espacios posibles a disposición de un plan de clase significativo, como son ríos, ciénagas, el mar, el campo, la selva, el mercado, la vereda, entre otros. También se cuenta con prácticas innovadoras que basan su poder en su simpleza, en copiar a la naturaleza, como la permacultura, por ejemplo. La permacultura es el arte de diseñar espacios de vida, territorios funcionales, profesiones y vidas ricas en significado, inspirados en la naturaleza. También cuidar de los seres humanos, de la tierra y a compartir equitativamente.

Los mejores laboratorios no cuestan un centavo: el sol y las estrellas, desiertos, bosques y árboles, una colmena, las comunidades biológicas, el ecosistema. Este fue precisamente, el principio que nos inspiró cuando en 2016 invitados por Colciencias, escribimos Expedición Ondas Bio, para que, en cada rincón de Colombia, un país megadiverso, maestros y estudiantes salieran del aula a reconocer la naturaleza, dialogando con abuelos y sabedores ancestrales, preguntándose por qué algunas plantas y animales han desaparecido de su entorno.

Dicho todo lo anterior comencemos este recorrido con un postulado: las “aulas ambientales” no son necesariamente espacios físicos, pueden ser también conceptos, o espacios virtuales, valientemente demostrado por estudiantes y maestros, en todos los rincones del planeta, durante los dos años de la Pandemia Covid 19.

Ciencia Ciudadana (CC) y Ecología Cívica (EC)… un atlas de nuevas rutas

Desde el 2000, la UNESCO insta a acercar la ciencia al ciudadano[5]. Un componente del ecosistema Ciencia Abierta[6], es la Ciencia Ciudadana, entendida como práctica de investigación científica, que realizan ciudadanos, respondiéndose preguntas de su interés, con base en protocolos rigurosos, diseñados por científicos expertos. Una amplia bibliografía documenta hallazgos de ciudadanos, los cuales se han constituido en valiosas contribuciones a la expansión de la frontera del conocimiento.  En este caso, el grupo Ondas Biontessori del Colegio Montessori de Cartagena, en el marco del proyecto Expedición BIO[7], hizo para el departamento de Bolívar en 2018, el primer registro del Tiranuelo Diminuto (Inezia tenuirostris), un ave endémica de la región Caribe colombiana, siendo hasta hoy el único registro en la plataforma de Ciencia Ciudadana Naturalista Colombia[8]. Hechos como estos resultan más comunes de lo que se cree en este paradigma de las aulas ambientales mediadas por la ciencia ciudadana, y son precisamente estas oportunidades reales de expandir la frontera del conocimiento, las que le confieren a esta propuesta la autenticidad y pertinencia como estrategia pedagógica.

La Ciencia Ciudadana se convierte entonces en un espacio alternativo de enseñanza/aprendizaje[9]. Sin embargo, a la ciencia ciudadana se le critica su frialdad, por buscar solo el dato, que ese ciudadano que participa en actividades de CC en ocasiones no regresa.

La Ecología Cívica por su parte, recoge todas aquellas prácticas de Stewardship[10] que llevan a que una persona modifique sus valores y sus creencias en relación con su apreciación del entorno, desarrollando sentido de lugar y biofilia[11].

Lo que resulta verdaderamente poderoso, es combinar Ciencia Ciudadana y Ecología Cívica, pues lo que vemos es que estas se refuerzan mutuamente brindándonos la oportunidad de tener una experiencia pedagógica transformadora.

En esta ruta, un ejemplo es el reto Naturalista Sabana de Bogotá, coordinado por el Instituto Von Humbolt[12], una linda oportunidad para trabajar con niñas, niños y jóvenes en la diversidad, alrededor de sus escuelas. Igualmente, permite escalar la actividad a una práctica STEAM[13], al combinar el reconocimiento de la fauna y flora, el conteo y la estadística, el uso de la plataforma Naturalista Colombia, la fotografía o el dibujo, así como el reconocimiento del territorio con sus características y particularidades. Como un valor agregado, la posibilidad de construir redes y comunidades de práctica con otros docentes y estudiantes. Ahora bien, si esta actividad se enriquece como práctica de ecología cívica, sumándole la interacción con la comunidad, la conversación con sabedores ancestrales, una campaña para reconocer y preservar el animal o el árbol emblemático del territorio, el resultado final es una poderosa y significativa experiencia de enseñanza/aprendizaje.

Comunidades de práctica… convergencia de oportunidades

2012-2022 podría ser la década de la web 2.0 y para efectos del tema, nos hemos venido organizando en grandes comunidades de práctica donde convergen millones de personas: científicos, estudiantes y maestros con intereses comunes, compartiendo recursos que enriquecen nuestra práctica docente.

Una de ellas es el Programa GLOBE[14], cuyo propósito es promover la observación de variables asociadas con la Tierra por medio de protocolos rigurosamente desarrollados por los científicos de NASA, patrocinadores del programa con NOAA, el Departamento de Estado, y la Fundación Nacional para la Ciencia, de los Estados Unidos. En Colombia lo opera el Programa Ondas del MinCiencias, brindando a los docentes espacios de autoformación y una variedad de oportunidades de participación para estudiantes. GLOBE ofrece una plataforma digital poderosa de ingreso y visualización de datos y otra muy versátil para dispositivos móviles denominada Globe Observer [15] que incluye herramientas para registrar la nubosidad y la meteorología local, la medición de la altura de los árboles, la cobertura terrestre, y el mapeo e identificación del hábitat de los mosquitos. Toda esta información se recolecta y se georeferencia en tiempo real y se almacena en bases de datos de la NASA, quedando disponible para ser usada por toda la comunidad.

