Andrés Felipe Avendaño
Jefe de la Oficina para la Convivencia Escolar, SED

Los docentes orientadores y la transformación de la convivencia escolar

Miradas a la educación

A diez años de la entrada en vigor de la Ley 1620 de 2013 «Por la cual se crea el Sistema Nacional de Convivencia Escolar y formación para el ejercicio de los derechos humanos, la educación para la sexualidad y la prevención y mitigación de la violencia escolar» y a tres años de haber enfrentado la pandemia por el virus COVID-19, que tuvo efectos sin precedentes a nivel económico, político, social y educativo, desde la Oficina para la Convivencia Escolar[1] de la SED queremos dar una mirada crítica y, a su vez, exaltar los aportes de las y los docentes orientadores como profesionales aliados en el fortalecimiento y la transformación de la convivencia escolar..

Un buen punto de partida es hacer una lectura de cómo era concebida la orientación escolar y cómo hoy se ha resignificado a la luz de las nuevas realidades, no solo a nivel educativo, sino incluyendo las esferas locales, sociales y políticas, pero sobre todo por la propia labor y posicionamiento profesional de las y los docentes orientadores en la construcción de escuelas como territorio de paz.

Al respecto, en el año 2013 la Ley 1620 señaló en su Artículo 32 que la orientación escolar tendría funciones de liderazgo o apoyo en el marco de la Ruta de Atención Integral, dentro de las que se destacan: identificar factores de riesgo que pueden influir en la vida escolar de los estudiantes; documentar y registrar los casos de acoso o violencia escolar o vulneración de derechos sexuales y reproductivos en el Sistema de Información Unificado de Convivencia Escolar (o Sistema de Alertas en la ciudad de Bogotá); actuar como agentes de enlace con otras entidades en la remisión de los casos de violencia escolar o vulneración de derechos sexuales y reproductivos; participar en la definición de los planes individuales y grupales de intervención integral y en el seguimiento de los protocolos de atención; apoyar al Comité Escolar de Convivencia en el desarrollo de estrategias para promover y evaluar la convivencia escolar; participar en los ajustes al manual de convivencia y en el diseño e implementación de proyectos pedagógicos de orden contextual; y por último, involucrar a las familias en los componentes y protocolos de la Ruta de Atención Integral.

No obstante, para el año 2021 específicamente para el caso de la ciudad de Bogotá, la Circular 010 (SED, 2021) en un ejercicio de reconocimiento y fortalecimiento a la labor de la orientación escolar en las instituciones educativas oficiales y privadas señaló otras acciones de carácter pedagógico desarrolladas por parte de las y los docentes orientadores ante las necesidades emergentes de una escuela transformada por una pandemia, que superan, detallan o trascienden lo consagrado en la Ley 1620 de 2013.

A continuación profundizaremos en algunos aportes liderados por la orientación escolar en torno a dos aspectos señalados en la Circular 010: su labor fundamental en la educación socioemocional y las escuelas como territorios de paz, y la cualificación de su rol mediante escenarios de formación y diálogos pedagógicos.

La orientación escolar como labor fundamental de la educación socioemocional y las escuelas como territorios de paz

Hablar de la o el docente orientador en el escenario educativo probablemente remita a los demás actores de la comunidad educativa a una visión “emergentista” de su labor. Dicho de otro modo, son las y los profesionales a los que se acude para atender situaciones como una conducta suicida, un caso de violencias basadas en género o ante un presunto consumo de sustancias psicoactivas en un grupo de estudiantes y, desde luego, son las personas idóneas para acompañar estos procesos desde una mirada pedagógica y psicosocial, pero también es importante reflexionar sobre muchas situaciones de riesgo que se han evitado o mitigado desde sus contribuciones profesionales a la construcción de escuelas como territorios de paz.

Para citar un ejemplo, la orientación escolar ha liderado o reforzado los procesos pedagógicos que fortalecen la promoción y el reconocimiento de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de todas las personas que integran las instituciones, a través de planes de transversalización de la educación socioemocional y ciudadana y en actividades desarrolladas desde las diferentes asignaturas, proyectos y subproyectos institucionales (SED, 2021). Por otro lado, son quienes ponen a disposición de la comunidad educativa estrategias para la prevención de diferentes vulneraciones con especial énfasis en las niñas, niños y adolescentes, identificando de algunos factores de riesgo y ofreciendo herramientas para el fortalecimiento de capacidades socioemocionales y ciudadanas en las personas, familias, comunidades educativas y territorios, que terminan convirtiéndose en factores protectores.   

