Carolina Basto Peñuela
Comunicadora Social, Asesora Subsecretaría de Calidad y Pertinencia

Escuela Inclusiva: aprendizajes y retos

Crónicas pedagógicas

 “La belleza del Universo no es solo la unidad de la variedad, sino también la diversidad en la unidad." - Umberto Eco.

En un ejercicio de sensibilización hacia la educación inclusiva, un grupo de docentes está en un salón de clase, se agrupan por parejas, uno de ellos se venda los ojos mientras que el otro está atento a las indicaciones del tallerista. La tarea parece simple, hacer un avión de papel. El profesor que ve orienta a su compañero que tiene los ojos vendados para que siga cada instrucción y paso a paso la vaya ejecutando. El docente que solo escucha debe recibir de forma clara la información, para comprender lo que se le pide y pueda hacerlo correctamente.

En la actividad  se escuchan frases como “tienes que doblarlo por ahí”, “corta ese lado de allá”, “es la otra izquierda”, “mira es por acá”, “no te estoy entendiendo”, “más despacio por favor”. Por supuesto recibir ese tipo de instrucción para realizar una tarea cuando no se ve, dificulta la compresión de lo que los demás quieren que se haga. El resultado final fueron unos papeles con muchas formas, algunos pocos parecidos a aviones, pero sin duda este ejercicio propició una reflexión en el grupo de docentes sobre cómo los estudiantes que tienen discapacidad visual perciben y reciben la información de sus clases, sí se consideran parte de la dinámica del aula, o si ésta es realmente un espacio pedagógico pertinente.

Se trata entonces de fortalecer la educación inclusiva desde una perspectiva de derechos y de bienestar, no es solo generar procesos educativos para las clases, sino que estén en coherencia con ambientes inclusivos que respondan a las condiciones de los estudiantes, en  donde cada actor de la comunidad educativa aporte en la construcción de culturas educativas inclusivas, que atienda la diversidad en equidad de condiciones.

En los colegios oficiales de Bogotá hay actualmente matriculados 18.513 estudiantes con alguna discapacidad, visual, auditiva, física, cognitiva, psicosocial y/o múltiple. Esta realidad requiere en ocasiones no solo del sector educativo, sino de la articulación interinstitucional que implica la atención integral a una persona con discapacidad, según sea su situación.

El fin último de todo el trabajo conjunto y de cada actor es garantizar el goce efectivo de la educación a estos niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos y por supuesto realizar el acompañamiento a sus familias, desde el marco de una educación de calidad, pertinente e inclusiva

En este sentido, la escuela debe responder a las características de los estudiantes, comprendiendo su diversidad como una oportunidad y no como una  barrera,  desarrollando metodologías que fomentan la participación de los estudiantes y que promuevan que todos ellos sean los protagonistas de su aprendizaje.

Priorizar en la agenda del país la educación inclusiva, ha pasado por varios escenarios normativos, por ejemplo: la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos celebrada en 1990 en Jomtien Tailandia, en donde 150 Organizaciones reconocen la situación de exclusión del sistema educativo de personas con discapacidad y proponen universalizar el derecho a la educación para esta población. La Ley General de Educación en Colombia, que en su artículo 5 menciona "Pleno desarrollo de la personalidad, escuela - espacio para el desarrollo, formación en el respeto, pluralismo, participación y libertad, diversidad étnica y cultural del país, acceso al conocimiento y lineamiento de política de educación inclusiva”. El Decreto reglamentario 1421 de 2017, que define como educación inclusiva aquella que reconoce, valora y responde de manera pertinente a la diversidad de características e intereses, posibilidades y expectativas, de los niños, niñas y adolescentes, jóvenes y adultos, cuyo objetivo es garantizar las condiciones para el aprendizaje efectivo de los estudiantes con discapacidad.

Este marco normativo soporta las acciones de atención inclusiva en las instituciones educativas y ha sido una apuesta permanente del Distrito. En 2018 la Secretaría de Educación del Distrito formuló los lineamientos de educación inclusiva, los cuáles han permitido guiar el trabajo educativo dirigido a esta población, trabajo que no se agota con el paso del tiempo, sino que cobra mayor relevancia al identificar las posibilidades de trabajo con cada estudiante, el interés permanente de fortalecer los procesos de aprendizaje desde la diversidad y brindar  herramientas necesarias para que todos y todas tengan plena garantía de sus derechos.

