John Franklin Pardo Sánchez
Profesional en Ciencias Sociales, filosofo, asesor de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deportes del Distrito

Cultura y educación un baile a través de las artes

Miradas a la educación

Tradicionalmente la escuela es vista como el reflejo del devenir propio de cada tiempo, de cada momento de la historia; la escuela como estructura social intenta corresponder con los sistemas de creencias vigentes a nivel político, económico, ético y hasta estético. Podríamos decir que la cultura y la educación siempre han estado en un baile que genera una relación simbiótica; la cultura permea, moldea, construye y regula los modelos educativos y la educación reproduce las perspectivas, los ideales, las esperanzas y hasta los conflictos que emanan de la cultura.

Pero ¿qué es la cultura? La Unesco la define como “el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales, materiales y afectivos que caracterizan una sociedad o grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, creencias y tradiciones” (Molano, 2007). La cultura atraviesa lo que nos constituye como sociedades, se podría decir con el filósofo norteamericano, Richard Rorty, que para nuestras explicaciones humanas poco hay por encima o por debajo de la cultura.

La escuela y el acceso a la cultura

Por su parte, la educación es uno de los procesos que mejor posibilita la inserción al universo de lo cultural, construye los conocimientos, capacidades y competencias para la integración a la vida en comunidad, a partir del reconocimiento de códigos y lenguajes de lo que nos es propio y la identificación y valoración de otras manifestaciones sociales diversas o alternas. En este punto vale la pena señalar que cuando nos referimos a lo educativo no es meramente a lo escolar, este último solo es una dimensión, evidentemente una muy importante, sin embargo, resulta relevante comprender esta diferencia, en tanto que la educación recae en múltiples instituciones, actores y agentes, siendo la escuela uno de ellos.

El acceso de manera libre a la cultura es lo que se conoce como derechos culturales, los cuales se orientan a garantizar que las personas y las comunidades accedan, disfruten y participen de esta según su elección, en condiciones de equidad, dignidad y no discriminación. Los derechos culturales trascienden diferentes ámbitos de la vida, que van desde el arte, las tradiciones, lo político, social, tecnológico y espiritual.

Por su parte el acceso y la permanencia a la educación está dada en la garantía del derecho a la educación de calidad, siendo la educación integral un aspecto relevante que materializa este derecho. La educación integral es uno de esos puntos que invita, atrae, conecta y armoniza ese baile entre la vida cultural y el desarrollo educativo, conjunción esta que la Administración Distrital ha fortalecido a través de la cooperación entre la Secretaría Distrital de Educación (SED) y la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD)

Una de las apuestas relevantes de esta cooperación entre las políticas de educación y cultura para la garantía y el ejercicio, tanto de los derechos culturales como del derecho a la educación de calidad, se da a través del acceso a la formación y educación artística y cultural de niños, niñas y jóvenes en los colegios públicos de la ciudad, en tanto que la formación en artes promueve la expresión, el intercambio y la experimentación de diferentes manifestaciones artísticas, estéticas y culturales a través de prácticas pedagógicas dentro y fuera del aula. Asimismo, fomenta la participación en la vida cultural, posibilita el gozo de las artes, garantiza la construcción, vivencia y transformación de las identidades, el acceso y disfrute de bienes y servicios culturales y permite hacer parte de la interacción social a nivel individual como colectivo.

La formación artística como una de las manifestaciones de la vida cultural representa enormes posibilidades para el desarrollo tanto individual como social, por ende, resulta relevante su amplia implementación para lograr en términos de la política educativa las aspiraciones pedagógicas y del conocimiento contenidas en la educación integral.

Recientemente la SCRD, desde el equipo de formación y el Observatorio de Culturas, vienen adelantando un ejercicio que permitirá identificar las valoraciones y alcances que tienen los programas del sector para la formación artística desde la perspectiva del desarrollo de capacidades de niños, niñas y jóvenes en los colegios de la ciudad. A continuación, revisaremos algunos pasajes de este trabajo para lograr una primera aproximación que nos permita evidenciar la importancia de la formación artística en los procesos pedagógicos.

La formación artística desde el enfoque de capacidades

El enfoque de capacidades parte de una pregunta sencilla, aunque profunda: ¿qué son las personas capaces de hacer y de ser en virtud de lo que consideran mejor para sus vidas? desde este interrogante Martha Nussbaum introdujo el cuerpo teórico a partir de cual formuló su teoría de capacidades, allí se establecen 10 capacidades centrales que toda persona debe poseer en razón de la dignidad humana; el concepto de capacidad expresa la libertad real, o dicho de otra manera, las oportunidades concretas con las que las personas deben contar para alcanzar aquello que valoran para sus vidas.

Las diez capacidades centrales que estableció Nussbaum son:

1. Vida: poder vivir hasta el término de una vida humana de duración normal; no morir de forma prematura o antes de que la propia vida se vea tan reducida que no merezca la pena vivirla.

2. Salud física: poder mantener una buena salud, incluida la salud reproductiva; recibir alimentación adecuada; disponer de un lugar apropiado para vivir.

3. Integridad física: poder desplazarse de un lugar a otro; estar protegidos de los ataques violentos, incluidas las agresiones sexuales y la violencia doméstica; disponer de oportunidades para la satisfacción sexual y para la elección en cuestiones reproductivas.