También es importante destacar la labor del docente orientador/a en estos últimos tiempos, particularmente en la promoción y atención de la salud mental y el bienestar socioemocional no solo de las y los estudiantes, sino de todos los integrantes de la comunidad educativa, incluyendo por supuesto docentes y directivos docentes (SED, 2021).

Un reporte del Ministerio de Salud a finales del año 2022 señaló que en Colombia la depresión es la segunda causa de carga de enfermedad; el 44,7% de niñas y niños tienen indicios de alguna afectación en su salud mental y el 2,3% tiene trastorno por déficit de atención e hiperactividad; en la adolescencia los trastornos más frecuentes son la ansiedad, fobia social y depresión, presentándose la ideación suicida en el 6,6 % de esta población (7,4 % en mujeres y 5,7 % en hombres), mientras que en la adultez, el 6,7 % ha experimentado trastornos de orden afectivo, lo cual muchas veces está atravesado por condiciones de alta vulnerabilidad económica, inestabilidad laboral, violencias y falta de acceso a servicios básicos, constituyéndose en aspectos que inciden directamente en que las familias puedan disfrutar de una vida digna y, consecuentemente, en la generación de afectaciones en la salud mental de la población (Minsalud, 2022).

Estas cifras se vieron incrementadas por todos los cambios que trajo consigo la pandemia por el COVID-19, donde el sistema de salud a nivel mundial fue uno de los más afectados y no solamente en la atención de esta enfermedad respiratoria, sino ante las millones de emergencias que se desencadenaron en torno a la salud mental. Fue aquí donde las y los docentes orientadores adquirieron un protagonismo invaluable, porque fueron quienes se convirtieron en el primer nivel de prevención y atención a situaciones de este orden.

Esta labor de atención incluyó acompañar dificultades en niñas, niños, adolescentes, familias e incluso colegas, que se agudizaron en estos últimos tiempos, tales como ansiedad, depresión, frustración, bajo desempeño académico, falta de motivación para desarrollar actividades cotidianas, trastornos o problemas alimenticios, el relacionamiento interpersonal, clima laboral, deserción y ausentismo escolar, pérdida de seres queridos a causa de la COVID-19, entre otros, que como señalamos anteriormente fueron las consecuencias de condiciones adversas que estábamos viviendo como sociedad.  

Por último, y no menos importante, reconocemos sus aportes en los procesos de orientación socio-ocupacional, orientación vocacional, orientación profesional con las y los estudiantes de las instituciones educativas, que favorecen la construcción de su proyecto de vida, ya que muchas veces es un ejercicio que trasciende el hecho de mostrarle a los adolescentes una oferta en educación superior, a convertirlos en agentes transformadores y críticos de sus propias realidades, las cuales en muchas ocasiones son difíciles de cambiar y están permeadas por ciclos de violencias y vulnerabilidades sociales. Es de esta manera como construimos escuelas y un país como territorios de paz y oportunidades.

 Cualificación de la orientación escolar mediante escenarios de formación y diálogos pedagógicos

Tal como lo señala la Circular 010, las y los orientadores han visibilizado su labor y sus avances en cada espacio educativo y en las diferentes instancias de participación educativa, social y política (SED, 2021), permitiendo entender la orientación escolar como un proceso de construcción del ser político, de interacción constante con otros y otras, lo cual se convierte en un modelo de autogestión para los demás estamentos, ya que invita a pensarnos desde las necesidades y oportunidades que surgen en los territorios que habitamos, para la construcción de agendas, escenarios de formación y diálogos pedagógicos de carácter democrático.

