Rodrigo Montañez Mora
Rector del Colegio Abel Rodríguez Céspedes. Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional, Especialista en Derecho Administrativo de la Universidad Nacional de Colombia.

Desafíos de la Gestión Escolar en los Colegios Distritales

Miradas a la educación

El viento no sopla como el marinero quiere que sople,
el marinero debe aprender a leer el viento
para saber cuando soltar las amarras y cómo ajustar las velas.

Proverbio Árabe

Este escrito tiene el propósito de presentar una mirada e interpretación sobre la gestión escolar en los colegios distritales después del reinicio de actividades post pandemia y proponer algunas estrategias que puedan servir a la discusión sobre los retos de los colegios oficiales en Bogotá, en el avance hacia una educación de calidad y en procura de superar las consecuencias de la pandemia. 

Una mirada a los problemas de la gestión escolar en la actualidad

Algunos de los problemas que se afrontan actualmente desde las rectorías y que se requiere trabajar al interior de los colegios son:

1.    Falta de articulación entre lo académico y lo administrativo. Sin duda, uno de los grandes retos que enfrenta un directivo docente rector en los colegios públicos en Bogotá sigue siendo cómo armonizar el ejercicio de lo administrativo con el ejercicio y dirección de lo pedagógico. Estos dos campos de la gestión deben estar completamente articulados para el alcance de los objetivos institucionales propuestos, articulación que es posible pero que se dificulta por el cumulo de actividades a ejecutar y de situaciones por resolver que sobrepasan la capacidad humana de gestión de los directivos al interior de los colegios, lo cual repercute en el debilitamiento de los procesos. 

Toda falla en el campo de lo administrativo tiene una repercusión inmediata en los procesos de funcionamiento del colegio, produce demoras y dificultades frente al cumplimiento de lo establecido en el POA (Plan Operativo Anual) y puede impactar hasta las actividades de clase de los docentes. Una mayor y mejor agilidad en el cumplimiento de las funciones que desarrollan los auxiliares financieros, así como su liderazgo y el del Consejo Directivo son fundamentales en la escuela.

2.    Comunicación. Es uno de los principales retos a superar en una institución educativa, toda vez que del manejo de la información y de una comunicación asertiva depende el direccionamiento de la institución desde la apropiación del horizonte institucional hasta la organización y desarrollo de las actividades institucionales. El diálogo y lenguaje incluyente que se utilice asertivamente frente a la comunidad educativa favorece la participación en los órganos del gobierno escolar, unifica la visión del colegio, construye colectivamente el horizonte institucional, fortaleciendo el sentido de pertenencia y creando compromiso entre todos los integrantes de la comunidad.

3.    Resistencia al cambio. En algunas Instituciones Educativas oficiales se han adoptado estrategias metodológicas y dinámicas de gestión viables para un momento determinado, que con gran rapidez han resultado obsoletas. La naturaleza dinámica de lo que ocurre en el día a día  de una institución educativa hace que se necesite estar ideando nuevas estrategias y asumiendo actitudes favorables al cambio, pero no es la constante.  Si esta conducta rígida se mantiene de manera recurrente, conduce a la institución educativa a la ineficacia, a la baja capacidad en la resolución de sus problemáticas y desemboca en desorganización interna, desmotivación, bajos resultados y deserción escolar. Corresponde a los directivos, docentes y al gobierno escolar en su conjunto consolidar un estilo de dirección que pueda salir al paso a las diferentes situaciones que plantea la cotidianidad del colegio y mantener disposición para adecuarse en un ambiente cambiante.  El mejor ejemplo lo podemos ver en las respuestas institucionales a la pandemia.

4.    El ausentismo docente y sus repercusiones en la garantía del cumplimiento del calendario escolar.  El ausentismo docente, de toda clase, viene teniendo un alto impacto negativo en la organización escolar. Por ejemplo, en el tema de las defensa de los derechos de los derechos de los docentes, el problema está en que casi todas las actuaciones que buscan alcanzar las necesarias y legítimas reivindicaciones, se hacen en detrimento de las clases de los estudiantes, por lo que se observa, la defensa de derechos de docentes en contraposición  al derecho a la educación de los estudiantes. El mecanismo empleado es el de la suspensión de clases. Si a esto le sumamos el ausentismo docente por razones médicas, calamidades familiares, licencias por luto y solicitudes ordinarias de permiso, salario emocional,  encontramos que en la práctica el calendario escolar propuesto de 40 semanas de actividad escolar no se cumple en todos los casos, con las consabidas consecuencias en los bajos resultados que ya se conocen. Por otra parte, las largas interrupciones escolares causadas con motivo de  los paros del magisterio, aunque propongan al final  jornadas y estrategias de recuperación para reponer los tiempos escolares de enseñanza, no recuperan lo perdido y provocan una ruptura de los procesos académicos.  Las actividades sindicales de un día o dos días nunca se recuperan y suman en el año varias jornadas que no solo generan problemas para la organización escolar, sino también para la parte administrativa, suspensión de refrigerios, rutas escolares, reagendamiento de salidas pedagógicas, suspensión de restaurante escolar entre otras, y  por supuesto, debilitan los procesos académicos de los estudiantes.

