Fredy René Aguilar Calderón
Comunicador Social - asesor Subsecretaría de Calidad y Pertinencia

¿Cómo ser los mejores en medio de la crisis?

Crónicas pedagógicas

“El objetivo principal de la educación en las escuelas debe ser la creación de hombres y mujeres capaces de hacer cosas nuevas, no simplemente repetir lo que las otras generaciones han hecho, hombres y mujeres creativos, inventivos y descubridores, que puedan ser críticos y verificar y no aceptar todo lo que se ofrece”.

Jean Piaget

 

Lo que se haga o deje de hacer en los colegios determinan la calidad de la educación, su pertinencia, su utilidad social e individual. Adentrarse en la vida y en la historia de las instituciones educativas nos permite desentrañar cual es el presente y el futuro de nuestras escuelas. En esta oportunidad hemos escogido los dos colegios públicos distritales que han obtenido los más altos puntajes en las pruebas Icfes 11 del 2021: el colegio San José y el colegio La Felicidad.

Dos colegios bien distintos, el primero con una historia larga y el segundo con una historia corta. Dos proyectos Educativos institucionales enteramente distintos, dos maneras de liderar una institución educativa, dos colegios unidos por sus destacados resultados. Más allá de sus excelentes puntajes, son una muestra de la riqueza y diversidad de la educación de la ciudad. Una evidencia viva del destacado papel de docentes y directivos docentes unidos alrededor del trabajo colaborativo y de un proyecto pedagógico compartido. Uno y otro han logrado superar la dura prueba que significó la pandemia y mantener los primeros lugares y logros que a lo largo de su historia han conquistado con grandes esfuerzos.

¿Cómo sobresalen los colegios públicos en medio de una pandemia?

Para que un colegio pueda estar entre los mejores de la ciudad, necesita cumplir con una serie de requisitos evaluativos, que tiene que ver con el desempeño académico de sus estudiantes y la realización de las actividades propias de todo centro educativo. Situación que en los últimos dos años se vio afectada por el obligatorio cierre de los establecimientos educativos y el ineludible viraje en las metodologías de enseñanza: de la presencialidad a la virtualidad.

Estos abruptos cambios dieron paso a problemáticas que, si bien ya se conocían, con la llamada “nueva realidad” se acrecentaron. Sin embargo, y a pesar de ello, en Bogotá dos instituciones educativas distritales (en adelante IED) lograron no solo sobrevivir al diluvio, sino prosperar; como aquellas flores que nacen en las grietas del concreto.

Icfes clasificación de planteles

 

La psicolingüística de San José

Cuando apenas despuntaba el siglo XXI, la rectora Marlén Martínez de Muñoz asumió la Rectoría del colegio San José Norte, en la localidad Engativá. Encontró una institución recién integrada con otra (Aguas Claras), con marcados problemas de convivencia, e insuficientes resultados académicos. Corría el año 2002.

Después de analizar el proyecto educativo vigentes junto con su equipo docente, replantearon la misión y la visión, trazándose la meta de ser la mejor IED en poco tiempo.

Para lograrlo, empezaron a trabajar principalmente en la psicolingüística, ese proceso de sintonizar el pensamiento con las palabras; fortalecer la autoestima de los estudiantes, inculcándoles que sus capacidades eran únicas y que, con voluntad y disciplina lograrían lo que se propusieran.

Después de esta reformulación, el paso a seguir fue determinar cómo se integrarían y qué cambios era necesario hacer.

Entonces se enfocaron en la autogestión empresarial, un proyecto encaminado a fortalecer las competencias de los estudiantes en el manejo de la tecnología y los fundamentos financieros y económicos para que una vez egresados tengan un valor agregado, es decir, puedan generar empresa, ingresar a la educación superior, o que, si van a la fuerza de trabajo, sean capital humano valioso.

Pero para llegar a esta conclusión previamente debieron descubrir que los estudiantes requerían, además de las áreas básicas establecidas, otras competencias que adquirirían con asignaturas complementarias: matemática financiera, economía empresarial y humanidades; las cuales fueron atendidas con maestros especializados en el área respectiva. Y por supuesto, para que esta innovación diera los resultados esperados, debería comenzar a implementarse desde la educación inicial.

Esta transformación dio sus frutos cuatro años después: en 2006 fueron acreditados en nivel Muy Superior de las pruebas de estado, nivel de calidad que han sabido mantener.

Permanentemente se están autoevaluando, determinando claramente en qué fallaron, revisando currículos y con base en ello, estableciendo planes de mejora.