Parte del trabajo de acompañamiento a los colegios está a cargo del talento humano que conforma el sistema de apoyos, personas comprometidas con su labor y responsables de brindar herramientas para mejorar las condiciones de atención a las y los estudiantes con diferentes discapacidades, entre ellos se encuentran 970 docentes de apoyo pedagógico, 110 mediadores pedagógicos, 75 intérpretes de lengua de señas - español, 14 modelos lingüísticos y 183 auxiliares de enfermería. Una gestión articulada que transforma vidas.

Colegio República de China: una escuela donde todos caben

Carlos Augusto Rodríguez es el rector de esta institución desde hace 2 años, llegó allí justo un mes después de haberse declarado la primera cuarentena por la pandemia del Covid, lo que implicó la incorporación de canales virtuales de comunicación para conocer a profundidad la comunidad educativa y aproximarse de forma más directa con la trayectoria de educación inclusiva que lo identifica.

El colegio, ubicado en la localidad de Engativá, ha  liderado  procesos de educación inclusiva con estudiantes con discapacidad, principalmente visual, desde nivel preescolar hasta grado 11. A lo largo de sus 52 años de fundación, cuenta una historia significativa por su apuesta por la educación inclusiva, generando impacto no solo en la ciudad sino el país.

Actualmente atienden 130 estudiantes con discapacidad visual en casi todos los grados, bajo una perspectiva de reconocimiento a la diversidad y una premisa trasversal de una escuela en la que caben todos sin excepción. Según lo menciona el rector, “la labor se ha orientado hacia la capacitación permanente, hacia el cocimiento de rol que cumple el equipo de apoyo, en comprender qué es y para qué sirve el Plan Individualizado de Ajustes Razonables - PIAR, cuál es la normatividad vigente, qué es estudiar cuando se es ciego, o cuando se tiene una discapacidad múltiple, qué significa la diferencia y cómo puedo abordarla como docente.”

Para las niñas, niños y jóvenes con discapacidad de este colegio, la apuesta se centra en brindar aprendizajes para la vida, en orientar procesos de autonomía, en el reconocimiento de capacidades y habilidades más allá de las dificultades, en poner a su disposición todas las herramientas para que su interacción en sociedad esté llena de oportunidades. Todo esto de la mano de sus familias, quienes son fundamentales en el proceso de aprendizaje, son madres y padres dedicados, protectores, corresponsables y comprometidos, a lo que la institución educativa responde con empatía, respeto, acompañamiento y gestión.

La docente de apoyo pedagógico Marcela del Castillo, quien ha estado por 12 años ejerciendo su labor con estudiantes de la institución, afirma que “las niñas y niños con discapacidad, son muy emotivos, todo el tiempo están sonriendo, te saludan, te muestran lo que están haciendo, son absolutamente maravillosos y eso hace que te esfuerces aún más por brindarles un ambiente inclusivo, en el que se sientan reconocidos, valorados y protagonistas de su aprendizaje, con todos los retos y oportunidades que eso implica, con compromiso y en equipo”

Experiencia y percepciones como las de esta maestra de apoyo, permiten reconocer que el trabajo con la población con discapacidad independientemente de cuál sea, representa diariamente una responsabilidad y un reto educativo por ofrecer a los las y los estudiantes las mejores condiciones para lograr sus aprendizajes de manera satisfactoria, haciendo participes a todos y dándoles el lugar que merecen dentro de las instituciones educativas.

Para el rector Carlos Augusto Rodríguez, su modelo de atención está basado en el que el líder mira de frente a la comunidad para que sea ella la que indica por dónde quiere ir, y el líder hace todo lo que tenga que hacer para que ese camino trazado sea el que se sigue. Su gestión está permeada por el trabajo en equipo, por identificar las acciones de mejora y  reconocer los avances y logros conseguidos que benefician a la comunidad estudiantil, es una rectoría que escucha, que dialoga, de puertas abiertas para la toma de decisiones y muy consciente de la necesidad de una transformación pedagógica que conciba la educación “tan dinámica como un video y no estática como una fotografía”.

La perspectiva de trabajo articulado y comprometido ha significado que el Colegio República de China sea un referente en Bogotá en materia de educación  inclusiva, en donde todas y todos aprenden juntos en un mismo entorno sobre la base del reconocimiento, la valoración de su diversidad y la equidad en las oportunidades.