4. Sentidos, imaginación y pensamientos: poder utilizar los sentidos, la imaginación, el pensamiento y el razonamiento, y hacerlo de un modo verdaderamente humano, formado y cultivado por una educación adecuada (…)

5. Emociones: poder sentir apego por cosas y personas externas a nosotros mismos; poder amar a quienes nos aman y se preocupan por nosotros, y sentir duelo por su ausencia (...)

6. Razón práctica: poder formarse una concepción del bien y reflexionar críticamente acerca de la planificación de la propia vida (…)

7. Afiliación: poder vivir con y para los demás, reconocer y mostrar interés por otros seres humanos, participar en formas diversas de interacción social; ser capaces de imaginar la situación de otro y otra (…)

9. Juego: poder reír, jugar y disfrutar de actividades recreativas.

10. Control del propio entorno: poder participar de forma efectiva en las decisiones políticas que gobiernan nuestra vida; tener derecho a la participación política y la protección de la libertad de expresión y asociación (…)

Ahora bien, ¿qué alcance tiene la formación artística y cultural en niños, niñas y jóvenes para el logro de las capacidades centrales que propone Nussbaum?

La formación artística y cultural contribuye, por ejemplo, a una vida prolongada y saludable en tanto que potencia el bienestar físico, mental y emocional de las personas; promueve la conciencia de aspectos vitales del propio cuerpo y de la corporalidad. También la formación en arte promueve el uso de los sentidos, la imaginación y el pensamiento como elementos predominantes en la experimentación, producción, creación y disfrute de obras artísticas y culturales. De igual manera, potencia el uso de la razón práctica en las personas, entendiendo que los lenguajes artísticos promueven espacios y experiencias para la deliberación sobre aspectos de la vida y la cotidianidad a partir de la imaginación, la emoción, el pensamiento crítico, la apreciación estética, la creación, lo que contribuye a formar las nociones sobre el bien y lo justo.

Si revisamos la afiliación, que es otra de las capacidades propuesta por Nussbaum, esta es abordada en los procesos de formación artística y cultural a través de la interacción entre individuos diferentes, los espacios de diálogo e intercambio de identidades, saberes y experiencias. Las prácticas artísticas refuerzan el trabajo en equipo y la cooperación y se nutre de la valoración de la diversidad y de las identidades. De igual manera, la Educación artística contribuye en la formación de ciudadanos tolerantes y solidarios.

Otra capacidad central establecida por Nussbaum en la que la formación artística y cultural resulta relevante para su materialización es el juego, entendido como una actividad placentera y divertida que se utiliza en los procesos de aprendizaje. El juego permite promover la exploración y comprensión del mundo, la resolución de problemas, la participación, interacción social y la vivencia de nuevas experiencias.

Por último, en el marco de las capacidades propuestas por Nussbaum, la formación artística, cultura y deportiva conlleva a lo que ella denomina la mutua preocupación, es decir, la necesidad de gestionar y enseñar en la diversidad cultural, favoreciendo la convivencia, la interconexión, el respeto, la dignidad, el reconocimiento, e incluso aspectos asociados con la innovación.

Teniendo en cuenta el valor de la formación en arte y cultura para el desarrollo humano y de capacidades en los niños, niñas y jóvenes en la escuela y su relevancia en la participación de la vida cultural, surgen dos reflexiones. La primera, no es posible lograr modelos de educación integral y de calidad sin la presencia de los lenguajes artísticos, de ahí que poco a poco se posiciona nuevamente su relevancia en el contexto escolar, al igual que otras disciplinas tradicionales; inevitablemente es tan importante el pensamiento lógico-racional como el pensamiento ético, estético y creativo. La segunda reflexión apunta a que la formación artística representa una base de oportunidades reales para la vida de los estudiantes, en tanto que brinda herramientas para que ellos y ellas construyan aquello que consideran ser y hacer en el marco de una existencia digna y libre.

Bajo este contexto y reconociendo la importancia de la formación artística y cultural, tanto la Secretaría Distrital de Educación como la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte han compartido esfuerzos para garantizar que cerca de 210,000 estudiantes por año reciban dos veces a la semana experiencias pedagógicas relacionadas con el arte en los colegios públicos. También durante el 2022 se llevó a cabo el Festival Escolar de las Artes más grande realizado hasta ahora en la ciudad, el cual contó con la participación de más de 18.200 niños, niñas y jóvenes de 509 colegios públicos y privados en 831 muestras y creaciones artísticas. El festival se realizó a nivel institucional, local y distrital, siendo los teatros y bibliotecas públicas que hacen parte de la red de equipamientos culturales, los receptores de toda la creación que nace en las instituciones educativas de la ciudad.

Este es un llamado para que las artes y la cultura permanezcan y crezcan en los espacios educativos y escolares de la ciudad, un llamado para que maestros y maestras incorporen en sus metodologías y planes de estudio la vivencia de las artes y para que directivos y agentes de la cultura amplíen recursos y estrategias para lograr que la totalidad de niños y niñas accedan a una educación de calidad con la presencia de las artes, desde la primera infancia y a lo largo de sus vidas.