Marlen Martínez, rectora San José Norte

Marlén Martínez de Muñoz, la Rectora del Colegio San José Norte: “Permanentemente se están autoevaluando, determinando claramente en qué fallaron, revisando currículos y con base en ello, estableciendo planes de mejora”.

Pese a los estragos causados por el covid-19, la IED San José se mantuvo como uno de los mejores colegios distritales en Bogotá. Según la rectora Marlén Martínez, fue gracias a un calificado equipo de docentes que cuando llegó la orden gubernamental de aislamiento generalizado y cierre de IED, ya manejaban herramientas tecnológicas dentro de sus asignaturas, que luego fueron unificadas en Teams.

En los casos en los que la situación socioeconómica de los estudiantes no les permitía tener acceso a dispositivos ni conexión a internet en sus hogares, el colegio optó por la utilización de guías físicas que eran enviadas y recogidas en las casas de los estudiantes. Y, por último, otra de las razones de peso para seguir en el podio de los mejores fue, sin duda, que no hubo dilaciones ni excusas a la hora del retorno seguro, gradual y progresivo.

Actualmente el colegio centra su interés en el dominio de una segunda lengua, una competencia fundamental en los estudiantes, por eso están en la consecución de un líder de bilingüismo, y que los profesores que lleguen manejen dos idiomas. El modelo educativo bilingüe por contenidos ya existe, siguen ajustando currículos, y algunas materias ya se imparten en inglés.

Adicionalmente, esta IED es una de las elegidas por la Secretaría de Educación del Distrito para ser parte del Programa de Colegios con Bachillerato Internacional, por lo cual se encuentran adelantando todos los preparativos para ello.

Alcanzando La Felicidad

La Institución Educativa Distrital La Felicidad es un colegio nuevo, con espacios amplios y modernos, que presta el servicio de educación pública, ubicado en mitad de una ciudadela de conjuntos residenciales que albergan familias de estrato cuatro hacia arriba. Sin embargo, en sus aulas hay estudiantes de estratos 2, 3 y 4, una parte de ellos provenientes de barrios circunvecinos.

En 2018 entró en funcionamiento y desde el inicio de labores  se propuso ser uno de los mejores colegios públicos de Bogotá. Con tan solo cuatro años y medio de ‘puesta en escena’, sus excelentes resultados lo han puesto en la mira del sector educativo, debido a su pertinente propuesta educativa.

En palabras de su rector, Arturo Jaimes, la clave está en la innovación. El diseño curricular bajo el cual funciona es diferente, no manejan el sistema de áreas o asignaturas, sino campos de desarrollo humano. En otras palabras, decidieron romper con la tradición disciplinar que ha permeado la educación. Esta idea surgió en la administración de Francisco Cajiao, su creador e inspirador, como campos de conocimiento, que luego se convirtieron en campos de pensamiento.

En el colegio se manejan siete campos de desarrollo humano: Pensamiento lógico matemático, Pensamiento científico tecnológico, English immersion, Ciudadanía y pensamiento crítico, Expresión corporal, Imaginación y creatividad, y Comunicación y lectura crítica. La idea fuerza es la integración curricular, no fragmentar el conocimiento en áreas o asignaturas. Y para poder cubrir y desarrollar idóneamente los diferentes campos, no solo cuentan con docentes especializados para cada uno, sino con aulas especializadas, es decir, la docente de música es licenciada en esa materia y tiene a su disposición un aula dotada y adaptada a las necesidades que requiere dicho aprendizaje; lo mismo aplica para inglés y para expresión corporal.

Arturo Jaimes, rector colegio La Felicidad

Arturo Jaimes, Rector del Colegio la Felicidad: “La clave de los logros alcanzados por el colegio está en la innovación, en la educación por ciclos y por campos de pensamiento”

Dentro de los valores agregados del colegio, según el rector Jaimes, están: la organización de la enseñanza por ciclos. El ciclo inicial incluye los tres años de prescolar y el curso primero (Naciones Unidas estable que la primera infancia va hasta los seis años). Otro valor importante es que desde el comienzo han tenido Jornada Única. Adicionalmente, ha desarrollado un arduo trabajo en en el impulso de los centros de interés en artes y deportes, una actividad extracurricular ha sido clave en el funcionamiento y resultados de la Felicidad. La idea es darle rienda suelta a los estudiantes que quieran desarrollar diferentes centros de interés: club de ciencias, grupos musicales, deportes, entre otros.

