Claudia Roberto Shilito
Profesional del Equipo de la Subsecretaría de Calidad y Pertinencia

Aprender y enseñar con pasión, mas allá de un puntaje

Crónicas pedagógicas

Uno de los momentos que puede generar mayor tensión durante la época del colegio es el examen del ICFES, hoy en día la prueba Saber 11. Desde el inicio del último año escolar los profesores, la familia y el estudiante están pensando en cuánto será el puntaje que se va a obtener y en la preparación que debe realizar para que el resultado sea el mejor, porque ese número tiene un gran impacto en el camino que viene.

Hace 26 años, el espacio de preparación era el Preicfes y, según los recursos económicos disponibles, algunos estudiantes ingresábamos y pagábamos sesiones que se realizaban los sábados durante los 3 meses anteriores a la prueba. Hoy, gracias al interés y dedicación de la Secretaría de Educación del Distrito, el escenario es totalmente diferente para los estudiantes de los colegios de Bogotá, dado que desde hace 3 años se está implementando una estrategia para el fortalecimiento de los aprendizajes, que consiste en sesiones virtuales que se hacen todos los días  para estudiantes y docentes de todos los colegios distritales, y aunque el foco está en la educación media, los materiales y las herramientas pedagógicas que se construyeron sirven para articular la estrategia de las actividades de aula para otros o grados, puesto que la mayoría de los aprendizajes que se evalúan en la prueba Saber 11 y que se requieren para el tránsito a la formación posmedia, se desarrollan durante toda la trayectoria educativa.

Cada sesión dura 1 hora y 30 minutos, son dos sesiones diarias, una de 7:00  a 8:30 a. m. y la otra de 3:30 a 5:00 p. m. Cada día se trabaja un área: el lunes, matemáticas; martes, sociales y ciudadanas; miércoles, ciencias naturales; jueves, lectura crítica; y los viernes, inglés. Se desarrolla una estructura similar para cada área. Inicia con un saludo y una bienvenida, luego, se comparte una actividad de entrada que permite que los estudiantes se conecten y piensen en algo de su vida cotidiana y su contexto, es una pregunta de activación. Posteriormente, se presenta lo que evalúa la prueba, los aprendizajes que se verán en la sesión y se muestran las habilidades que se requieren para responder de manera acertada. Después, se trabajan los conceptos y se utilizan herramientas para que traigan aprendizajes que deben tener de años anteriores. Durante toda la sesión, los estudiantes comparten sus dudas, y si algunas no pueden ser resueltas en la jornada, los profesores las tienen en cuenta para diseñar sesiones de tutoría y resolverlas. 

Quienes pasamos por la prueba de Estado hace algunos años y hemos participado en las sesiones la Estrategia de Fortalecimiento de Aprendizajes nos volvemos a poner el uniforme y nos trasladamos a una de las épocas mas bonitas de la vida, que es el cierre del bachillerato. Hay que decir que la sesión está tan bien estructurada que aunque sabemos que no seremos evaluados nuevamente, la mente empieza a buscar las respuestas correctas y se emociona cuando acierta, es maravilloso volver a sentirse estudiante, y que al ser retados recordamos lo aprendido. También es esencial destacar la energía, pasión y entusiasmo que tienen y transmiten los docentes; su cercanía con los participantes, su empeño en encontrar la manera más fácil de explicar y que las dudas que surjan sean resueltas. Es evidente la conexión de corazón que tienen por lo que hacen, por enseñar y por contribuir a que el sueño de los estudiantes de obtener el mejor resultado, sea una realidad.

Camino recorrido para gestar y consolidar la estrategia

Yanneth Castelblanco, funcionaria de la Dirección de Evaluación de la SED, quien lidera la implementación de la estrategia, nos compartió la historia y génesis de esta iniciativa. Ella nos cuenta que la estrategia surge en 2021, en el marco de la pandemia y como respuesta al plan de choque que solicitó la Alcaldía frente a la perdida de aprendizajes que estaban experimentando los estudiantes de grado 11 por el cierre de colegios. Para hacer frente a esta problemática se brindaron bases y espacios para fortalecer temas clave que se requerían para abordar el examen Saber 11. 

