Claudia Roberto Shilito
Profesional del Equipo de la Subsecretaría de Calidad y Pertinencia

Ruedas que abren puertas a la imaginación y la pasión por la lectura

Crónicas pedagógicas

La profesora Bibiana Largo es una enamorada de los libros y de su lugar de trabajo la biblioteca del colegio Virginia Gutiérrez de Pineda, una institución educativa con más de dos mil doscientos estudiantes. Diariamente, ella asume el reto de que, tanto los docentes como los niños, niñas, adolescentes y jóvenes se interesen por la lectura y que se convierta en su pasión. Para lograr su propósito, desarrolla talleres, clubes de lectura, organiza cajitas viajeras de 40 libros que van de salón en salón e invita a autores nacionales e internacionales para tener conversatorios; es así como rompe esquemas y busca espacios innovadores.

Una de las estrategias que la profe Bibiana considera que funciona para despertar y acercar a los estudiantes al maravilloso mundo de los libros y a otras formas de lectura, es el Bibliobús, que se convirtió en el invitado especial del colegio el 16 de junio de 2022. Durante la jornada los estudiantes del grado 5 se subieron al viaje con Yolanda Reyes y su maravillosa historia del Árbol de Chicle y conocieron cómo Encender la noche con Ray Bradbury. Con estas dos historias, los chicos aprendieron un poco sobre la historia del chicle, hicieron un análisis de las consecuencias que puede tener su consumo e identificaron cómo enfrentar sus miedos y superarlos. De igual manera, con experimentos y juegos relacionados con las dos lecturas, se divirtieron explorando, descubriendo y aprendiendo.

Hacer parte de esta visita y de los talleres, ver la conexión que hay entre cada uno de los estudiantes, los mediadores de lectura y la historia, es una experiencia que deja huella, que hace que la mente y el corazón se conecten con la magia de las palabras y del juego, permitiendo explorar nuevos escenarios y resaltando que el aprendizaje no es mecánico, sino que requiere de un clic con aquello que a cada uno nos gusta.

Cuando alguno de los participantes hace preguntas, comentarios o se identifica con los protagonistas de las historias que se relatan en el Bibliobús, es evidente que el espacio fue preparado pensando en un grupo de estudiantes y sus necesidades, es decir, que cada experiencia en este espacio, que es un viaje por la lectura, es hecha a la medida.

Al preguntarle a Bibiana sobre la preparación, comentó que se eligieron los estudiantes de 5º grado para reforzar sus habilidades lectoras y para que, en este momento de tránsito hacia el bachillerato, se conecten y disfruten de la lectura. “después de las visitas del bibliobús, se ha identificado un aumento en la comprensión lectora, que es lo que buscamos fortalecer, y que los estudiantes empiezan a visitar más la biblioteca por gusto y placer”, afirma. Tal vez por esta dedicación y pasión que tiene por lo que hace, es que ver la cara de satisfacción de la profe contagia alegría y entusiasmo.

Durante la conversación, esta apasionada de la lectura nos compartió que es clave orientar a los estudiantes y ayudarles a identificar qué tipo de textos les gusta, y así, cada uno va encontrándose con su género y se sumerge en diferentes historias. Cada lector se convierte en un reflejo de lo que lee. 

Los conductores del viaje de la lectura

Para conocer la importancia e impacto que tiene el Bibliobús en los colegios de Bogotá y cómo apoya a las maestras que, como Bibiana, quieren que los niños, niñas adolescentes y jóvenes se interesen y tengan gusto por la lectura, es preciso conocer la historia contada por sus gestores y quienes día a día van llevando los libros y los talleres a nuestros colegios.

Edwin Betancur, líder del proyecto, afirma que el Bibliobús es un proyecto multicolor que no tiene un slogan de campaña, ni de la administración, para que así perdure en el tiempo. Él cuenta que, en el año 2007, en el marco de la Feria del Libro, la Embajada de Japón donó el bus a la ciudad de Bogotá. En la Secretaría de Educación del Distrito (SED), al principio, no se pudo asumir la administración por lo que se pidió apoyo a aliados, sin embargo, en 2015 regresó a la SED y desde entonces hay un equipo responsable de llevar la magia del Bibliobús a los colegios, este grupo de profesionales conformado por mediadores de lectura, que son docentes con formación en primera infancia y en asuntos sociales, personas preparadas y con experiencia en el manejo de bibliotecas.