Pero definitivamente el bilingüismo ha sido el fuerte de La Felicidad. No manejan inglés únicamente con intensidad horaria, sino todo un modelo educativo bilingüe. No solo el campo English Immersion es impartido en inglés, sino otros también, como Pensamiento científico tecnológico (80% en inglés), Imaginación y creatividad (50%) y Expresión corporal (50%), por lo cual, es un requisito indispensable que los docentes del colegio tengan buen nivel de esta lengua.

Para reforzar ese segundo idioma han tenido convenios con entidades internacionales como YMCA, para que una vez al año vengan docentes extranjeros con lengua nativa a hacer una inmersión con los estudiantes durante un fin de semana. Así mismo, tienen una alianza con Editorial Norma para la realización de pruebas de inglés: a los de grado 11 les aplican IELTS y TOEFL, de manera que cuando terminan sus estudios se clasifiquen en nivel B2. Sobra decir que todas estas innovaciones se vieron afectadas por la pandemia, sin embargo, en las pruebas Saber 11 quedaron muy bien posicionados.

Otro tema en el que el colegio trabaja de manera especial es la inclusión. El reto no ha sido menor, pues en sus instalaciones hay estudiantes con diferentes discapacidades; así como se pueden encontrar con déficit cognitivo, también hay con talentos excepcionales. Todos tienen cabida en La Felicidad.

Adicionalmente, frente a todas las pruebas que se realizan en el colegio, sean internas o externas, los docentes hacen el seguimiento y la retroalimentación, fortaleciendo las debilidades que se identifican. De esta manera, los estudiantes llegan a presentar las pruebas Saber 11 luego de dos o tres años de fogueo en pruebas, sin contar los varios simulacros y cursos Pre-ICFES, estos últimos costeados en algunos casos por los padres de familia, y en otros con becas gestionadas por el colegio con la Fundación Elvia María.

Otro aspecto preponderante dentro de su buen desempeño es la manera como sortearon las afugias que trajo consigo la Pandemia. En el año 2019, pensando en que los docentes tuvieran una herramienta adicional que enriqueciera sus clases, y en general la labor diaria, adquirieron toda la suite de Google for Education. El proceso de implementación estaba planeado para unos dos o tres años, pero la aparición del virus llevó a hacerla en dos o tres días. Para ese momento, la ventaja fue que ya funcionaba el dominio, la página web y que los profesores ya habían explorado la plataforma y tenían en su haber terreno ganado. La siguiente semana a la orden de aislamiento, las clases virtuales comenzaron a fluir. ¿Visionarios? o ¿golpe de suerte?

No se puede soslayar que la condición socioeconómica de los estudiantes permitió que el proceso académico continuara sin mayores tropiezos, pues la gran mayoría contaba con computador, o tableta, o celular y, adicionalmente, con conexión a internet en su casa.

Por esos días también la solidaridad salió a flote (teniendo en cuenta que no todos cuentan con ciertos privilegios), se entregaron 80 mercados a las familias, luego organizaron donaciones tecnológicas y posteriormente se dio paso al préstamo de equipo del colegio (90 tabletas y 40 portátiles, aproximadamente).

Cuando se dio la orden del retorno, la institución compró las cámaras necesarias para poder desarrollar óptimamente la educación remota. Adicional a ello, el colegio está completamente dotado con tableros interactivos con su respectivo computador, lo que facilitó durante la alternancia, que los profesores pudieran dar sus clases teniendo al mismo tiempo estudiantes virtuales y otros presenciales.

Pero independientemente del entorno socioeconómico de los estudiantes y sus familias, para el rector Arturo Jaimes lo realmente importante es que más allá de la integración en siete campos, “en el Colegio no enseñamos la disciplina por la disciplina, sino que siempre procuramos fortalecer al ser humano, el desarrollo y la formación de sujetos”.

La siembra continúa

La educación hoy más que nunca, luego de los efectos y enseñanzas de la pandemia, requiere de grandes transformaciones e iniciativas que la renueven. El campo de la innovación está abierto. Reflejo de ello son estos dos casos de éxito, pero son múltiples y diferentes los procesos que han adelantado un sinnúmero de IED, en aras de la transformación pedagógica. El terreno está arado y abonado, la semilla sembrada. 

Debemos enaltecer el esfuerzo, la dedicación y la resiliencia del sector educativo de la capital durante estos tiempos aciagos. Instituciones como San José Norte y La Felicidad contribuyen con su esfuerzo y ejemplo a cerrar las brechas educativas, haciendo un aporte significativo al progreso de la educación de Bogotá; son baluartes fundamentales que ayudan a consolidar la principal meta de la actual administración: la educación en primer lugar.