Como lo menciona el rector “para mí es absolutamente importante que la gente esté feliz acá, el maestro, el estudiante, las familias, queremos que en este colegio la comunidad entienda que todos y todas somos diferentes, que desempeñamos roles distintos, pero cada uno es significativo y aporta desde su experiencia, a seguir construyendo la escuela que queremos, aquella donde todos sientan que hacen parte”.

Colegio Técnico José Félix Restrepo: Iguales en la diferencia

Otra experiencia significativa en educación inclusiva es la que desarrolla el  colegio Técnico José Félix Restrepo de la localidad de San Cristóbal que durante los últimos siete años ha estado liderada por el rector Jimmy Alexander Giraldo.

Esta institución acaba de cumplir 40 años de creada. En su primer año de creación empezó a incluir estudiantes con discapacidad visual (ciegos y de baja visión) al aula regular. En 1999 la Secretaría de Educación del Distrito escogió al colegio como el encargado de realizar el proceso de inclusión educativa de los estudiantes con discapacidad visual de la localidad de San Cristóbal y en el año 2004 amplía su programa de inclusión a la jornada de la noche, siendo el único colegio en el país en brindar acompañamiento a los adultos con esta condición para terminar sus estudios hasta grado once.

En el año 2013 el colegio introduce en el proyecto “Iguales en la diferencia” los programas de apoyo a los estudiantes que están en aulas hospitalarias y en el año 2018 a las personas privadas de la libertad en la Cárcel Distrital, a los habitantes y ex habitantes de calle.

El eslogan que identifica el quehacer del colegio, Iguales en la Diferencia, sintetiza la gran apuesta de transformación social desde la educación inclusiva, partiendo de la premisa de la necesidad de contribuir a cerrar las brechas de desigualdad, generando oportunidades para las distintas poblaciones que atiende, a partir de la atención que brinda desde cada una de las líneas pedagógicas. La institución ha venido consolidando su proyecto educativo alrededor de procesos inclusivos que han llevado a la garantía del derecho a la educación de las niñas, niños, adolescentes, jóvenes y adultos que atiende.

No es solo reconocer que hay poblaciones con distintas características y condiciones diferenciales, sino generar una escuela abierta que sea corresponsable en su ejercicio formativo y vincule a estas comunidades para que sean parte activa de la sociedad y tengan herramientas para construir y desarrollar su proyecto de vida. Entre los estudiantes del colegio José Félix Restrepo se incluyen víctimas del conflicto armado, ex habitantes de calle, adultos mayores, personas privadas de la libertad y estudiantes con discapacidad visual parcial, total y discapacidad múltiple.

Para el colegio la discapacidad no es exclusiva, sino inclusiva. Se convierte en una oportunidad para desmitificar que la diferencia nos hace incompatibles, por el contrario, ver en un aula de clase a tantos niños, niñas y jóvenes diversos, compartiendo, socializando y aprendiendo juntos desde sus necesidades y particularidades, es el ejemplo de cómo la escuela puede ser territorio de igualdad, equidad y cero exclusión.

Como lo menciona el rector Jimmy “la educación inclusiva es una oportunidad de aprendizaje no solamente para la persona que tiene discapacidad, sino para nosotros los que estamos liderando y  acompañando ese proceso, porque vamos sumando con acciones concretas a la transformación de la sociedad, en un espacio garante de derechos”.

A lo largo de estos 40 años, estudiantes, docentes, familias y comunidad han conformado una red comprometida con la educación, que se refleja en cientos de historias de vida llenas de logros, avances y satisfacción. Muchos exalumnos con discapacidad visual lograron acceder a la educación superior. Algunos se han graduado en ingeniería industrial, en música, otros son técnicos y tecnólogos en programación de software o vinculados laboralmente en el sector productivo. El colegio sustenta las bases para que sus estudiantes crean en sus capacidades y en lo que pueden lograr sin pensar en que su condición física o social les limita para avanzar hacia el proyecto de vida que quieren.

El colegio José Félix Restrepo es un referente de una educación inclusiva que inspira, que orienta, que propone, que convierte en oportunidades las dificultades, que transforma el miedo en fortaleza, que encuentra en cada problema una solución.

“Nuestros colegios son espacios de aprendizaje y deben estar abiertos para absolutamente todos los tipos de población. El reto está en que nuestros estudiantes niñas, niños, jóvenes y adultos sean multiplicadores de acciones inclusivas, en la escuela, en el barrio, en la ciudad, el país y el mundo. Seamos parte del cambio, seamos transformadores, seamos agentes empáticos con la diversidad” puntualiza el rector Jimmy.