Para que el Bibliobús llegue a un colegio, lo primero que se debe hacer es diligenciar un formulario. Hay que tener en cuenta que las visitas se programan por demanda y de acuerdo con el orden de llegada. Edwin comenta que una vez llega la solicitud, se hacen dos acercamientos, el primero es para verificar que físicamente el vehículo pueda llegar hasta la institución educativa, dado que tiene 12 metros de largo por 5 de ancho, 5 de profundidad y pesa 12 toneladas.  Se hace una visita para tener certeza de que no se obstaculizarán vías principales y que se pueda garantizar la seguridad.

El segundo, es el acercamiento pedagógico en el que se determina y acuerda qué quiere el colegio con la visita, cómo se puede dar la articulación con el PEI del colegio, y se define la población a atender y las características que tiene (edad, grado, nivel de avance con la lectura, entre otros). En esa fase preparatoria se ofertan los talleres, los cuales son revisados por la persona que solicita la visita; posteriormente, el equipo de talleristas se reúne con los docentes y se define cuál es la mejor opción, según los requerimientos. El día de la visita, el conductor designado recoge el Bibliobús en la secretaría y llega antes de las 7 a. m. al colegio.

Durante la conversación, Edwin resaltó que con los talleres se busca dejar el mensaje de la lectura creativa, lo cual es un reto inmenso porque en ese espacio de 1 hora hay que lograr intervenir en el proceso lector, que los participantes busquen lo que les gusta leer y así inicien ese viaje con las historias y textos que les llaman la atención y les mueven las fibras, en pocas palabras: identificar lo que les encanta. “Es por esto que la colección es muy amplia, cuenta con más de 2.700 libros que abarcan diferentes géneros para todas las edades, y un parque tecnológico con tabletas, televisor, videobeam y gafas de realidad aumentada que se utilizan en diferentes talleres en beneficio de los estudiantes” afirma el líder del proyecto.

La interacción con los estudiantes pasa por diferentes acciones, por ejemplo, que piensen cómo sería para ellos un inicio o un final de la historia, que se pregunten por qué el autor la contó. El reto es que al bajarse del bus los participantes queden con preguntas, que hayan impulsado su creatividad y que estén felices, sorprendidos, mostrando los trabajos y que incluso quienes tienen miedo de leer en público lo empiecen a combatir. Es por esto por lo que Edwin, de manera muy enfática, dice que, aunque las visitas son cortas, son un preámbulo para que luego tomen un Harry Potter y lean toda la saga.

Edwin también tiene su libro favorito, es uno de Dragones, que no solo es de su estilo, sino que además lo conecta con la sabiduría de la mitología, una de las pasiones que mueve su inspiración. Este libro hace parte de una colección que adquirió por licitación pública y que para él es muy “taquillero”. “La magia de tener un libro en las manos, ojearlo, sentir el papel y ver las ilustraciones, es parte de los factores diferenciales. No es lo mismo esta experiencia que ver el libro en digital. Esta experiencia hace que se genere un vínculo diferente”, comenta.

Al final de la conversación, Edwin destaca los logros del Bibliobús, entre los que están la recordación de las visitas y de los talleres, el amor de las personas que lo visitan, la pasión que tienen las promotoras por el proyecto y por su trabajo.

Esta experiencia literaria no sería posible sin el amor por la lectura que imprimen en su trabajo las mediadoras. Para Lorena Contreras, otra de las conductoras del viaje de la lectura, en cada visita del Bibliobús se recogen vivencias. Resalta que “este vehículo es un espacio no convencional, que despierta el interés y la curiosidad de los estudiantes, porque al verlo piensan que es un medio de transporte y se sorprenden al descubrir que es una biblioteca móvil”. Cuando suben las escaleras y cruzan las puertas, los visitantes se encuentran dos anaqueles, uno amarillo en el que están los de consulta y documental y otro rojo, en donde están los cuentos, novelas, teatro, mitos y leyendas y novela gráfica; están clasificados en infantil, juvenil y adultos. Para los pequeños se tienen pop up y libros con sonidos.

