Alfredo Sarmiento
Director de la Misión de Educadores y Sabidurías Ciudadanas, Consultor educativo

El derecho fundamental a construir una mejor sociedad

Pensar la educación

Los humanos nos creamos a nosotros mismos; primero existimos y luego nos definimos
Jean Paul Sartre

En el primer propósito de los Programas Estratégicos del Plan de Desarrollo del Distrito Capital 2020–2024 se señala[1]: “Se debe crear y poner en marcha la Misión de Educadores y Sabiduría Ciudadana para la formulación de la visión de la política pública del gobierno en educación para el período 2020 -2024, en sintonía con los ODS-2030 y la visión deseable del estado de desarrollo de Bogotá́ 2038, cuando la nueva generación, que nace ese año, tendrá 18 años”. 

Se trata de una visión a largo plazo para que Bogotá como sociedad logre en el 2038 un avance significativo en el desarrollo humano pleno. Esta visión de largo plazo debe alimentarse en el mediano plazo con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con los compromisos que Bogotá (como ciudad) y Colombia (como país) han adquirido desde el 2015. Para lograr estas ambiciosas finalidades, el actual plan de gobierno podrá dar los pasos iniciales para que Bogotá reformule su contrato social en la construcción de una sociedad con inclusión social, productiva y política. En el logro de este ambicioso desarrollo la educación tiene un papel fundamental.

Para un país con el nivel de inequidad que tiene Colombia, tanto las investigaciones de la Neurociencia como las de la economía, han demostrado que la educación integral de calidad es la forma de compensar las desventajas socioeconómicas y superar las brechas que ha creado una tradición de exclusión de grupos sociales, zonas y diferencias de género y de raza.

La evolución del concepto de desarrollo: del crecimiento del PIB al logro de los derechos

Es importante tener en cuenta la evolución que ha tenido el concepto de desarrollo en la discusión internacional. En primer lugar, la superación de las contradicciones aparentes entre crecimiento económico y desarrollo humano. La educación es el principal medio para alcanzar un crecimiento rápido y sostenible. Las sociedades más educadas no solamente producen un mayor número de innovaciones, sino que son las que mejor captan y utilizan las nuevas creaciones de la ciencia y la tecnología. Ellas son las que han superado lo que parecía la principal restricción de largo plazo en el pensamiento de los economistas clásicos: los rendimientos decrecientes que producirían, según los clásicos, un estancamiento secular de las economías, sin embargo, ellas producen rendimientos crecientes a escala.

Una sociedad que de manera consciente y decidida promueve y favorece la investigación, la creación y aplicación del conocimiento, multiplica continuamente sus recursos naturales con nuevas ideas, nuevos materiales, nuevos equipos, nuevas instituciones y formas de organización que soportan e impulsan crecimientos cada vez mayores. Las innovaciones son las que hacen más productivo el esfuerzo humano, por lo que permiten rendimientos crecientes a escala. De manera que el nivel y velocidad del crecimiento económico se explica no por tener una riqueza de recursos naturales, o por haber llegado primero a la industrialización. La explicación en el mediano y largo plazo está en la forma como individual y colectivamente los ciudadanos de un país construyen su propio destino[2].

Una lección que se reafirma es que el desarrollo y la sostenibilidad de una sociedad dependen de su capacidad de acumulación. Pero la acumulación tiene dos formas interrelacionadas y complementarias: la acumulación en capital instrumental y la acumulación en capital humano. La educación de calidad  es la condición para que haya mejor y más productivo capital instrumental, porque es la base de la creación y asimilación del conocimiento técnico, de la innovación, de la ciencia y la tecnología.

Ambos tipos de  acumulación se realizan de dos formas: individual y colectiva. En lo instrumental, la forma individual es crear nuevos materiales y equipos que utilizan las empresas o las personas, lo colectivo es la infraestructura productiva, que no produce desarrollo por sí misma, pero lo facilita y acelera, como las carreteras, las hidroeléctricas, las comunicaciones y el espacio público urbano. En la acumulación humana, la individual es la educación, la salud, el desarrollo físico, la recreación, la participación social, las manifestaciones culturales y artísticas. Por su parte, la acumulación colectiva son la confianza, el capital social, las instituciones formales e informales, y las normas que permiten una mayor expansión de las posibilidades de las personas y hacen más fáciles las transacciones sociales. Las instituciones son reglas de comportamiento y organizaciones, si estas fallan aumentan considerablemente la incertidumbre en todas las relaciones humanas, económicamente en los derechos de propiedad y en la garantía sobre los negocios, políticamente  en la posibilidad de disentir, de ejercer  el control social sobre los gobernantes.