Todas estas situaciones, que están al orden del día y que no se pueden desconocer, requieren compromisos y acuerdos que tiendan a garantizar la calidad en la prestación del servicio educativo y en especial la garantía del derecho fundamental a la educación de los niños, niñas y adolescentes.

Desafíos a la gestión escolar

Algunos de los desafíos que tiene la gestión directiva en los colegios después de la pandemia son:

1.    Estilo de liderazgo. Uno de los aspectos de gran importancia para la organización escolar es el estilo de liderazgo. Las organizaciones escolares con perfil autocrático hace tiempo dejaron de ser viables (si es que alguna vez lo fueron) para dar paso a estilos de liderazgo horizontales, con espacios amplios de participación y la inclusión de todos los estamentos de la comunidad educativa en los órganos del gobierno escolar, de acuerdo con lo establecido a partir de la Ley 115 de 1994.  Sin embargo, esto no es suficiente. Es importante diferenciar entre las decisiones que toman los órganos del gobierno escolar y el estilo de liderazgo que se ejerce desde el equipo directivo en la institución educativa, es decir, al cómo la rectoría y las coordinaciones atienden las funciones propias encomendadas por ley, y que tienen un alto impacto en la organización escolar y en el logro de sus metas y propósitos.  ¿Cuál es su capacidad para hacer de la institución educativa un espacio de construcción de estrategias pedagógicas y no un simple espacio para cumplimiento de unas orientaciones definidas desde la Secretaria de Educación de Bogotá, al equipo directivo.  En palabras de Bolívar (2010) [1]

La capacidad para mejorar de un centro escolar depende, de manera relevante, de equipos directivos con liderazgo que contribuyan a dinamizar, apoyar y animar que aprenda a desarrollarse, contribuyendo a construir la capacidad interna de mejora (p. 11).

Nuestra cultura escolar aún tiene rasgos de un estilo administrativista burocrático que se circunscribe al cumplimiento de funciones y búsqueda de resultados, pero que no logra involucrar a los actores de la comunidad con responsabilidades claras y efectivas para el fortalecimiento de los procesos pedagógicos.  En este punto, adquiere gran importancia el liderazgo distribuido como una estrategia del equipo directivo de cada colegio liderado por el rector.

2.    Aprovechar y potenciar los aprendizajes de la pandemia. En Algunos colegios oficiales de Bogotá se evidencia desinterés por el uso de estrategias que fueron válidas y con buenos resultados durante la pandemia, que aún hoy en la presencialidad coadyuvan a los distintos procesos misionales del colegio.  No se puede desconocer por ejemplo el papel que tuvo y sigue teniendo el uso del WhatsApp, los grupos de correo electrónico y la página web para facilitar la comunicación con los padres de familia.  Por otra parte se han dejado de lado herramientas para el desarrollo de las clases tales como videos, preparación de actividades interactivas, uso de plataformas educativas, recursos de red académica, entre otros, que ayudan a hacer más fácil la comunicación y el trabajo de enseñanza de los docentes, así como, más atractivas las clases para los estudiantes.

Con posterioridad a la pandemia convendría tener en cuenta:

  1. Atención al tema socioemocional de todos en la comunidad educativa
  2. Retomar el trabajo con padres y estudiantes sobre el cumplimiento de normas, seguimiento de instrucciones y participación en los órganos del gobierno escolar.
  3. Utilización de herramientas tecnológicas.
  4. Dotación de equipos y  conectividad por parte de la SED a los colegios.
  5. Optimización de los mecanismos de comunicación e información.
  6. Papel protagónico de los padres de familia en los procesos de aprendizaje de los niños, seguimiento y acompañamiento. 