Lorena y Edwin, al igual que la profesora Bibiana, aman lo que hacen y encuentran en los libros unos aliados y compañeros de su día a día. Lorena dice que el Bibliobús lleva magia tanto en su exterior como en su interior, no solo por su colorido, sino porque cuando se entra nadie espera que sea una biblioteca. “Es como entrar a un circo de la lectura, en el cual, para que sea una experiencia de disfrute, es preciso indagar los intereses de los participantes, según el momento de vida en el que se encuentran”.

En sus recorridos, este bus ha tenido más de 60.000 visitantes y ha sido un espacio de descubrimiento y enlace con la lectura, no solo para los docentes y estudiantes, sino también para los padres que participan de los talleres, dado que ven cómo pueden hacer para compartir lecturas y que la magia de los libros esté presente en sus casas.

Los viajeros y su conexión con los destinos literarios

Para poder completar el panorama de lo que significa el Bibliobús es necesario compartir las percepciones de los estudiantes y docentes. Es por eso por lo que al finalizar los talleres en el colegio Virginia Gutiérrez de Pineda, le pregunté a algunos de los niños qué era lo que les había gustado, y una de las respuestas que me sorprendió fue: “La historia de hoy nos ayuda a no tener miedo, porque entre más miedo nos dé, vamos a tener más errores en la vida.

La profe Mary Lucy Ávila, del colegio San José de Kennedy, es otra de las viajeras de esta maravillosa biblioteca móvil. Ella dice que todos los estudiantes que han estado en este espacio lo recuerdan y, que definitivamente, sí marca un antes y un después en el interés por la lectura. Para ella la visita del Bibliobús siempre es un incentivo y un aliado para la promoción de lectura, para despertar el interés e indica que los talleres son el acompañante perfecto para el proyecto de Promoción de lectura que tienen en la Institución, el cual se llama Pileo Nace un lector, nace un gran escritor.  “Desde la parte emocional considero que el Bibliobús es una experiencia muy significativa en el proceso de aprendizaje, de motivar, mantener y aunar esfuerzos para que los niños no sean absorbidos por la tecnología y se interesen por tener un libro en su maleta”, indica la docente.

Para los estudiantes según la profe Mary―, que el Bibliobús llegue a su segundo hogar (el colegio) con una variedad de libros, y que una persona diferente a su maestro les brinde una experiencia bonita para acercarse a la lectura, permitiéndoles manipular los libros para identificar lo que les gusta, es absolutamente motivante. “Estar en una biblioteca rodante, es algo único”, afirma.

En su corazón tiene el recuerdo de un estudiante (un exalumno, Kevin, quien tiene un espectro de autismo) quien cada vez que se la encuentra, le dice que se acuerda del bus de la lectura, y su mamá refuerza esta idea contando que después de haber estado en el Bibliobús, su hijo empezó a leer y a tener siempre un libro con él.

Así mismo, Saydy, otra de las estudiantes del San José de Kennedy, no olvida esta experiencia y siempre pide la visita. Estas vivencias motivan e inspiran a sus compañeros para también conectarse con la lectura.

En el momento de hablar de sus libros favoritos de la colección, la profesora Mary menciona los de Anthony Browne; Colombia mi abuelo y yo, de Pilar Lozano; y Charlie y la fábrica de chocolates, de Roald Dahl; los destaca porque son títulos encantadores y sencillos, y además las ilustraciones son hermosas y llaman la atención de los más pequeños. “El Bibliobús permite que los estudiantes aprendan desde la lúdica y que se conecten con la historia. Esta visita es muy positiva, es perfecta porque les permite salir de la cotidianidad del aula, experimentar e imaginar otros mundos. La visita del Bibliobús ha sido una delicia”, concluye la profe Mary.

Un viaje para recordar

Vivir la experiencia y hacer parte del viaje de la lectura, también ha dejado una huella personal en cada uno de los estudiantes que estuvieron en los talleres ese 16 de junio. El corazón y la mente guardan la historia del Chicle y la de la niña que encendió la oscuridad y, muy seguramente, cuando volvamos a hacer estas lecturas reviviremos los aprendizajes, los comentarios, los descubrimientos y la magia que nos trajo el Bibliobús, y daremos gracias por haber sido pasajeros del bus de los mil colores, aquel que siempre está abierto para llevarnos a mundos maravillosos, donde la imaginación lo hace todo posible. Una vez se engancha con la lectura, difícilmente se suelta, porque compartir con libros y sus autores es un motor de y para la vida.