El concepto de desarrollo no se limita al aumento de la producción, sino que se ha hecho más complejo y multidimensional. También se ha superado la idea de que es necesario sacrificar unas generaciones sin servicios sociales para lograr en el futuro el gasto en el bienestar humano. El desarrollo es aquí y ahora.   Aumentar las capacidades y el bienestar para la generación de hoy, es el mejor medio de lograr el desarrollo futuro. Además, el aumento de las capacidades que produce el capital humano no solo tiene que ver con la participación en la organización productiva, sino con el disfrute más profundo de mayores oportunidades en muchas otras dimensiones “socialmente deseables y técnicamente posibles”  que permitan ampliar las posibilidades de las personas individual y colectivamente,  que es la verdadera finalidad del desarrollo. 

La concepción del desarrollo ha evolucionado desde el acceso y disfrute de bienes y servicios hacia el acceso y disfrute de un conjunto creciente de libertades y derechos.[3] A partir de la búsqueda de una forma de superar la violencia inútil de la guerra  y el abuso de sus propios gobiernos por medio de la tortura y la fuerza, después de la segunda guerra mundial los países acuerdan la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que, según lo expresa su carta fundacional, busca “superar la guerra y promover el progreso social a través del respeto a los derechos humanos, a la dignidad e igualdad de las personas y a la justicia”. El 10 de diciembre de 1948 se proclamó la Declaración de los Derechos Humanos como un acuerdo sobre los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA). Como lo dice el artículo primero de la declaración, se fundamenta en la libertad e igualdad de todos los seres humanos para que guíen su comportamiento por la razón y la conciencia.

Desde las disciplinas jurídicas el problema fundamental ha sido construir los derechos humanos como derecho positivo, que tengan valor en un juicio y sean exigibles en cortes internacionales para los estados y las personas. Este derecho se utilizó en Nuremberg en 1945 que definió los crímenes de guerra. Una tendencia que llevó a especificar y fortalecer el derecho de gentes buscando incluso humanizar la guerra y llevó a desarrollos como la Convención de Ginebra para proteger civiles, prisioneros de guerra y combatientes (Protocolo 1977).

Pero la discusión ha evolucionado hacia las consideraciones del orden constitucional para entender cómo el Estado liberal ha evolucionado hacia el Estado Social de Derecho, que se ha convertido en la base de las modernas constituciones europeas y ha servido de inspiración a la del Colombia de 1991. Es pasar del individualismo iluminista que inspiró las primeras concepciones de los derechos del hombre a una mirada comunitaria, donde la justicia como equidad, entendida como imparcialidad, es la base fundamental del Estado moderno. De esta manera los derechos sociales buscan la liberación de privaciones que afectan sus oportunidades y derechos, dando un mayor énfasis a las libertades positivas que a las negativas. (Gurtvitch, John Rawls, Baldasarre, Kelsen, Sen, Berlin)

La libertad como medio para lograr el desarrollo humano pleno, entendido como el  disfrute de los derechos, exige para que haya  igualdad de oportunidades  en acceder a ellos,  la igualdad de reglas  que incluya la preferencia por los más débiles como lo expresa el trabajo ya clásico de John Rawls sobre el Estado moderno. 

La base de los derechos humanos es la dignidad humana, que como se ha dicho, sintetiza una búsqueda multidisciplinar de las finalidades y libertades que constituyen el desarrollo humano pleno. Estos derechos incluyen y enriquecen la mirada individualista de los Derechos del Hombre de la Revolución Francesa, centrados en los derechos civiles y políticos que enfatizan en el derecho de todos a participar en la dirección del gobierno como libres e iguales. No es una concepción política o religiosa particular de la naturaleza humana lo que constituye la base de la dignidad humana para acceder y disfrutar de los derechos. Es la condición humana como acuerdo históricamente construido en una discusión universal y adoptados por los países en los acuerdos nacionales que son las constituciones.