Yanneth comenta que antes de 2021 ya se venía haciendo trabajo con estudiantes para contarles cómo estaba estructurado el examen. Se tenían sesiones en las que se les contaba qué se evaluaba y la importancia de ello. En una fecha cercana a la aplicación se les daba información de temas logísticos, reglas que se tenían antes y durante la presentación de la prueba. Como el equipo conocía las pruebas, el reto estuvo en crear sesiones para fortalecer habilidades que el examen exige.  

Al preguntarle cómo se llega a la sesión que se desarrolla actualmente, nos indica que se tomaron resultados de las pruebas a nivel distrital, se identificaron aprendizajes que se debían fortalecer según esos resultados y se construyó el mapa de las temáticas a trabajar en cada área. Desde esa fecha la estrategia se ha modificado, fortalecido y renovando, para así llegar a lo que se tiene en 2023. 

La estrategia está dirigida a docentes y estudiantes de los 406 colegios distritales. Al inicio de año se hicieron sesiones con coordinadores, en las que se les explicó e hizo énfasis en que pueden participar todos los colegios. Para fortalecer la convocatoria, se publica la programación semanal en Red Académica (Portal de la Secretaría de Educación del Distrito). Dado que las principales barreras identificadas han sido el horario o la posibilidad de conectarse con varios grupos en internet desde el colegio, “algunos rectores han modificado los horarios para que sus estudiantes puedan participar en las sesiones, incluso han acordado que puedan llegar después de la sesión para que la atiendan”, afirma Yanneth.

También resalta que la estrategia tiene una opción asincrónica. En Red Académica hay una caja de herramientas en la que se tiene organizado el material semana a semana y por cada área, así como una guía de trabajo para los profes y una hoja de trabajo para los estudiantes, igualmente se brindan orientaciones sobre cómo revisar los aprendizajes y fortalecerlos y cómo responder este tipo de preguntas, y se incluyen herramientas para el desarrollo de esas habilidades y conocimientos. En la caja también está la grabación de cada sesión para que cada persona pueda participar de manera autónoma. 

 Al hablar de los logros de la estrategia, Yanneth indica, con el entusiasmo y amor que siente por lo que hace, que hoy en día son más los colegios que conocen y valoran la estrategia; los estudiantes tienen más habilidades para participar en estas situaciones mediadas por la tecnología. Que los estudiantes mismos reconozcan cuando están respondiendo de manera correcta, les permite ser más analíticos y fortalecer el proceso de autoevaluación e identificar en qué pueden mejorar.

En el cierre de la conversación, hablamos sobre el significado e impacto que este reto ha tenido, no solo en lo profesional, sino en lo personal. Comenta con una sonrisa que “profesionalmente ha sido muy bonito ver cómo se consolida, aunque al inicio fue un reto y fue un proyecto que se inició para dar respuesta al tema coyuntural de la pandemia, hoy me parece lindo cómo se ha consolidado. También considero importante destacar que lo que hacemos va más allá del examen Saber 11, puesto que estamos fortaleciendo habilidades que los estudiantes requieren para continuar a su formación posmedia, estamos preparando no solo el resultado sino un proyecto de vida”

Mas allá de la prueba, estudiantes y profes aprendiendo para realizar sus sueños

Para tener el panorama completo sobre la estrategia de Fortalecimiento y su impacto, es indispensable conocer la percepción y opinión de estudiantes y docentes que participan en ella, por eso en el colegio Luis Carlos Galán Sarmiento pudimos conocer ese lado de la historia, en una charla muy cercana y llena de emociones.

La primera en contarnos su inicio y apropiación de la estrategia fue Sandra Santoyo,  docente de química y magister en enseñanza de las ciencias. La profe conocía la estrategia desde hace tres años, pero sus tiempos no le habían permitido participar. En  2023, con la llegada del Bachillerato Internacional a la institución, identificó que necesitaba actualizar y fortalecer sus conocimientos en temas de biología y gestión ambiental y se planteó nuevos retos, encontrando en la estrategia un aliado para su propósito. Ella nos cuenta que se conecta a las sesiones de la estrategia los miércoles en la mañana desde su casa, y, aunque motivar a sus estudiantes ha sido un proceso, ella ha encontrado un incentivo: darles puntos por participación en clase.  

La profe Sandra, o Santoyo, como cariñosamente le dicen sus estudiantes, resalta que el beneficio real es que las docentes que acompañan las sesiones hacen que sea un espacio dinámico y cero aburrido, “las y los profes son una maravilla”, afirma.