Queremos destacar el X Congreso de Orientación Escolar, llevado a cabo en enero de 2023, como un escenario para el fortalecimiento y la transformación de la convivencia escolar de las comunidades educativas. Sus deliberaciones tuvieron como temas centrales la salud mental, los procesos de aprendizaje y los retos de la orientación escolar frente a la sindemia en Bogotá. Un evento de gran importancia porque es una muestra de cómo surgen espacios de cualificación a partir de ejercicios críticos y articulados, en este caso entre la Mesa Distrital de Docentes Orientadores, el nivel central de la Secretaría de Educación Distrital y otras entidades aliadas. Constituye también un esfuerzo por consolidarse como un escenario de aprendizaje frente a las demandas que exige la actual realidad, donde se problematizó la importancia de la salud mental en el desarrollo integral de las personas y sobre cómo se está fortaleciendo la educación socioemocional desde la escuela y desde la labor del docente orientador.

En la línea de reconocer los aportes de los orientadores al fortalecimiento y transformación de la convivencia escolar y a manera de sistematización de las memorias, señalamos algunas notas desde las propias voces de las y los panelistas invitados, que se constituyen en un insumo importante para visibilizar la labor de la y el docente orientador en la escuela:

Es vital acompañar a los niños para “descubrir quién es el niño”, pero para esto se requiere que a las y los orientadoras se les permita enfocarse en esta función, basada en la identificación de los factores, sensibilizar frente a estos y actuar con los actores para transformarlos”. Rosaura Ruíz, Docente orientadora Localidad de Puente Aranda.

Es necesario erradicar las violencias de la escuela, porque es un factor de desmotivación; desde una cultura del cuidado que trasforme la cultura de la competencia, y esto es importante en el rol de orientación, promover comunidades de cuidado, acompañar las formas de transitar el conflicto - no eliminarlo-. Así pues, es relevante acoger y dar lugar a los estudiantes. Lograr que los docentes vean al estudiante como persona”. Elena Marulanda Páez, Docente Facultad de Educación, Pontificia Universidad Javeriana.

“Las y los docentes orientadores son actores muy valiosos en las comunidades educativas al ser quienes muchas veces generan y lideran espacios de diálogo para construir acciones que impactan, que trasforman las violencias normalizadas a través del reconocimiento. En este sentido, podemos entender y reconocernos como sujetos vulnerables y pensados desde la vulnerabilidad, y que reconocemos las afectaciones de las otras personas”. Andrés Felipe Avendaño, Jefe de la Oficina para la Convivencia Escolar, SED.

Desde la Oficina para la Convivencia Escolar nuevamente exaltamos el importante rol que tienen las y los docentes orientadores en la construcción de escuelas como territorio de paz y les invitamos a trabajar de manera colegiada en asuntos que continúen transformando la convivencia y posicionando la educación en primer lugar. Identificamos, a manera de conclusión, cuatro retos prioritarios:

— Promover la salud mental como un asunto donde las personas, colectivos, comunidades e instituciones podemos ser agentes transformadores;

— Acompañar los procesos de integración curricular de la educación socioemocional y ciudadana en los colegios de Bogotá;

— Continuar fortaleciendo la Ruta de Atención Integral desde la visibilización de prácticas exitosas en torno a sus componentes de promoción, prevención, atención y seguimiento

— Continuar incidiendo de manera crítica, propositiva y permanente en las políticas públicas del nivel educativo.

Referencias

Ley No 1620, por la cual se crea el Sistema Nacional de Convivencia Escolar y formación para el ejercicio de los derechos humanos, la educación para la sexualidad y la prevención y mitigación de la violencia escolar (15 de marzo de 2013).
https://www.suin-juriscol.gov.co/viewDocument.asp?ruta=Leyes/1685356

Minsalud (2022) Salud mental: asunto de todos. Minsalud. https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Salud-mental-asunto-de-todos.aspx

Secretaría de Educación Distrital (2021). Circular No 010 de 2021 “Reconocimiento y fortalecimiento a la labor de la orientación escolar en las instituciones educativas Oficiales y privadas del sistema educativo de Bogotá D.C. en el marco de la nueva realidad”. https://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=114117&dt=S

[1] Dependencia que tiene como principal misionalidad el fortalecimiento de la convivencia escolar en las instituciones educativas de la ciudad, constituida a través del Decreto No 310 del 29 de julio de 2022, por el cual se modifica la estructura organizacional y las funciones de la Secretaría de Educación del Distrito.