Los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA) además se van especificando y enriqueciendo en el tiempo. El primer esfuerzo de las Naciones Unidas para hacer seguimiento del cumplimiento de los derechos se inicia en 1990 con el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que logra que la mayor parte de los países tomen el mensaje de que el desarrollo es multidimensional y que midan su avance teniendo en cuenta, además del crecimiento del PIB; los  logros en educación, medidos primero como tasa de cobertura y a partir de 2010 en años promedio de educación alcanzados; y por los progresos en salud, medidos por la esperanza de vida que capta el desarrollo de la prevención y atención  en salud por parte del país. Midiendo también el estado y evolución en la equidad. En el año 2000 la Asamblea del Milenio de la ONU logra el compromiso de los 8 Objetivos del Milenio con indicadores y metas. En el año 2015 se hace el balance de lo logrado de los Objetivos del milenio y se propone la construcción de los ODS.  Para ello se promovió una consulta en todos los países, y se reconoció que el desarrollo en un mundo global depende de todos. Durante dos años se hicieron consultas, discusiones y propuestas de todos los actores. Se acordaron 17 objetivos y 169 metas que pueden especificarse más en cada país. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), hacia un desarrollo humano pleno universal incluyente y equitativo 2015 – 2030.

De manera que el concepto del desarrollo dejó de ser solamente el crecimiento del PIB, para convertirse en el acceso y disfrute universal de los derechos que constituyen el desarrollo humano pleno.

La Educación

Históricamente la educación ha cumplido  dos funciones paradójicamente opuestas en la historia de la humanidad:  ha sido la forma como se conserva, acumula y transmite el conocimiento, las prácticas y los valores familiares y sociales a través de las generaciones; pero también por la formación del pensamiento crítico, ha sido el medio de transformar los comportamientos humanos para mejorar y perfeccionar los contextos individuales y colectivos. El avance en la posibilidad de transmitir, acumular y transformar el pensamiento, los comportamientos éticos y el desarrollo de nuevos conocimientos y valores que promuevan las prácticas y las experiencias individuales y colectivas es en realidad lo que ha caracterizado la evolución de las civilizaciones y para lograrlo  la educación tiene un papel fundamental.

Transmitir y transformar el conocimiento, la experiencia, los valores y, en general, los aprendizajes acumulados por milenios; entender de manera crítica los contextos sociales, económicos, culturales y políticos, y avanzar en la identificación y superación de retos que requieren más profundas o más novedosas respuestas es la finalidad de la educación, y lograrlo es lo que permite valorar su calidad.

Por esta razón se puede afirmar que la calidad de la educación se manifiesta, sobre todo, en la calidad de la sociedad que logra formarse con su aporte. De manera recíproca, los rasgos esenciales de la educación califican la calidad de la sociedad donde se desarrollan.

Las personas transforman el contexto social y, a su vez, son transformadas por este en un intercambio dinámico y vivo que está apoyado por la capacidad de desarrollar y disfrutar el conocimiento y la interacción social. Mediante la educación se forma la conciencia individual para aprender a percibirse como persona diferente y autónoma, pero también se construye la capacidad de interacción y comportamiento con el grupo. Así la educación potencia lo personal y lo complementa con lo colectivo. A través de la educación se obtiene la autoestima y el auto reconocimiento para ser capaz  de integrarse dentro de un marco colectivo, exigiendo y dando respeto en términos de equidad.

La educación integral tiene como antecedente el legado griego de Aristóteles “Del mismo modo que en los juegos olímpicos no son los más hermosos ni los más fuertes los que alcanzan la corona sino los que compiten (pues entre estos algunos vencen), así también las cosas hermosas y buenas que hay en la vida solo las alcanzan los que actúan correctamente” (Aristóteles, trad. 1985, pp. 144-145). Aristóteles adiciona a la excelencia como finalidad de la ética, el concepto de virtud moral en la acción y el comportamiento. Se debe preparar a la gente no solo en lo bueno como finalidad, sino también en los comportamientos sociales, políticos y económicos (Montoya, 2010 & MacIntyre, 2004)

Dentro del desarrollo entendido como avance de los Derechos y por lo tanto ampliación de las libertades, la educación es una libertad constitutiva del bienestar, pero también  es una libertad instrumental, que apoya la forma como la sociedad  alcanza y  disfruta otras libertades, tales como las libertades políticas o las individuales. El apoyo a la prevención y disfrute de salud donde la educación de los padres es básica para lograr la salud y nutrición de los niños. La educación también es instrumental en la superación de todas las  formas de inequidad.