La Revolución 4.0… nuevas ventanas de exploración

Ahora bien, este paradigma del científico ciudadano como proveedor de datos ha ido migrando a convertirnos también en consumidores de grandes volúmenes de información.  Maestros y estudiantes tienen hoy acceso a petabytes de información que se descargan desde las denominadas API (Application Programming Interfaces), alojadas en grandes reservorios como e-bird_colombia, GLOBE, Naturalista_Colombia, entre muchos otros. Es solo cuestión de aprender a hacerlo, pues la información contenida allí es pública y abierta. Esto hace que la frontera del conocimiento sea infinita para maestros y estudiantes, y esté literalmente a un clic de distancia. Ello nos permitirá tener una comprensión mucho más amplia y sistémica de nuestro entorno, lo que en clave de estadística significa pasar de estudios muestrales a estudios de carácter poblacional, con la llamada ciencia de datos, el aprendizaje de las máquinas, el internet de las cosas y la minería de datos.

Empresas de sistemas de Información georeferenciada, como es el caso de ESRI Colombia, ofrecen desde sus programas de responsabilidad social, licenciamiento gratuito y formación en cascada para maestros y estudiantes en la suite ArcGIS. Estos recursos ponen literalmente el mundo en nuestras manos, convirtiéndonos en los nuevos exploradores digitales.

Volver a la naturaleza, la gran invitación

Autores como Richard Louv[16], han demostrado que el “desorden de falta de naturaleza” está ligado a dificultades en los procesos de aprendizaje. Es por ello que debemos hacer un frente común para reconquistar para la educación espacios como parques, playas, ciénagas, quebradas, senderos ecológicos, los jardines de la institución, los bosques urbanos, entre tantos otros. Por ejemplo, a 20 km de Cartagena, el Eko-parque Luna Forest: tiene 40 hectáreas de Bosque Seco Tropical, Granja Escuela, Temascal, Lagos, Senderos Ecológicos, habitaciónes para 60 personas cómodamente instaladas, circuitos de cuerdas; ofrece ambientes preparados para entrar en íntimo contacto con la naturaleza y despertar las cuatro consciencias de las que nos habla Montessori: la conciencia del ser, del ambiente, de la cultura y de la comunidad.

Salir del aula es la mejor oportunidad para despertar en nuestros estudiantes su curiosidad, detrás de cada pregunta hay un proyecto de investigación en potencia.

Conclusiones para desencadenar acciones iniciales

Estamos ante un nuevo paradigma en educación, el florecimiento humano.

Estos espacios físicos o virtuales, donde se desencadenan procesos de enseñanza/aprendizaje, las llamadas aulas ambientales, deben ofrecer al estudiante oportunidades para el abordaje de problemas reales de territorio, que le sean pertinentes, en equilibrio con sus destrezas y habilidades, y con su etapa de desarrollo.

En Biontessori tenemos un lema: Solos quizá llegaremos más rápido, pero en comunidad llegaremos más lejos. Este es el tiempo de hacer redes, de pertenecer a las llamadas comunidades de práctica.

La ciencia ciudadana y la ecología cívica son recursos poderosos a la hora de desarrollar actividades en aulas ambientales alternativas.

Todas las partes interesadas que, de una manera u otra, intervenimos en el sector educativo, debemos propender por un currículo integrador, un enfoque STEAM+H (Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Arte, Matemáticas y Humanidades), por ejemplo.

Hoy más que nunca, se conjugan en la educación las posibilidades de extender la cosmovisión del aula, desde la articulación de nuevos escenarios para la curiosidad, el método, el aprendizaje y la cooperación.

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[1] https://mgiep.unesco.org/

[2]The International Science and Evidence Based Education (ISEE) Assessment. https://mgiep.unesco.org/iseeareport?utm_source=pocket_mylist

[3] Duraiappah, A., van Atteveldt, N., Asah, S. et al. The International Science and Evidence-based Education Assessment. npj Sci. Learn. 6, 7 (2021). https://doi.org/10.1038/s41539-021-00085-9

[4] Mihály Csíkszentmihályi. Flow: The Psychology of Optimal Experience. Haper-Collins e-book

[5] UNESCO (2000) World Conference on Science: Science for the Twenty-first Century; a New Commitment p.464

[6] UNESCO (2015) Open Science

[7] Acuña, C. et al. 2018. Expedición Ondas Bio Guía para los grupos de Investigación. (Colciencias, Ed.) Bogotá DC, Colombia: Cataplum Libros.

[8] Portal de I-Naturalist en Colombia es Naturalista Colombia. https://colombia.inaturalist.org/ recuperado en 19 de marzo de 2022

[9] Restrepo, M.J. 2017. La Ciencias Ciudadana: un espacio alternativo de enseñanza y aprendizaje. Revista CUEE Vital. Vol 2, No. 1. ISBN 2500-8889

[10] Traduce Mayorazgo, mas no se encuentra una palabra en el Castellano que represente el verdadero significado de Stewardship en el contexto de la Ecología Cívica.

[11] Lilly, B. & Krasny, M. 2016. Linking Citizen Science and Civic Ecology in Environmental Education. Chapter 15. Across the Spectrum. University of Florida, Cornell University, NAAEE, and the USEPA

[12] http://www.humboldt.org.co/es/boletines-y-comunicados/item/1630-entre-el-30-de-abril-y-el-3-de-mayo-a-reportar-la-biodiversidad-colombiana-sin-poner-en-riesgo-su-salud

[13] Integración de las áreas de Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas

[14] GLOBE Global Lerning Observations that benefit the Planet.  https://www.globe.gov/ recuperado el 19 de marzo de 2022

[15] Globe Observer https://observer.globe.gov/ recuperado el 19 de marzo de 2022

[16] Louv, Richard. 2010. Last Child in the Woods: Saving our Children from Nature-Deficit Disorder. Atlantic Books