La filosofía y los planteamientos que el colegio comparte con sus estudiantes es que no los están formando para sobrevivir, sino proyectándolos hacia una carrera universitaria, que sean profesionales, que contribuyan con su entorno y con la sociedad, lo cual encaja con la estrategia y su metodología, puesto que en las sesiones se busca motivar a los jóvenes para que sueñen, piensen en qué quieren estudiar y a través de actividades logran conectar esa proyección profesional con las temáticas que se desarrollan en las clases.

Sandra comenta que las sesiones también le han permito descubrir, en algunos estudiantes, habilidades y una gran capacidad de análisis que muchas veces no muestran en el aula, pero que en este espacio se sienten libres para expresarse y aportar. Otro aspecto que destaca es que ella también ha actualizado sus conocimientos y ha aprendido sobre temas que no conocía. Ella considera que la estrategia es más importante para los profes que para los estudiantes, puesto que en ocasiones se acostumbran a su labor y al tema en que se especializan; afirma que “esta estrategia es un reto de aprender nuevas cosas y decir: esta no me la sé. Nos enfrenta a la novedad y nos da herramientas para preparar a los estudiantes de cara a la prueba y su siguiente paso, la educación superior”.

Después de conversar con la profe, conversamos con tres estudiantes de grado 11 que participan activamente en las sesiones: Nicole Aguas, Laura Arenas y Esteban Sánchez. Los tres coinciden en que la clave y lo chévere de la sesiones son los profes y la metodología que usan.  De igual manera, comentan que desde que están participando de las sesione han hecho simulacros del examen y el cambio en sus resultados es notable, se sienten mas confiados, seguros y con mayor conocimiento y certeza al dar sus respuestas.

Esteban, quien está participando desde 2022, indica que “le gusta la metodología porque no es como una clase tradicional; pero que lo que más lo atrapó son los profesores porque son excelentes, siempre responden las dudas y las que se dejan en el formulario también. Se vuelve como otro colegio. Todos los profes me conocen”.

Laura nos cuenta que las jornadas que más le han gustado son las de química porque le han permitido entender varios temas en los que estaba confundida y los profes se los han explicado con claridad. También nos compartió una sugerencia, y es que en las clases de inglés solo se hable en ese idioma, para así mejorar sus habilidades de listening.

Otro de los temas que se trataron es el apoyo y la motivación por parte de los padres. Los tres estudiantes nos contaron que su mamá o su papá, saben de la estrategia y los motivan a conectarse, los animan para estar en la sesión de las 7:00 de la mañana, dado que ellos estudian en la tarde. “Mi mamá me motiva para participar en las clases porque considera que la estrategia me va a servir no solo para la prueba Saber, sino también para otras pruebas en universidades. Cuando llega del trabajo, me pregunta acerca de lo que me enseñaron y me pide que le cuente sobre los temas. Dice que si le puedo explicar a ella de manera sencilla, es porque lo entendí”, comenta Nicole.

Los tres jóvenes coinciden en que estas sesiones no solo los están fortaleciendo para tener un muy buen resultado en la prueba, sino que también encuentran herramientas para definir qué quieren estudiar y para ingresar a la universidad, pues siempre se hace un link entre los temas tratados y las profesiones en las que se requieren. Les ha ayudado a desarrollar habilidades que no sabían que tenían y les recuerda que están siguiendo un camino para realizar sus sueños y desarrollar su proyecto de vida, por eso la participación en las sesiones es una decisión propia y por convicción. “Es un tema de autonomía, de pensar en el futuro, es necesario que estando en 11 cada uno busque herramientas que fortalezcan los aprendizajes”, enfatizó Esteban.

 Un resultado de vida

Quienes ya hemos presentado el examen de Estado, sabemos que el puntaje está mediado por diferentes factores: conocimiento, entrenamiento en el formato, comprensión de lectura, manejo de tiempo y de las emociones. Pero también identificamos que si hay una preparación, es más fácil enfrentarse a ese reto que influye en el camino posmedia. Por eso es gratificante escuchar que tanto docentes como estudiantes reconocen que la Estrategia de Fortalecimiento de Aprendizajes está cumpliendo su objetivo y que realmente es una herramienta que aporta a su vida académica, pero también a su proyección y es una oportunidad para abrir puertas en el presente que influirán en el futuro.