La educación es un derecho básico, que en la Constitución Colombiana de 1991 está considerada como derecho fundamental. Lograr una educación de calidad, que corresponde al objetivo cuatro de los ODS, es una libertad constitutiva del desarrollo, y forma parte del conjunto de derechos fundamentales a los que todos deben tener acceso para superar la pobreza. Garantizar que sea incluyente implica superar la desigualdad de género, como lo pide el objetivo quinto, y reducir todas las brechas que produce la inequidad, que es el compromiso del objetivo diez. La educación es una libertad indispensable para que desde los primeros años de la niñez se acceda a los conocimientos teóricos y prácticos para entender y promover el desarrollo ecológicamente sostenible, objetivo 13 de los ODS. Una educación de calidad también logra el aprendizaje de la cultura ciudadana, capaz de identificar los conflictos y resolverlos con el diálogo, apoyando así la construcción de la paz y reconciliación ciudadana, como lo pide el objetivo 16. 

En el nivel de la educación media, la institución educativa debería ofrecer a los jóvenes la posibilidad de orientar su proyecto de vida con rutas alternativas, entre las cuales está el vinculo con el sector productivo, la educación superior, técnica, tecnológica o el emprendimiento. También se pueden obtener conocimientos y habilidades para el empleo, tener  oportunidades de práctica y facilitar la adquisición de experiencia laboral; el fortalecimiento de proyectos (investigación e innovación).

En el contexto del desarrollo, entendido como el cumplimiento de los derechos fundamentales en múltiples dimensiones, la educación en las instituciones educativas y la formación de los maestros supera la especialización en una disciplina para convertirse en una educación multidisciplinar. Una educación que busca preparar para entender la realidad debe formar en el trabajo colectivo de diferentes especialidades para comprender integralmente los problemas y sus soluciones.

El desarrollo de las ciencia también ha demostrado la necesidad de comprender los problemas en sus contextos particulares. La formación de los maestros debe orientar su trabajo pedagógico, desde el conocimiento de los intereses y problemas de los niños, niñas y adolescentes. Para lograrlo es necesario promover el trabajo multidisciplinar en los equipos docentes para entender los contextos particulares de las situaciones individuales y colectivas. Esta orientación desde el mundo de los estudiantes hacia un aprendizaje integral de calidad produce una verdadera revolución en la forma del aprendizaje en la educación. Una vez más la educación tendrá la fuerza para transformar a través del aprendizaje la sociedad bogotana y construir una sociedad que alcance el desarrollo humano pleno. Una ciudad donde el acceso y disfrute del conjunto de derechos sea universal e incluyente. Se construirá así una sociedad más justa con la participación de una población mas educada.

  1. Acuerdo 761 de 2020 (junio 11) del Concejo de Bogotá D.C., artículo13 
  2. Jones Charles I y Romer Paul. The New Kaldor Facts: Ideas, Institutions, Population, And Human Capital NBER junio2009 Working paper 15094, Version final American Economic, 2010. 
  3. Stiglitz, Sen Fitoussi 2010. Informe Comisión Sobre la medición del desarrollo económico y del progreso social. Ver además la Declaración de Estocolmo, 16 y 17 de septiembre 2016. El grupo fue integrado por Sabina Alkire (Oxford), Pranab Bardhan (Berkeley), Kaushik Basu (Nueva York), Haroon Bhorat (Ciudad del Cabo), Francois Bourguignon (París), Ashwini Deshpande (Delhi), Ravi Kanbur (Ithaca), Justin Yifu Lin (Beijing), Kalle Moene (Oslo), Jean-Philippe Platteau (Namur), Jaime Saavedra (Lima), Joseph Stiglitz (Nueva York) y Finn Tarp (Helsinki y Copenhague).