Educación de calidad: una oportunidad en el Colegio Abel Rodríguez Céspedes

Los nuevos colegios construidos por la actual administración que inician labores en enero del 2023,  entre los que se encuentra el colegio Abel Rodríguez Céspedes, son una oportunidad de retomar el ideario educativo y pedagógico que impactó positivamente la educación en Bogotá en el tiempo en que el profesor Abel Rodríguez   fue  Secretario de Educación.  En términos de lo que se definió como condiciones para una educación de calidad, se propone implementar y desarrollar en el colegio ese ideario pedagógico y educativo, que contempla, entre otros, los siguientes aspectos:

Infraestructura: La planta física del nuevo colegio, ubicado en la localidad de Engativá, ofrece excelentes condiciones para el desarrollo de las actividades escolares, dentro de las que podemos mencionar comedor escolar, biblioteca, aula polivalente, aula de danzas, laboratorios, aulas de bilingüismo, salas de sistemas, teatro, canchas deportivas y espacios para proyectos medioambientales, entre otros.

Reorganización curricular por ciclos: retomar esta estrategia pedagógica  permite mejorar la organización escolar, atender las problemáticas de la repitencia, la deserción escolar, el desarrollo curricular  y el seguimiento de procesos de los estudiantes. A cambio de las viejas estructuras estandarizadas de las mallas curriculares, se propone  articular el trabajo pedagógico alrededor de campos del pensamiento que respondan a las necesidades actuales de los niños niñas y adolescentes.  Este proceso involucra el mejoramiento de las prácticas pedagógicas de los docentes y  fortalecimiento del PEI.

Bienestar estudiantil: busca mejorar las condiciones de vida de nuestros educandos ofreciendo comida caliente en el restaurante escolar  garantizando  la nutrición de  los niños, niñas y adolescentes en situaciones de inequidad social.   El aprovechamiento del tiempo libre de los estudiantes en actividades lúdicas y recreativas fortalece la convivencia, la autoestima, el respeto por el otro y mejora la calidad de vida de toda la comunidad educativa.

Jornada única: El aumento del tiempo diario de permanencia de los estudiantes  en la jornada escolar tiene un alto impacto social, favoreciendo intencionalmente  la formación de los niños, niñas y adolescentes alrededor de las áreas obligatorias y fundamentales que establece la ley general de Educación así como las definiciones que se establezcan en el  PEI sobre áreas o asignaturas optativas.

Bilingüismo: Se inicia con el propósito de implementar la formación bilingüe para todos los grados que ofrece el colegio, desde preescolar hasta grado undécimo. Por tal razón los docentes que llegan  a la institución educativa tienen dominio del  inglés para apoyar a los estudiantes en  la adquisición de elementos de conversación, lectura, comprensión y capacidad de expresarse al menos en una lengua extranjera.

Proyecto medioambiental: relacionado de forma directa por la construcción del colegio en las inmediaciones del humedal Jaboque, que convoca a las entidades, comunidad educativa y comunidad en general a su protección y conservación.

Profundización de la democracia escolar:  Uno de los ejes transversales en la institución educativa es propiciar la vivencia de prácticas democráticas que empieza por la consolidación de los mecanismos de participación, la conformación de los órganos del gobierno escolar, el conocimiento, respeto y defensa de los derechos humanos, enfoque de género, equidad e inclusión.  En este contexto el conocimiento de la Constitución Política de Colombia,  la Cátedra de Historia y la Cátedra para la Paz  entre otros, son de alta prioridad.   

Bibliografía

Bolívar, Antonio. El liderazgo educativo y su papel en la mejora: una revisión actual de sus posibilidades y limitaciones. En: Psicoperspectivas individuo y sociedad. pp. 9-33. Vol. 9. No. 2 (julio-diciembre) 2010. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile.

Beatriz Pont, Deborah Nusche, Hunter Moorman. Mejorar el liderazgo escolar política y práctica. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico,

(OCDE). 2009

Labrín Bórquez, Karoll Yanina. Prácticas que configuran un liderazgo distribuido en un liceo politécnico de la Comuna de San Miguel.  Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de educación magíster en educación, currículo y comunidad educativa, 2014

Ávila Aponte Rosa, Acompañamiento a la dirección escolar: experiencias y orientaciones. Fundación Promigas. Empresarios por la Educación. Editorial Magisterio,  Bogotá, Colombia, 2018

[1] Bolívar, Antonio. El liderazgo educativo y su papel en la mejora; una revisión  actual de sus posibilidades y limitaciones  En: Psicoperspectivas individuo y sociedad . pp. 9-33. Vol. 9. No. 2 (julio-diciembre) 2010.  Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile.